Mi esposa acaba de morir y aún no sé cómo haré para que Alexander entienda que su madre ya no estará con nosotros. Hace días que quiere venir al hospital conmigo a verla, pero ya hacía una semana que ella se encontraba inconsciente por los fármacos que pusieron en su suero para que no sufriera dolor. Pocos son los que saben que es lo que estoy viviendo, ya que soy una persona con demasiados enemigos como para mostrarme débil.
Elena siempre fue una buena esposa, había sido criada por sus padres para ser la madre del heredero de un imperio, por lo que entendía cuál era su lugar en mi vida. Sin embargo, no aprecié lo que hacía por mí y por nuestro hijo hasta que ya no estuvo ahí, y ahora ya no puedo darle las gracias por ello.
—Señor Kosovo, disculpe que lo moleste —dijo uno de mis hombres entrando al cuarto donde yo estaba despidiéndome de mi esposa. Saqué el revolver para dispararle en la cabeza, pero este habló más rápido—. Encontramos lo que pidió. Hemos secuestrado a la mujer.
¿A caso el disparate que dije semanas atrás había sido escuchado por mis hombres? En medio de la desesperación insinué que necesitaba hallar a una mujer que lograra reemplazar a Elena, pero no era posible que alguien existiera con esas características. Hice que el hombre se ponga de pie y me mostrara una fotografía que le habían tomado con el móvil.
—¿Es ella? —pregunté y me dijo que si sin mirarme—. Esta mujer es rubia.
—Es lo único distinto, señor Kosovo. Si mira su rostro es idéntico al de la señora —dijo y le disparé en una pierna.
—Nadie, nunca jamás podrá ser como mi Elena —le recordé y me pidió disculpas—. Cambien su cabello, y tráeme otra fotografía.
—Si señor Kosovo —el empleado estaba por irse y lo detuve.
—Envía a otra persona a hacerlo y has que traten tu herida —dije ya que parecía sangrar mucho.
—Gracias, señor Kosovo y, disculpe mi atrevimiento —después de eso se fue.
Tomé mi saco y después de besar la frente de Elena pedí que prepararan todo para el funeral, debíamos ser discretos. No quería que otros supieran nada, por lo que al ir a casa de mis suegros a buscar a Alexander les conté que el tratamiento que Elena hacía parecía no estar funcionando y ellos se pusieron mal al igual que yo. No les dije la verdad porque aún esperaba poder resolverlo por mi cuenta.
—¿Qué pasará con Alexander? Es muy pequeño para entender lo que la muerte significa —mi suegra no paraba de llorar.
—Por ahora no le diremos nada —indiqué y mi suegra me miró molesta.
—Sin importar el poder que tengas, ¿cuánto más podrás ocultar la ausencia de mi hija? —no me enojé porque la mujer estaba devastada con la idea de perder a su hija. Por suerte para ella mi suegro le pidió que dejara todo en mis manos.
Trajeron a Alexander, este estaba durmiendo. Su niñera subió al coche con él en brazos y volvimos a casa. Pasé la noche con él en su cuarto y por la mañana fui al refugio donde hacia mis negocios para la organización y entré a uno de los cuartos donde solíamos torturar a los traidores, ahí estaba ella. Al parecer era rebelde, había mordido a uno de mis hombres y golpeado a dos más. Me miró con desprecio y sonreí. La tomé del cuello y la levanté. Era sorprendente cuan parecida a Elena se veía solo con el cambio de cabello.
—Mátame —dijo con el poco aire que le quedaba y la solté.
—¿Por qué te mataría si te necesito viva? —pregunté mientras miraba sus movimientos.
—No dejaré que abusen de mí. Si me metes algo en la boca lo perderás —me aseguró con valentía.
—Lastimaste a tres de mis hombres, no sé si debo castigarte o premiarte. Aun así, estoy aquí para ofrecerte un trato —dije y trajeron una silla para que pudiera sentarme—. Te ofrezco un millón al año por fingir ser otra persona. ¿Qué te parece?
—No quiero. Introdúzcase su dinero en el cul*–era más atrevida de lo que parecía.
Mis hombres me trajeron la investigación que habían hecho sobre ella. Hojeé un poco el archivo y lo cerré. La miré fijo y volví a hablar.
—No voy a desperdiciar mi tiempo contigo. Así que seré más claro. Debes fingir ser mi esposa hasta que yo lo decida o asesinaré a todo aquel que te importe —aseguré y ella empezó a reír.
—No hay nadie que me importe —dijo y escupió en mi dirección, pero sin éxito.
Hice que mis hombres entraran con su padre y su hermano mayor. Ambos tenían los ojos vendados, por lo que no entendían nada y solo pedían misericordia.
—¿Estás segura de que nadie te importa? —le pregunté nuevamente y ella no respondió. Así que me puse de pie y fui hasta donde ellos se encontraban y le apunté a su padre en la cabeza—. ¿Segura?
Tras esperar tres segundos y sin oír nada, le disparé y asesiné a su progenitor. Al verla entendí la razón de su apatía.
—Me hiciste un favor —dijo ella con una sonrisa en su rostro.
—¿Crees que no me di cuenta? —dije mientras hacía que callaran a su hermano mayor—. Ahora dime, consideras que, así como le disparé a tu padre; ¡no podré ser capaz de dejarte en un dormitorio a solas con tu hermano?
Su rostro palideció, esos malditos habían abusado de esta chica y por eso no había sentido más que alivio al ver cómo uno de ellos se iba al infierno. Le tomé el rostro y me escupió de nuevo.
—No será nuevo para mí —dijo tomé mi arma y le disparé seis veces a su hermano en el cuerpo.
—No me gusta que me falten el respeto, te lo dejaré pasar por esta vez, pero la próxima te castigaré —dije mientras me limpiaba la cara con el pañuelo—. Aun así, no soporto que alguien abuse de una mujer de la forma en la que ellos lo hicieron contigo. Así que creo que no pude evitar hacerte el favor y acabar con ellos.
Autora: Osaku
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Updated 58 Episodes
Comments
Eu Mendez
ohhh buen inicio
2025-03-27
1
esterlaveglia
qué malditos 😈🤬
2024-07-23
2
Ángela Flores
Mié se ve que ha sufrido la chica por el abuso de su padre y hermano
2024-06-02
2