Los sobrevivientes

La puerta se abrió de golpe y Agnus clavo su espada en el corazón del primer tipo que venía gritando algo que termino sin entenderse, botando algunas armas que tenía agarradas y terminaron cayendo al suelo, otros intentaron entrar y entre John y yo los eliminamos, aun cuando alguno llegaba a intentar colarse a empujones una flecha era suficiente para desestabilizarlos y provocar que se hicieran hacia atrás, apenas había diez muertos cuando decidieron dejarlo por la paz, dejaron de tratar de entrar y llamaron a los arqueros, a lo que Agnus ordeno ir tras Drake, mientras a Audiel ir a adelante de él. En ese momento sonó el cuerno.

Si bien ya no teníamos la puerta cubierta, nadie estaba entrando, prefirieron que algunos arqueros dispararan, lo que no contaban es que Drake los iba matando y a la vez, las flechas que salían hacia nosotros Audiel las quebraba en pleno vuelo, me dejo asombrado su capacidad para desviar y romper flechas mientras volaban hacia él con tal de impedir que llegaran a nosotros, aquí es donde veía porque Agnus contrato gente como ellos, todos tenían su razón de ser en este equipo.

Vi la duda en los ojos de ellos, el sonido del cuerno los inundo de miedo, lo desconocido provocaba eso, después del cuarto arquero muerto por fin se dispusieron a entrar los que faltaran, Agnus enseguida ordeno atacarlos. Nadie dudo en hacerlo a su manera, mientras yo fui rápido a meterme en la refriega, inclusive metiéndome entre ellos, buscando desestabilizarlos al intentar confrontarme o preocuparse de que los matara, lo cierto es que no buscaba matar a nadie. Hace tiempo Agnus me dijo que mi mejor apoyo en una batalla era moverme de aquí para allá hiriendo cuanto pudiera a la gente, que siempre intentara llamar la atención; John por su parte sabia aprovechar esto muy bien, enseguida que agarraba a alguien distraído lo mataba, se escurría como yo, pero no entre los enemigos sino lejos de ellos. Agnus y Audiel peleaban cada uno por su parte, no parecían tener quien les hiciera frente aun entre varios, ambos protegían a Drake que se preocupaba de matar a cualquiera que de le acercara demás así como ayudar a lacerar a cualquiera a la distancia aun si no los mataba.

Al final, cuando no quedaba nadie más en pie que nosotros, solo Audiel tenía heridas tanto en los brazos como en su torso, algunas heridas se veían más graves que otras. El más fresco era Drake, los demás de alguna forma mostrábamos algo de cansancio ya. Agnus fue a asomarse con tal de ver si alguien más venía y justo así era pues se regresó de golpe hacia dentro, con la espada contra el hacha de uno, enseguida todos volvimos a trabarnos en combate. La situación fue parecida, solamente que acabo antes y Agnus esta vez fue herido en el vientre.

—Hay que seguir adelante, no importa las heridas —La mano en su vientre intentando impedir que la sangre saliera demás. Aun así comenzaba a caminar hacia afuera, para guiarnos.

Si bien Agnus nos guiaba, el ruido de la batalla también lo hacía, no era un estruendo ensordecedor como el de una guerra, era solo ruidos diferentes cada cierto tiempo, choque de armas, algunos gritos ahogados y muchos sonidos de pasos. Terminamos en el pasillo principal de la planta baja, ahí se veía la puerta principal abierta por un boquete, había muchos muertos, una gran cantidad de ellos, así como muchos soldados peleando nada más con cuatro personas. Alfonso y Erick eran uno de ellos, los otros eran personas que apenas y había conocido del viaje, se notaban que la estaban pasando bastante mal, desde donde estaba podía ver algunas de sus heridas así como las dificultades que ya estaban teniendo para pelear.

