Ahora le toca a ella, Ely
Ese maldito estuvo durmiendo conmigo cada noche desde que traté de escapar. Tenía el sueño muy liviano por lo que era difícil detectar cuando se quedaba dormido. Finalmente, después de unos cuantos días decidió salir a cenar a fuera. Lo que me dio una oportunidad para tratar de escapar nuevamente. Durante su ausencia estuve observando que parte de la casa estaba menos vigilada y me di cuenta de que el dormitorio de su hijo no tenía escoltas. Por lo que si tomaba un par de sábanas podría bajar por ahí. Si fallaba, esta vez pondría en peligro a los niños del orfanato, por lo que no podía cometer un error.
Por otro lado, aunque ya había memorizado los primeros dos días toda la información que me había dado, y pude leer todos los libros que dejó para mí, ya había pasado casi una semana. Por lo que a una persona normal no debería haberle llevado mucho más, en cualquier momento volvería a ponerme a prueba y eso significaba que no habría retorno.
Abrí la puerta y miré a mi alrededor, entre la hora de la cena y la hora de la limpieza encontré un bache de quince minutos en los que nadie vigilaba mi dormitorio. Por lo que era necesario aprovecharlo si quería irme. Llegué al dormitorio del niño a salvo. Mi corazón latía con mucha fuerza. No podía dejar de pensar en las consecuencias de que me capturaran. Ese hombre era un monstruo. Escuché hablar a una de las mucamas y me escondí debajo de la cama del pequeño. Abrieron la puerta, estaba perdida. Si me descubrían se lo contarían a su jefe y sería mi fin. Traté de no hacer ruido, aún tenía tiempo.
—¿Seguro que lo dejaste aquí? —preguntó la mucama.
—Sí, papá está apurado —dijo el niño y miré a mi alrededor.
—No veo tus zapatillas, amo Alexander —dijo la mujer, claro que no lo haría, ya que estaba frente a mí.
—Quizás esté debajo de la cama —dijo ella y creí que sería mi fin—. Aunque con ese trajecito le quedaría mejor sus zapatos. ¿Qué le parecen?
—Papá pidió que vista elegante. ¿Me llevará a ver a mamá? —preguntó el niño como si estuviera ansioso.
—No lo sé, pero hoy es el cumpleaños de su padrino, seguramente irán a la fiesta —dijo la mucama mientras se movía en la habitación—. Ya está, sus zapatos le quedan muy bien. Ahora bajemos a esperar a su padre.
—No olvides, traerme la foto de mamá —dijo él y se escuchó cómo se alejaban.
—¿Quién dejó la ventana abierta? —preguntó la mucama y se escuchó el ruido de llaves—. Ahora sí, vamos amo Alexander.
Esperé un rato y salí de debajo de la cama. Olvidé cerrar la ventana antes de esconderme, ahora no podría salir de ahí y ya no podía volver a mi dormitorio, ya que habían pasado quince minutos y los guardias tomarían sus puestos una vez más. Estaba perdida, Kosovo sabría que traté de huir y ya no me perdonaría. Deseé ponerme a llorar, sin embargo, respiré y traté de calmarme. Si pude abandonar la casa de mi padre a los trece años y vivir en las calles hasta conseguir trabajo; podría escapar de las garras de este monstruo.
Me escondí en el vestidor del pequeño, tenía muchísima ropa. Parecía una tienda para niños, era un desperdicio. Mucho de esto les vendría bien a los niños del orfanato. Ellos sufrían mucho el frío y la carencia de ropa de su talle. Había pasado cinco años ahí después de que mi madre me abandonara. Finalmente, mi padre me encontró y me llevó con él. Pensé que había sido salvada, pero estaba muy equivocada. Antes de tener mi primer periodo ya había sido abusada por él en repetidas oportunidades. Decía que era el alcohol el que lo hacía verme como a mi madre, y lo perdoné muchas veces. Sin embargo, un día lo escuché hablar con mi hermano mayor. Ambos estaban bebiendo alcohol, se jactaban de las cosas que me harían. Según ellos me preparaban para que cuando vendieran mi cuerpo a otros hombres yo no sintiera tanto asco. Hui de casa y fui a la policía. Conté lo que mi padre me había hecho y después de comprobarlo con una médica fueron por él y lo metieron en prisión. Sin embargo, me enviaron a casa a cargo de mi hermano mayor. Quien no solo abusó de mí, sino que me golpeó hasta romperme un brazo. Escapé del hospital al que me llevó cuando pensó que moriría. Me amenazó, si hablaba sobre lo que me había hecho enviaría a sus amigos por mí y dejaría que hicieran lo que quisieran conmigo. Por lo que cuando me preguntaron qué era lo que me había pasado mentí, después de que me enyesaron el brazo hui.
—El señor Kosovo pidió que no molestáramos a la señora. ¿No te parece extraño? —preguntó una de las mucamas que pasaba por ahí.
—No debemos cuestionar al señor. ¿Quieres morir? —preguntó otra.
—Solo digo que si la señora está enferma ¿Por qué no está en el hospital? No deja que ni el señorito la vea —ellas parecían alejarse.
Miré el reloj que le había quitado al profesor que Kosovo asesinó delante de mí. Lo había mantenido oculto, pensaba venderlo para comprar un pasaje para irme lo más lejos posible. No solo a él, había quitado todas sus joyas y tarjetas a los cadáveres que Kosovo dejó conmigo. Mi padre y mi hermano no tenían mucho encima, pero el profesor sí. Incluso tenía algo de dinero.
Salí de la habitación del pequeño al ver que no había nadie cerca. Fui hasta la habitación de Kosovo, pero estaba cerrada. ¿Ahora como volvería a entrar? Alguien se acercaba por lo que me escondí en la oficina.
—¿Quién es usted? —la voz de un niño provenía de detrás de mí, al darme vuelta vi a un pequeño de risos abundantes. Él parecía sorprendido al verme, quizás más que yo—. ¿Mamá?
Me abrazó y comenzó a llorar. Un extraño dolor se apoderó de mí cuando traté de que me soltara y se aferró más a mí. Mi madre vino a mi mente, yo también me había sujetado de ella cuando me llevó al orfanato con la idea de que si lo hacía no me abandonaría.
Autora: Osaku
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Updated 58 Episodes
Comments
Graciela Saiz
tanto te cuesta esperar un año y serás libre 😏
2024-11-22
1
nohelit perez
y ahora Ely que harás, ese hombre te va a castigar 😱😱😱
2024-08-10
1
esterlaveglia
qué mala idea has tenido.... ahora te va a hacer la vida a cuadritos 😳🥴😵💫
2024-07-23
1