Fogata

—Ay que alivio, solo es un tipo.

Escuche de repente a una persona, sabía que no era el único, había otros dos con él, pronto se mostraron frente mío, parecían ser un grupo de aventureros humanos, yo solamente cheque que la carne se estuviera asando bien.

—Debes ser muy rudo para acampar solo en medio del bosque, confías en tus instintos eh.

Ellos solos decidieron sentarse frente mío todos juntos, ciertamente parecían tipos rudos, tenían cicatrices en la cara, armaduras, los tres tipos de armaduras, un cuero tachonado, liviano seguro confiaba en sus reflejos, otro una intermedia, era una coraza, pesadas para mi gusto pero brindaban muy buena protección y finalmente el tipo que podía escuchar desde hace rato, tenía cada rincón de su cuerpo cubierto con metal, a veces me sorprendía como la gente andaba tan bien con ese tipo de metales encima.

—Hago lo que puedo

—¡Ja ja! Eso es lo que todo buen aventurero debe hacer, confiar en sus fortalezas y cubrir sus debilidades —Casi grito el que tenía la armadura completa.

—Perdona que nos metamos así pero es más seguro unirse en grupos pero si sientes que somos un peligro para ti podemos irnos...

—No se preocupen —Interrumpí al de la coraza, luego jale la carne para comerla, aun estaba algo caliente por lo que termine soplandole.

Se pusieron a platicar un poco entre ellos, comieron de las raciones que tenían y hasta me ofrecieron algunas que decidí rechazar por mera precaución, aún los observaba con algo de recelo, poco a poco me fui convenciendo de que eran solo unos tipos que se sentían desorientados de donde quedarse a acampar. Una de sus preguntas me hizo alzar el rostro.

—¿Y a que te dedicas amigo?, no veo que tengas un arma por ahí... Claro, debes de ser un mago, por eso viajas solo, siempre con sus libros y esas cosas —Divago Alfonso, así entendí que se llamaba el tipo de todo el metal encima mientras los había escuchado hablar entre ellos.

—No, soy mensajero —Al mirarlos note como entre ellos se volteaban a ver quedandose por fin en silencio, uno que fue abruptamente cortado por las risas de todos, carcajadas sonoras que me hicieron voltear alrededor por si algo que nos escuchará se acercara, pero poco importo ese hecho, tras las carcajadas continuaron hablando.

—Entonces el de la suerte has sido tu porque decidieramos estar contigo, ¿Trabajas para algún rey? No queremos saber nada del mensaje, entendiendo que llegan a ser privados, solo tenemos curiosidad de si eres un diplomatico—Erick hablo intentando no reirse, aunque tenia la mano sobre

—Llevo un mensaje de una familia de campesinos para la ciudad...—Me calle al volver sus risas a resonar, me ponían de nervios al hacerlo.

—Definitivamente es lo mejor te ha pasado, deberias ir por los caminos, son mas seguros —Mencionó John parándose de reír mientras los otros le siguieron.

—Aqui en Oeilvert no es una verdad ya, la guerra hace que todos sean registrados y sus intenciones, podría irle muy mal si lo consideran alguien que lleve un mensaje importante — Acerto a decir Erick mientras los otros le daban la razón.

—Es muy peligroso que estes solo por aquí, podrías haber muerto, no vale la pena por unas pocas piezas de plata arriesgar la vida así, aunque entiendo que no tengan el oro suficiente para pagarte por tomarte la molestia ¿Que tienes para defenderte?—La mirada de Alfonso quedaba fija en mi.

Pensé en levantarme e irme en vez de contestarle, por supuesto que eran tipos insoportables que solo estaban burlandose, solté solo un suspiro y le mostre la daga que tenia atada a un costado en su funda, no pudieron evitar volverse a reir. Sin duda iba a largarme cuando terminara de comer.

—Perdona nuestros modales es que verás, estuvimos muy nerviosos porque fueras un grupo hostil o parte del ejército, siempre hay que cuidarse cuando estamos en territorio peligroso, estamos en busca de oportunidades para ganar oro, somos buenos guerreros que podremos cuidarte esta noche, de hecho podemos llevarte de camino a la ciudad que vayas sin problemas —Hablaba más cosas Erick, pero deje de prestarle atención, finalmente ni siquiera se molestó en saber si realmente vamos para el mismo sitio. Me pare de golpe, no los había escuchado antes, había mucho ruido alrededor en los arbustos y hasta en los árboles— ¿Sucede algo?

—Estamos rodeados, por varios lugares— ¿Veinte? No, quizá treinta, eran demasiados, ¿Nos habia atrapado el ejercito? No, fueron demasiado sigilosos para lo ser soldados, sus armaduras siempre sonaban para mis oidos.

—No creo que estemos rodeados, John se hubiera dado cuenta —Continuó Erick volteando a ver a John que también se levantó y observo en los alrededores, notando que efectivamente no nos encontramos solos.

—Tiene razón... estamos rodeados... No sé exactamente por cuantos—Saco sin dudarlo la espada corta de su funda mientras miraba a los alrededores buscando a los que nos rodeaban— Solo son trasgos -Mencionó de repente aliviado.

¿Solo trasgos? ¿Es que creía que cuatro tipos metiéndose con como treinta trasgos no era la gran cosa? Eran criaturas pequeñas si, no más altos que los perros de razas gigantes más por como solían caminar encorvados, feos como ellos solos, con tácticas precarias, si, más sí que eran funcionales y tenía una idea de que es lo que estaban planeando, desconociendo nuestra fuerza irían por el factor fácil, apagar nuestra única fuente de luz y dejarnos a oscuras, donde ellos sí que podían ver y nosotros no, la mayoría se conglomero frente nuestro y enseguida empezaron a aventar rocas para llamar nuestra atención e intentar herirnos, mientras que el resto esperaba porque nos alejáramos de la fogata.