Cuando nos adentramos a pelear mientras todavía estaban llegando más soldados, ellos aún estaban frescos peleando, nosotros cada vez teníamos más marcas de la batalla, unos más que otros. Aun cuando no eran rivales para nosotros el número estaba siendo más que suficiente, ya sabia que el quinto del otro grupo había caído mucho antes que llegáramos al lugar, estaba sobre el suelo, posiblemente muerto ya. Poco a poco vi caer a otros, John fue uno de los primeros en caer, simplemente de un momento a otro lo vi ya en el suelo, con varios hachazos impactando contra su cuerpo en el suelo, desmembrándolo, como si quisieran asegurar que estuviera muerto, luego se perdieron de mi vista los otros dos que aún quedaban del grupo de Alfonso y Erick, hasta que de tanto moverme de aquí para allá los logre ver sobre el piso, ya muertos; Audiel también cayó de un instante a otro, sentí que el desangramiento le causo factura y no pudo desviar el último hachazo que le dio de lleno en la cabeza. Al final solo quedábamos Alfonso, Erick, Drake, Agnus y yo.

Ya no venía nadie más de los miembros de la fortaleza, al parecer eran todos los que quedaban, un enfrentamiento final, cada uno debía matar a diez hombres. Claro que los enfrentamientos fueron muy dispares, Drake y Erick estaban juntos mientras Agnus, Alfonso y yo nos encontrábamos por separado, me encontraba huyendo de un sitio a otro intentando no ser rodeado hasta que resbale de repente por la sangre, tropezando con un cadáver y terminando por chocar contra la pared no muy lejos de donde se encontraba Agnus.

Se aglomeraron tres enseguida sobre mí, lanzando ataques contra mía, que tuve que esquivar por los pelos con el filo de sus armas arrancándome pedazos de ropa, desviar sus intentos de matarme con los pies; arroje mi daga de repente dándole en el cuello a uno, con menos atacando me pude parar al fin, limitándome aun a esquivar sus agresiones, robando un hacha de mano del cinturón de uno de ellos, para poder matar a cada uno de ellos, me fue mucho más fácil que al usar mi daga, pero el peso extra era algo que no iba a soportar mucho tiempo, menos ya con el cansancio encima. Me agaché a tomar mi cuchilla del cuello del sujeto que había matado y ahí me di el tiempo sé sentir que tan encharcado de sangre estaba, el agotamiento que ya tenía encima y el cómo en cualquier momento podría perecer cualquiera de los que quedábamos.

Alfonso tenía a demasiados rodeándole y Agnus se veía muy malherido de la perdida de sangre, si bien aún era un fiero contrincante, para mí era evidente que sus movimientos eran más lentos y requerían más esfuerzos de su parte. Me decidí por ayudarlo a él, con ambos equipamientos en manos fui y mate al más alejado, para luego arrojar el hacha contra la nuca de uno de los que estuviera sobre él, llamando la atención del resto. Entre los dos logramos acabar con resto... para cuando nos dimos cuenta, la batalla ya había acabado, todos quedamos de pie.

Lleve a Agnus apoyado sobre mi hombro para acercarlos a los demás, todos lo hicimos, menos Alfonso que se quedaba de pie en su sitio, inamovible de su puesto. Como todos estaba cubierto en sangre de sus enemigos y como los demás del grupo, también parecía tener suya. Erick se le fue a acercar hasta quedar frente suyo, observándolo durante algunos segundos, para luego voltearse hacia nosotros negando.

—Está muerto... murió de pie, como le hubiera gustado— dijo con pesar en su tono.

—Una lástima... murieron grandes hombres hoy... toca el cuerno Mosca, es la señal para que se acerquen los demás.

Tomo el cuerno de su cinturon, aguante la respiración un momento para mentalizarme y luego meter una gran bocanada de aire para que el sonido del cuerno se escuchara lo mas lejos posible.

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Arlette Andrade Ruiz

Arlette Andrade Ruiz

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2023-06-28

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