Capítulo 19

Andrei llegó por Arian a la hora acordada, subieron al auto y se pusieron en marcha para encontrarse con el general Sollow.

-¿Vamos muy lejos?-. Preguntó ella.

-¡Un poco, si aún tienes sueño duerme un rato!-. Dijo Andrei, pues la había visto bostezar algunas veces.

-¡No me gusta dormir en los autos en movimiento!-. Dijo mirando por la ventanilla y después se quedaron un rato en silencio.

Un par de horas después llegaron a la base militar que está cerca de la playa y bajaron su equipaje para instalarse en una barraca de visitantes que se les asignó.

-¡Dame eso!-. Se refirió Andrei a la maleta de Arian.

-¡No soy tan frágil como piensa, mayor! ¡Puedo hacerme cargo de una simple maleta!-. Andrei la escuchó y aún así se la arrebató.

-¡Lo sé, pero no quiero que mi pequeña traviesa se fatigue cargando una maleta, quiero que se fatigue por estar dentro de mi cama y aferrada a mi cuerpo mientras le hago el amor!-. Dijo Andrei en un susurro junto a su oído y después le dio un corto beso en los labios.

Arian no supo que responder en ese momento, las palabras “hacer el amor” la dejaron pasmada mientras veía a ese hombre entrar a la barraca dejándola sola.

Últimamente reflexionaba sobre sus sentimientos y hacía algunas comparaciones entre su relación con Leo y Andrei. Arian se había dado cuenta de que tal vez pudo estar equivocada en cuanto a los sentimientos de Leo por ella desde el principio. Él siempre la había tratado como un objeto que solo cuidaba si notaba que alguien más lo deseaba. A pesar de decirle que la amaba todo el tiempo, ella nunca pudo sentir que fuera del todo sincero.

Lo que tenía con Andrei la hizo darse cuenta de muchas cosas, quizás en un principio Leo la amó de verdad, pero después de un tiempo se olvidó de tantas cosas y se interesó en otras tantas.

-¿Pasó algo allá afuera? ¿Por qué tardaste tanto?-. Preguntó Andrei al verla entrar con el ceño fruncido y desanimada a la barraca.

-¡No, no es nada!-. Respondió ella e inmediatamente se acercó a Andrei para abrazarlo y aferrarse a el como si de eso dependiera si vida.

-¡Hey Ari! ¿Qué pasa amor?-. Él la recibió en sus brazos y la estrechó tan cerca a el como pudo. Estaba preocupado, ella nunca haría eso sin una razón. Sintió que debía consolarla, así que empezó a acariciar su espalda y a besar su cabeza mientras susurraba.

-¡Todo está bien, mi niña! ¡Sea lo que sea siempre voy a estar aquí para ti! ¡Te amo tanto!-.

Arian escuchó sus palabras y no pudo evitar apretar su agarré y hundir rostro en el pecho de Andrei.

-¿Siempre?-. Pregunto cómo en un sollozo.

-¡Siempre!-. Andrei rompió el abrazo para besar a Arian. Minutos después el beso subió de intensidad y terminaron en la cama, abrazados, sudorosos y desnudos.

Ya entrada la noche, salieron a cenar cerca de la zona militar.

-¿Te gusta el lugar?-. Preguntó Andrei.

-¡Estoy segura de que dijiste vacaciones! ¡Y en lugar de eso me trajiste a una base militar! ¡Que aburrido!-. Reprochó Arian mientras comía un helado, provocando risa en Andrei.

-¡Mañana por la tarde es tu reunión, sería más difícil si nos hubiéramos ido más lejos!-. Respondió el mientras pasaba su brazo alrededor de sus hombros. -¿Estás lista para verlo?-. Arian suspiró y asintió con la cabeza.

Caminaron por un rato más y se fueron a descansar. Por la mañana fueron a una playa cercana y jugaron un rato en el mar.

Andrei estaba cada vez más enamorado de le radiante felicidad que Arian demostraba ese día, jamás la había visto tan relajada y tan natural. Su comportamiento infantil con su extrema belleza y sensualidad le estaban dando una de las mejores experiencias en la vida. Andrei se dejó llevar y se unió a los juegos de la mujer que le robó el aliento y el corazón desde el día en que la conoció. Cada día estaba más enamorado de una mujer llena de defectos que él siempre consideró imperdonables. Se enamoró de una mujer siete años menor que él, que alguna vez fue una delincuente, que estuvo tan enamorada de un hombre, que se abandonó a sí misma el día que lo creyó muerto, enamorado de una mujer que lo utilizó para aliviar el dolor de una pérdida y que lo hizo perder la cordura.

