La Hag

No podía ver del todo bien, estaba difuso, solo alcanzaba a percibir las siluetas de las cosas, como la de aquel enorme ropero que comenzó a rechinar lentamente, se estaba abriendo. Quedé estático ante el suceso, una alerta común para mí, hasta que una huesuda mano negra comenzó a asomarse desde dentro del mueble, pese a que nada más era una silueta podía percibir bastante bien su movimiento y como iba empujando de a poco la entrada del guarda ropa.

Busque la daga entre mis ropas, nunca me había tardado tanto en encontrarla como hasta ahora, me escudriñaba con las manos con desespero, ya estaba viendo como parte de una alargada nariz se veía y el brazo se torcía hacia mí para intentar alcanzarme. Hasta que algo lo logró, me habían distraído tanto observando el ropero que no me había dado cuenta que unos unas manos tomaron mis piernas y brazos, apegándome contra la cama, sintiendo al final como se aferraban a mi rostro algunas más, eran de tonos azulados, con llagas en diferentes zonas del brazo, unas peores que otras, se notaban pútridas, algunas más frescas que otras y las había inclusive negruzcas y con pus saliendo, podía ver sus músculos y hasta en algunos sus huesos expuestos.

Me obligaron a verla, aquella hórrida presencia terminaba de salir, era alargada de sus extremidades que eran de un tono azulado oscuro, su rostro tenía tanto la nariz como la barbilla ganchuda y sus ojos estaban ligeramente dentro de sus cuencas dejando entre ver negrura entre el espacio que dejaban, sus dientes eran puntiagudos, alcanzaban a verse entre la sonrisa torcida que tenía, sus cabellos, por otro lado, eran delgados y aunque abundantes, dejaban entre ver partes de su cabeza expuestas, sus manos parecían garras por sus uñas torcidas y sus pies no alcanzaba a verlos, debían ser parecidos, poco a poco se iba acercando hacia mí, pasos lentos mientras estiraba sus huesudos dedos hacia mí, a mi rostro, enterrando lentamente primero las uñas, un agudo dolor que pronto se dejaba sentir frío y húmedo.

Un llanto repentino me hizo sobresaltarme, fue el de la pequeña, estaba a mi lado en la cama donde la deje, entre mi brazo y mi cuerpo de hecho, no había nada alrededor, el ropero estaba como lo recordaba y de hecho había más luz de la que hasta hace unos minutos, al menos en algunas partes del cuarto, la suficiente como para ver en la esquina dos siluetas pequeñas, parecían tener las manos hacia la espalda. La puerta del dormitorio estaba abierta y algo se escabullo cuando dirigí la mirada hacia allá y las pequeñas siluetas se acercaron.

¿Estaba teniendo pesadillas continuas? Esta se sentía mucho más realista, de hecho pude tocar mi daga en el cinturón esta vez. Pronto me di cuenta que eran los niños quienes se me acercaban, eran de los mayores que había ahí.

—¿Necesitaban algo?— No me contestaron, inclusive terminaron de acercarse al borde de mi cama.

Ambos sacaron cuchillos desde atrás, era lo que ocultaban, uno lo detuve con la mano sosteniendo en la que tenía el cuchillo y al otro tuve que alejarlo con el codo dándole en la frente, este último cayó al suelo desplomándose mientras que el que sujetaba intentaba zafarse con fuerza, gritando.

—¿¡Que demonios les pasa!?— Aquel niño intentaba soltarse de mi agarre con bastantes ganas, usaba su mano libre para golpearme el brazo en un intento que le liberara. Sacudí su mano para qué soltará el cuchillo y así atraparlo con mi otra mano, empujando al niño hacia delante para qué se alejará, escuchando como se iba para voltearme a ver a la bebe, después de todo no había parado de llorar en todo ese rato. Deje el cuchillo a un lado y la cargue para arrullarla.

—Ya ya, tranquila, ya paso.

—Puedes dejarla aquí —Me sobre salte al escuchar la voz de la anciana y voltee a verle, estaba en la puerta, asomada solo de medio rostro, más no era la anciana, era la horrenda criatura que salio del ropero, lo que más sobre salía era su nariz y barbilla. Se me paraliso el cuerpo mientras la observaba y un estremecimiento me hacia sentir débil los brazos, la criatura existía.

Fui dejando a la bebe con cautela sobre la cama, la había logrado calmar al menos por el momento, tenía que estar más alerta a aquel ser que me espiaba desde la protección de las sombras y la distancia. Me aferré a mi daga.

—Los niños no van a sufrir nunca aqui, los cuidare como es debido, un aventurero como tu no va a poder cuidar a una nena como ella... Es una promesa de bruja— Su sonrisa se torció cuando dijo eso último.

—Me intentaron matar, ¿que clase de vida van a llevar aqui?

— Oh, eso es porque necesitan comer... Tienen que vivir de algo ¿No?. Las verduras no son todo en una alimentación y sin dinero... Tienen que comer lo que puedan y en epocas de guerra es más fácil sobrevivir así.

>>No tendrás que preocuparte por la niña, yo la criaré y la educaré bien, lo único que debes hacer es entregármela... No tendrás que preocuparte más por ella...

