Capítulo diecisiete

Escuchar los audios de Alexander me hacía reír.

«Isa...Isa...En serio Fiorella»

«Te voy a castigar de nuevo por cortar la llamada»

Alexander y yo quedamos en vernos al día siguiente y la verdad eso me causaba algo de nervios, por nada del mundo mis padres se podían enterar.

Entre a la página en donde estaba publicando mi novela empecé a escribir; la pasión por la escritura nació desde que era muy pequeña desarrollé la pasión por la escritura, al principio escribía poemas sobre lo que me inspirará, luego al crecer empecé con poemas eróticos, hasta que un día nació un título en mi cabeza «Detras del Espejo», era de fantasía, amaba a mis personajes, amaba el mundo que había creado, la historia se mantuvo guardada en mi laptop hasta que descubrí Noveltoon una aplicación en donde podía publicar mis escritos; yo diría que fue mandada por el cielo.

Empecé a escribir y tuve muy buena aceptación mis lectores amaban la historia y no era por mi apellido, no era por las influencias de mi padre era por mis propios méritos.

La historia contaba con más de diez millones de lectura, en los últimos meses había recibido propuestas para se publicada en físico, me negué por miedo de que mi identidad fuera descubierta, no quiero que mis lectores se espanten cuando sepan que su escritora es la hija de uno de los mafiosos más poderosos de Italia.

Escribir se convirtió en ese refugió, en ese escape de la realidad, la escritura simplemente se convirtió en mi lugar seguro y seguirá siendo así hasta que muera.

•••

Al día siguiente me desperté muy temprano, abrí mi closet de par en par en busca de algo que ponerme, quería que Alexander me conociera tal cual como yo era, opté por un mono deportivo negro, un crop top del mismo color y unas zapatillas deportivas, entre mis cosas tenía la sudadera que el me había prestado, agarré mi bolso y la guarde, busque en la gaveta de lencería y metí unas cuántas prendas que no me había puesto.

Me coloque el bolso en el hombro y salí, en la puerta estaba Ling me observa, la comisura de su labio se eleva un poco.

—¿Va a ser ejercicio?—Pregunto burlona.

Asentí—Sí, voy a ser mucho cardio—Le guiñe el ojo y ambas bajamos.

La sonrisa de mi boca desapareció cuando ví a mi madre al pie de la escalera vestida de una forma muy elegante y con uno lentes de sol, ya sabía a qué venía todo eso.

A pesar de que llevaba esos lentes oscuros sabía cuál era su expresión al mirarme así vestida, podía leer su mente.

«Esa no es forma de vestir Fiorella».

Bien tenía que pensar rápido si no todos mis planes con Alexander se irían a la mierda.

«Piensa»

Con cada escalón solo me repetía a mi misma esa palabra, hasta que ¡puff!, se me prendió el bombillo.

—Señorita Fiorella va a desayunar—me pregunto Alicia, la empleada de servicio.

Negué con la cabeza—No, gracias voy a desayunar con Fabricio.

Mi madre se quitó los lentes de sol.

—Vas a desayunar con tu futuro esposo y estas vestida como si fueras al gym—Se lleva los dedos a la cien—.¡Por Dios Fiorella!, se le pago a la mejor asesora de moda para que te enseñará a vestirte y tú te vistes con lo primero que encuentras en el closet.

«Empezamos de nuevo»

No lo voy a ocultar ya me estaba irritando pero no podía empezar a pelear con ella horita mi prioridad era salir de esa casa y encontrarme con Alexander

—No mamá es...es que también vamos a ser deportes juntos—Mentí.

—¡Fiorella!—La voz de Marcos me salvó de tener que seguir mintiendo a mamá.

Gire mi cuerpo hacia él, llevaba un esmoquin negro sin corbata y los primeros tres botones de la camisa suelto, el cabello lo tenía despeinado, digamos que no estaba en su mejor momento pero igual se veía muy atractivo. En sus manos llevaba una pequeña caja plateada la cual me entregó.

—¿Qué es eso?—Pregunte Curiosa.

—Creo que es mejor que siempre la lleves contigo.

Abrí la caja y dentro había un arma nueve milímetros negra con unos cuantos detalles fucsias, miré el arma y luego lo mire a él.

—Marcos... pero...

Alzo una mano—Nada Fiore, es por tu seguridad a parte te contraté dos guardaespaldas más—Mira por encima de su hombro—.Luisa, Sara, vengan.

Detrás de él aparecieron dos chicas una rubia y otra pelirroja.

—Fiorella es mi hermana menor y es lo más valioso para mí así que la dejo en sus manos, hagan todo lo que ella les diga.

Me quejé eso era lo que me faltaba mientras más gente menos posibilidades tenía de verme con Alexander

Suspiré frustrada Marcos me rodea con sus brazos y me susurra al oído

—Tranquila ellas no dirán nada.

Mis labios se cruzaron en una pequeña sonrisa.

—Gracias te amo.

—Y yo a tí hermanita—Beso mi frente y siguió caminando hacia en donde se encontraba mi madre.

Miré a ambas chicas—Bien nenas vámonos.

Salí de la casa con mis cuatro guardaespaldas Ling fue la que condujo.

Las chicas se mantenían en silenció, me incline en el asiento y las miré.

—Tranquilas yo no muerdo, no soy como mi madre, me pueden tutear, más que mis guardaespaldas serán mis cómplices, mis amigas, mis locas, verdad Ling, verdad Julia.

Ambas afirmaron al unisono—Sí

Ling añadió— Fiorella es la jefa más z0rr@, que digo más hermosa y tierna.

Todas reímos, miré por el retrovisor a ver si alguien nos seguía pero todo estaba despejado, saque mi teléfono y le marqué a Alexander

Contestó al tercer repique.

—Ya estoy llegando.

—Hola,Principessa, si amanecí bien, ya comí, y tú cómo estás—Lo dijo con sarcasmo.

Rodee los ojos.

—Seguro rodaste los ojos por eso te daré un latigazo.

Puse mis ojos en blanco.

—Estas demente—Reí y me mordí el labio inferior.

—Demente; yo te voy a enseñar que si estoy bien demente, te estoy esperando en donde acordamos.

—Listo, nos vemos en cinco.