Capítulo dieciséis

Llegamos a la mansión y mi padre de inmediato se acercó a inspeccionar mi herida, detrás de él apareció mi hermano Caín él era menor que Marcos por solo un año, sus rasgos faciales era muy parecidos a los de marcos solo que él era un poco más bajo y delgado, y utilizaba el cabello por la nuca.

—¡Fiorella!, hermana.

Le sonreí

—Cain,qué tal el viaje a España.

Cada uno de mis hermanos habían sido mandados a países diferentes con la intención de fortalecer lazos con otros mafiosos.

Se encogió de hombros—Hay unas cuantas discos muy buenas, tenemos que ir, y las mujeres ¡Ufff!, otra cosa.

Esa era la debilidad de Caín las mujeres, mi padre decía que una mujer sería su perdición a todas les decía que sí, a todas las amaba y con todas se quería acostar en fin un mujeriego.

—Mia Bambola (Mi muñeca), ya tenemos a los que te hicieron eso.

Sonreí sin ánimo—¿Qué va a pasar con el spa de Isabella?—Pregunte; ya que eso me tenía muy preocupada.

—Tranquila ya todo está resuelto, hablé con el gobernador y con el jefe de policía y todo va a estar bien, ya envié algunas personas para que remodelen el lugar—Mi padre me abrazó—.Fiorella hija lo mejor será que te vayas a Punta cana de vacaciones con Fabricio mientras que resolvemos todo esto con los rusos.

Fruncí el ceño—No voy a ir a ningún lado, papá tu sabes muy bien que en diez días comienzo el curso de gastronomía Francesa.

Se llevó los dedos al puente de la nariz—Fiorella es por tu seguridad.

Brame—¡Hasta cuando van a seguir tomando desiciones por mí!, ¡Ya basta!

Le pase por un lado y subí a mi habitación.

Siempre era igual, siempre ellos querían decidir por mi, sin darse de cuenta de mis sentimientos o si quiera piensan en lo que yo deseo, me lancé en la cama boca abajo, nunca me había gustado llorar, siempre pensaba que llorar era para débiles, me volví un ovillo y cerré los ojos con fuerza para tratar de controlar mis emociones.

Un torbellino de emociones me estaba consumiendo, mi teléfono empezó a sonar miré la pantalla y era Alexander; no lo voy a negar me debati en si debería contestar o no, esa sensación de querer estar en sus brazos me estaba asustando, después de unos cuantos repique contesté.

—Principessa(Princesa),Te estás haciendo la difícil conmigo.

Reí

—¿Qué quieres?—Trate de sonar lo más indiferente.

—Así le hablas al hombre que te hace sentir org@sm0$ de otro nivel.

Rodeé los ojos.

—No seas engreído, he tenido org@smo$ mejores.

Mentía desde que comencé mi actividad s3xu@l ningún hombre me había hecho sentir como Alexander, los org@$mo$ que él me producían era  como él dijo de otro nivel.

Su risa fue grave—No te creó, Principessa  te quiero ver mañana en el parque que está cerca del spa a las cuatro de la tarde.

—Alexander, no creo que sea oportuno, Fabricio...—Me interrumpió.

—No te lo estoy preguntando, te lo estoy diciendo te quiero ver y punto.

Rodeé los ojos.

—Se que rodaste los ojos, por eso serás castigada con dos n@lg@das.

No pude evitar soltar una carcajada, a mí nunca ningún hombre me daba órdenes.

—Alexander, cariño se ve que no me conoces.

—¿Cómo me dijiste?

La puerta de mi habitación se abrió de golpe.

Mi madre entró junto con mi padre y la expresión en su rostro no era muy amigable.

—Te llamo después Isa—Colgué la llamada.

Mi madre cruzó los brazos sobre su pecho.

—Solo lo vamos a preguntar una vez;¿qué tienes con el barbero ese?

Me quedé observándola—Nada, Fabricio esta loco, es un celopata, Alexander el...—Mi padre alzó una mano al  aire para que guardará silenció.

—Fiorella, solo te lo voy a decir una vez;no quiero saber que estás viendo a ese chico, te vas a casar y tienes un apellido que cuidar.

Apreté los puños a los lados, la sangre me subía a la cabeza, y sin más explote como una dinamita.

—¡Ya estoy Harta!,¡Ya basta!,¡Hasta cuándo se van a estar metiendo en mi vida!, ¡Ya estoy lo suficientemente grande para tomar mis decisiones!—Brame—.¡Lo que me faltaba ahora van a elegir con quién puedo andar y con quién no!

Mi padre me miraba con el ceño fruncido su expresión se endurecía con cada palabra, papá tenía un carácter fuerte cuando él hablaba había que hacerle caso, aunque conmigo había roto un poco ese cascarón de dureza.

—Fiorella, sabes que te amo hija, pero te lo voy a poner así, o te alejas de él o se muere.

Trague grueso.

»No voy a dejar que ese chico venga a dañar tu vida.

Cerré los ojos con fuerza y sentí como una lágrima se deslizaba por mi mejilla,¡maldita sea! Odiaba llorar.

Respire hondo y use mi inteligencia.

Una pequeña voz dentro de mí me aconsejó «Si no puedes con el enemigo unete»

Afirme con un movimiento de cabeza

—Esta bien, me mantendré alejada de Alexander

La comisura de los labios de mi padre se elevaron un poco marcando sus arrugas, eso era señal de victoria.

—Mañana, iremos a ver lo del vestido—Dijo mi madre más calmada.

«Piensa»

«Piensa»

Un pequeño bombillo se encendió en mi cabeza.

—Mañana tengo cita con el chef que va a preparar la torta, podemos ir el sábado.

Mi madre me miró pensativa, pero al final se relajó.

—Esta bien, recuerda que tu hermano Caín es alérgico al mani.

Force mis labios en una falsa sonrisa—Sí mamá tranquila nada de maní.

Ambos salieron de mi habitación me lancé en mi cama con los brazos abiertos , observe el techo, suspiré y agarré el teléfono tenía cinco audios de Alexander

Sabía que eso era peligroso cuando mi padre decía algo había que cumplirlo, pero mientras que no se den cuenta todo irá bien, solo son dos meses, solo dos put0$ meses y listo me olvidó de Alexander.

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