—¿Tan fácil? ¿La cuidarás y ya?—No me fiaba para nada de esa horrenda criatura, no entendía por qué iba a criar a la bebe así como así, este ser ni siquiera parecía humano ¿Lo fue en algún momento?.

— ¿No es suficiente prueba todos los niños que hay? Ellos buscaron matarte, yo solo busco facilitarle las cosas...—Aquellas palabras me dejaron pensando, entonces la pesadilla fue culpa de ella, por eso no me desperté cuando los niños entraron sino hasta que la pequeña lloro, claro, ese inmundo ser intento jugarme sucio.

Hice a un lado mis miedos y me levanté para ir tras ella con arma en mano, se escabullo enseguida, alejándose de la entrada, para cuando salí no la pude ver, no estaba en ningún lugar, me quedé expectante, por si era la misma oscuridad la que no me dejaba percibirla, pronto una de las puertas del pasillo se empezó a abrirse con lentitud, más había algo raro, solo escuchaba el ruido, no veía ningún atisbo de luz que saliera pese a que parecía estarse abriendo por completo. Entonces lo entendí, ella podía manipular lo que percibía, por algo pudo obligarme a soñar con su apariencia.

Me quería distraer o llevar hacia afuera, no iba a caer en su juego, cerré la puerta e iba a hacer algo más cuando vi que la niña iba a ser jalada por las garras de bruja. Fue un instante en el que observe como el brazo sobre salía del borde de la cama, curvado para alcanzar a la niña estaba a punto de alcanzarlas, mis reflejos inauditos me hacían reaccionar para lanzarla la daga justo a su ante palma pero en el momento justo de lanzarlo, desvíe la daga para clavarlo más arriba hacia la pared... ¿Y si era otra ilusión?

Corrí enseguida intentando ganarle a la mano huesuda, la misma se desvaneció de repente, hice el movimiento tan rápido que de hecho la mano quedo en el mismo lugar... dejando ver que de hecho, ahí es donde estaba la niña y no la mano realmente, pude haberla matado... mi corazón latía con fuerza ante el pensamiento de lo que pude haber hecho, la pude haber asesinado y esa idea me aterraba profundamente, solo había cuidado de ella algunos días y ya me había encariñado, aún peor estaba buscándole por algo una vida digna, había visto mucha miseria ante mis ojos pero esta vez con ella fue diferente, la ayuda no fue un momento de un lugar a otro, no fue hacerlo por mi cuenta como siempre, fue cuidarla en todo momento, atender sus necesidades y ver la verdadera importancia de ayudar a alguien.

La recogí y amarre delante de mí, donde debería estar mi pechera, recogí al niño desmayado y lo puse sobre la cama y sujete el amarre de la placa de metal una mano y mi daga en otra, iba a salir de aquí y la iba a proteger con toda mi alma. Al caminar escuchaban como se arrastraba el otro extremo de la correa que sostenía, quedando colgando la parte de metal al aire.

Abrí la habitación con cuidado y aún estaba silenciosa la zona, no había atisbo de que algo o alguien esperara en el pasillo, caminaba con mucho cuidado y cautela, con tanta maestría que no siquiera el ruido de la madera vieja crujía o el sonido del cuero arrastrándose sonaba, era totalmente sigiloso, mi oído era lo que iba a salvarme en esta situación mientras no pudiera ver nada.

Llegar a las escaleras fue fácil, nada perturbo mi llegada, bajar hasta el primer piso sería fácil, lo haría con calma por supuesto, no debía de hacer ruido, gracias a su altura termino por alzar la correa para que no chocará contra el suelo y no preocuparme por el ruido que esta generaba. Llegue abajo y note entones que es ahí donde empezarían los problemas, aquella criatura me esperaba justo en el umbral de la entrada, podía ver perfectamente su silueta de gran tamaño gracias a la luz de la luna. Avance a paso seguro hacia ella.

—Puedes irte aventurero, sin ningún problema— Se apartó de la entrada de forma que aún podía verla, sin ocultarse, solo que había tomado para ese momento la forma de la anciana, la transformación se vio de una manera abrupta y repentina, como si irse encorvando la fuera haciendo más chica.

No confíe en ella, me moví con cautela, aunque más rápido que antes, después de todo el elemento sorpresa ya no importaba. Algo debía querer de mí aquel ser y si era la niña, no se la daría, para nada. Al salir la volteaba a ver, me alejaba poco a poco sin quitarle la vista de encima, hasta que sentía que estaba lo suficiente lejos y ella... volvía a la casa sin más ¿Entonces si me dejaría irme?

Termine por quedarme en silencio, viendo la gran casa, al parecer podría irme sin más... ¿Pero era correcto dejar esa cosa ahí sin más? Que criara niños que mataban gente para alimentarse y los dioses sabrían que más. Ese espeluznante lugar no podía dejarlo al yugo de un ser tan oscuro, iba a regresar a matarla.

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Comments

Eugenia Gomez

Eugenia Gomez

Podrás matar a la bruja? Ya le tenía miedo, ahora le tengo más! Es necesario que salgan de ese lugar, y ya! 🙏

2024-01-18

1

Arlette Andrade Ruiz

Arlette Andrade Ruiz

ay Dios era anciana o un demonio 😈croe que lo último

2023-06-27

0

Clocker91

Clocker91

Ya decía yo que esa comida era extraña

2023-04-07

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