Aún en la oscuridad

La marea de cuerpos intenta sumergirme en la oscuridad. Cada vez que intento pedir ayuda de familiares o conocidos, sus voces se manifiestan con imágenes de un pasado lejano que se entremezclan con la oscuridad y la precariedad del presente, intentando destruir aquellos pocos y preciados recuerdos que tenía antes de que este escape infinito comenzará.

Entre todo aquel caos una voz se alza, preguntándome porque continuo peleando contra la oscuridad, pues ya no me queda alguna razón para continuar peleando.

Lo cual detiene la lucha contra el mar de cuerpos y poco a poco comienzo a hundirme como si se tratara de arenas movedizas mientras ante mi, se manifiestan esos malos recuerdos; la destrucción de mi hogar, la masacre de mi gente y el sacrificio de mi familia mientras los sobrevivientes iban siendo atrapados para morir como el resto o algo mucho peor.

-La oscuridad es inminente, niña. Una luz tan pequeña no puede contra el infinito vacío del que todos formamos parte.

Conforme escucho esas palabras, el hundimiento parece acelerarse...pero no me importa. Creo que ha llegado el momento de dejar de correr. Si esto me hace ver de nuevo a aquellos a quienes ellos me quitaron, supongo que está bien ¿o no?

-¡Tienes que vivir! - grita alguien a lo lejos

-Una luz tan pequeña no puede contra el infinito vacio- repite la otra voz

Poco a poco los recuerdos malos deshacen a los buenos hasta dejarme bajo aquella oscura marea que aplasta a mi cuerpo no queda nada más...no hay nada más...

-Sujetala bien- susurra alguien desde algún lado

¿Qué está pasando?

De pronto un fuerte golpe en mi pecho y una onda de calor se expande por todo mi cuerpo como si de un latigazo se tratara y aquellas palabras se hacen presentes de nuevo.

"Tienes que vivir"

La oscuridad da paso a la luz y la luz da paso al dolor y un grito lejano se acerca, destrozando mis oídos junto a mi garganta y un golpe seco.

-Se estabilizó, señor.

Entre destellos de luces y sombras puedo ver a alguien... dos personas. Es aquel sujeto de nariz chueca y ojos cambiantes que es acompañado de otro hombre, uno de cabello castaño con destellos grises que no deja de tomar notas y teclear en aquellos aparatos que revisan los latidos de mi corazón que logra mantenerse sereno pese a aquella extraña experiencia que he vivido momentos antes.

-¿Qué hacemos ahora señor?- pregunta el chico de cabello castaño

-Continuar con la revisión del siguiente sujeto y elaborar los informes.- dice Nariz Chueca sin dejar de tocar levemente mi rostro y arrojarme luz con su linterna para verificar mis reflejos.

-Entendido señor.

Luego de verificar mis reflejos y revisar las máquinas, Nariz Chueca toma algunas notas como es costumbre y una vez que el otro se ha acercado a revisar a Nuboso, Nariz Chueca me observa y mueve sus labios diciendo una oración mientras me coloca un sedante.

"Volveré más tarde"

Intento no volver a dormir, pero eventualmente el medicamento hace efecto y me sumerjo en la oscuridad de los sueños, está vez sin pesadillas.

-Lyoth. ¡Oye Lyoth!-grita en voz baja Nuboso.

-Mm... ¿qué?

-Oh, gracias a los Dioses, estás bien- dice Nuboso con un suspiro de alivio.

-¿Por qué no lo estaría?- le pregunto mientras me giro para mirarlo directamente.

-Por lo que sucedió ayer ¿por qué más?- dice Nuboso con sarcasmo

-¿Que sucedió?

-Ayer convulsionaste... tus ojos casi se volvieron negros... cómo los de ellos. Pensé que te perdería-Dijo Nuboso con preocupación

-Oh... Entonces no era un sueño- respondí con apatía

-¿A qué te refieres?

Lyoth miro a su alrededor asegurándose de que nadie podría escucharlos y se intentó acercar lo más posible a su amigo para contarle sobre aquella aterradora experiencia que había tenido observando cómo todo lo que amaba era destruido y ella caía en la oscuridad mientras una extraña voz le hablaba, sin embargo la joven tuvo que detenerse cuando la puerta se abrió y comenzó la revisión de costumbre donde Nariz Chueca apareció pero ni siquiera los había mirado directamente y fue hasta que finalmente se retiraron que Lyoth le contó como una segunda voz le llamaba recordándole que debía vivir y después sintió la descarga, aquella dolorosa inyección y las palabras de Nariz Chueca antes de caer dormida por el sedante.

Los jóvenes analizaron todo lo que se había dicho y esperaron que la visita de Nariz Chueca fuera un poco más larga para obtener algún tipo de información.

-No sabemos si podemos confiar en él, Lyoth. -dijo finalmente Nuboso.

-No es como que tengamos muchas opciones estando aquí. Además, nos ha ayudado indirectamente.- dijo ella

Nuboso no respondió. Pues sabía que su amiga estaba en lo correcto.

A pesar de su cautiverio y la rutina a la que se habían tenido que acostumbrar. Desde su reciente llegada, Nariz Chueca había hecho menos dolorosa su estancia e incluso habían recuperado cierta movilidad para poder mirarse al hablar. De pronto un pensamiento invadió su mente.

"¿Y si algunos de ellos no están totalmente convertidos?"

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