Andrei ya no podía con el sentimiento que desbordaba de su corazón como olla hirviendo.

-¡Te amo Arian Coll!-. Dijo mientras la miraba a los ojos y estaban acostados en la arena.

Arian lo miró por un momento para después dejar salir una radiante sonrisa mientras se acercaba a él para besarlo.

-¡Creo que debemos irnos!-. Dijo ella después de darle un beso y se puso de pie.

Ambos se enjuagaron un poco de arena y se fueron a la barraca a alistarse para su cita con el general Sollow.

Más tarde se dirigieron a la zona de residencias de la base militar.

-¡Aquí es! ¡Llegamos!-. Mencionó Andrei mientras estacionaba el auto.

Ambos bajaron y se acercaron a la puerta.

-¡Tranquila! ¡No estás sola!-. Trató de calmarla mientras tomaba su mano.

Arian reunió el coraje suficiente y tocó el timbre. La puerta la abrió un hombre de edad, alto e imponente que solo dirigió su mirada fría hacía Arian.

-¡Buenas noches!-. Saludaron los invitados. El general solo aclaró su garganta y se hizo a un lado en señal de invitación a entrar.

Sentados en la sala se hundieron en un incómodo silencio hasta que el general rompe el hielo con su voz fuerte.

-¡Ha pasado un tiempo señorita Coll! ¡No la había visto desde el día que usted y Leonel huyeron de mi casa!-.

Arian sintió el enojo y el resentimiento en sus palabras.

-¡Yo, lo siento por eso, no supe apreciar su amabilidad en ese entonces!-.

-¡Al grano! ¿Qué quieres?-. El general levantó la voz intimidando a Arian.

-¡Vi-vine porque quiero pedirle algo!-. Dijo Arian muy nerviosa y Andrei estaba sorprendido por verla actuar de esa manera.

-¿Pedir? ¡No sabía que podías ser tan descarada muchacha! ¡No se cómo es que los Coll hablaban tan bien de ti!-. Sus palabras hicieron que a Arian se le formara un nudo en la garganta y que se encogiera con mucha vergüenza.

-¡Yo, en verdad lo-lo siento, no fue…!-.

-¡Habla de una vez!-. Demandó

Ya desesperado el general, de haber sabido que su cita sería con ella se habría negado sin dudarlo.

-¡Yo!-. Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas de Arian. -¡Leo no…!-. Le costaba trabajo respirar. -¡Leo está vivo!-. Dijo apenas en un hilo de voz.

La cara del general se distorsiono al escuchar lo que dijo.

-¿Crees que es gracioso jugar con eso niña? ¿Crees que puedes venir a mi casa a decir tal idiotez? ¡Largo!-. El general Sollow se puso e pie y tomo a Arian por la muñeca para sacarla arrastras, sin embargo Andrei lo detuvo antes de que la lastimara.

-¡Lo que ella dice es verdad señor! ¡Por favor sueltela!-. Dijo Andrei muy molesto.

-¡Si no me cree tengo pruebas!-. Arian comenzó a sacar papeles y una tablet con el vídeo del robo a la casa Morzova y los puso sobre la mesa de té. -¡Sólo… aquí está todo, puede ver qué digo la verdad!-. Arian miró suplicante al general quien al ver su actitud decidió darle una oportunidad.

-¡Si no hubiera sido el mismo mayor Luo quien insistió en esto, jamás te habría recibido!-. Dijo en tono amenazante para después tomar asiento y revisar las pruebas.

Observo detenidamente cada reporte, cada fotografía y el vídeo. Estaba asombrado por lo que veía en cada imagen. Su hijo seguía con vida.

Después de analizar y reflexionar sobre lo que acababa de ver, clavó su mirada en la niña que un día juró proteger.

-¿Por qué me muestras esto? ¿Qué es lo que quieres? ¿ Qué haces con el mayor Luo?

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Nina CT

Nina CT

Que ira a hacer el papá?

2023-03-10

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