— Yo me encargo —Dijo Alfonso enseguida yendo entre las criaturas con una maza en una mano y un escudo en la otra. Lo apedrearon e inclusive le tiraron lanzas, pero solo se escuchaban los rebotes metálicos, su estridente risa y las mezquinas vocecillas de los trasgos mientras se retiraban.—Pan comido les he dicho.

Pronto el pan vino con algo rancio, se metió tanto en las penumbras que ya era difícil verlos para mí y suponía que para el aún más, se escuchó un quejido de su voz y lanzando improperios cuando uno de ellos le corto en una de las corvas y le hizo caer de rodillas, ahí fue cuando se le abalanzaron varias de esas criaturas, afortunadamente eran un grupo preparado, Erick usaba una ballesta y despacho de un tiro en la cabeza a uno de esos que se atrevió a acercarse demasiado a su compañero caído, mientras John enseguida corrió hasta posarse espalda con espalda Alfonso para cubrirlo, ambos peleaban muy bien de ese modo, se compenetraban de manera excelente.

Entonces llego el momento que tanto esperaba, un grupo de cinco fue a apagar la fogata. Los ataque sin dudarlo, al primero que alcance le apuñale el ojo y despues la garganta la abrí de un tajo con la daga, pronto dos de ellos me rodearon y pensaron que con sus lanzas lograrias picarme, más no fue así, tan solo tuve que ladearme para ver sus ataques y rotando para que sus lanzas apenas y me rozaran, clavando la daga en la mandibula de uno y en la frente del otro, de los otros dos que quedaban, uno traia un saco, seguramente de arena, le lance de inmediato la daga para atorarsela en el cuello y así impedir que apagara la fogata. Termine dandome cuenta de mi error cuando el otro simplemente recogió el saco y rego la arena encima.

Cerré los ojos tan pronto como pude, para no sufrir el brusco cambio de iluminación, solo los volví a abrir cuando la lanza de uno de los pequeñines me alcanzo el abrazo haciendo una raja fea y sangrante, debía ser el que apuñale en el mentón que aún seguía vivo, lo patee con fuerza en la misma zona, veía sus siluetas al menos pese a la oscuridad. Rodee para alcanzar más rápido mi daga y sacarla del moribundo cuello del trasgo para poder aventarme al que había apagado la fogata para acuchillarlo un par de veces.

No podía ver del todo bien, veía algunos cerca de Erick y otros más con los otros dos, veía sus pequeñas figuras yendo y viniendo alrededor para atacarlos sin arriesgarse, sacando poco a poco daños que irían mermando a estos sujetos. Me acerque a uno de los trasgos de Erick por la espalda y le sujete el cuello para jalarlo y ahorcarlo en silencio para que solo lo notarán los que me veían, así varios de los que molestaban a Erick se abalanzaron hacia mí.

Apuñale el estómago de la criatura y lo bote a un lado cuando se acercaron hacia mí, afortunadamente con la incandescencia de la fogata aún podía ver sus siluetas, por lo que fue solo cuestión de esquivarlos y apuñalarlos, uno a la vez y cada que se diera la oportunidad, no podía arriesgarme. Al final solamente vinieron cuatro por mí, por lo que tan pronto uno cayó desangrado, los demás fueron más fáciles de matar de maneras más bruscas.

Quedaron solo 2 de ellos aun vivos jugando con Erick para mantenerlo a raya, que intentaban cubrirse con desesperación los huecos de su defensa con la misma ballesta. Uno cayó mientras atacaba por la espalda y el otro mientras intento hacer lo mismo por delante.

—Levántate y ponte la ballesta sobre el hombro —Le susurré a Erick que me hizo caso, ya habían caído más de la mitad de ellos, con suerte una bravata bastaba para terminar de asustarlos.

Junte mis dedos para poder silbar tan fuerte que pudieran escucharlo entre los repiques de los metales chocando y así fue. No dudaron mucho en correr los como ocho que faltaban, chillando del miedo. Nos reunimos todos y uno de ellos encendió una antorcha, tenían varias heridas, se veían bastante mal, aunque parecían ser lo bastante rudos para estar bien, salvo John, él no podía mantenerse en pie, tenía que apoyarse en Alfonso.

— ¿Qué diablos paso? ¡Pensé que estaríamos acabados! —Grito con asombro y riéndose de los nervios seguramente.

—Él acabó con casi todos... —Erick dijo casi inaudible para luego reafirmar sus palabras —Él acabó con casi todos.

—Estoy seguro de que mate a dos —No pudieron evitar reírse los tres ante las palabras de Alfonso.

—Les recomiendo alejarse de la zona y dormir en un sitio más seguro —Fui a buscar mis cosas preparándome para irme.

—Quizá seamos un estorbo, pero no mal agradecidos...dejanos cuidar de ti mientras duermes, como agradecimiento— John hablo y...solté mis cosas, no sonaba tan mal tener un viaje más tranquilo por este bosque.

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Comments

Arlette Andrade Ruiz

Arlette Andrade Ruiz

que bueno que esta vez le fue mejor que en la otra ocasión

2023-06-25

1

Clocker91

Clocker91

Hasta que dejó de ser mamon jajajaja

2023-04-07

1

Clocker91

Clocker91

Estoy con John jajajaja, no le temas a los tragos, prota mamon jajajaa

2023-04-07

1

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