Tras ver el noticiero, Gabriel y Leo quedaron helados, nunca imaginaron que tendrían noticias de su querida princesa de esa manera.
Gabriel estaba aliviado, la sola idea de saber que la había perdido para siempre era prácticamente insoportable y Leo estaba confiado, pronto regresaría a los brazos del ser que más ha amado en toda su existencia.
-¡Todos, fuera de aquí!-. Gritó Gabriel recibiendo miradas confundidas de todos los presentes del equipo, que aún así, obedecieron y salieron del lugar, dejando solos a Leo y al jefe!
-¡Esa tuvo que ser mi Ari! ¿Cierto?-. Preguntó emocionado Leo, quien solo recibió una mirada sería de su amigo.
-¡Está es la señal hermano, hay que ir por ella!-. Se puso de pie dando un manotazo sobre la mesa y al no ver reacción preguntó con enfado. -¡Vamos hombre! ¿No estás feliz? ¡Nuestra princesa ha vuelto y espera por nosotros!-.
-¡Parece que esto no es tan simple Leo!-. Dijo Gabriel calmado y pensativo.
-¡Por supuesto que me alegra que nos haya dejado ese mensaje! ¡También estuve a punto de salir corriendo por ella después de ver la tiara de flores! Pero, después de pensarlo un poco… ¿Crees que ella estaría feliz de vernos después de lo que le hicimos?-. Gabriel lo cuestionó con una voz apagada y preocupada.
-¿De que hablas viejo? ¡Somos lo único que le queda, desde que los traidores de Fabio y Alex decidieron vivir una vida “decente”! ¡Si ella robó todo ese oro seguro que lo querrá compartir con nosotros!-. Dijo Leo desbordante de seguridad y confianza.
-¡La Ari de hoy no es la misma que conocimos cuando éramos niños, no tengo idea de lo que pueda estar tramando!-.
-¡Gab, la gente no cambia al con…!-. Su amigo lo interrumpió.
-¡Leo, yo he visto de lo que esa niña es capaz! ¡La prisión la transformó! ¡Ya no es la chica con ojos brillantes, una sonrisa eterna y con sentimientos buenos hacia los demás!-. Gabriel se puso de pie un tanto desesperado, pues la culpa no lo dejaba en paz.
-¿De que hablas?-. Preguntó aún incrédulo Leo.
-¡Debí mostrarte esto hace mucho para que dejaras de tener expectativas con ella!-. Mientras hablaba Gabriel sacó una tablet del cajón de su escritorio y se la entregó a su amigo.
Había fotografías de aquella mujer a la que le llenó la boca con rocas y después la golpeó, fotos de la mujer que sufrió serías quemaduras en su rostro tras haber sumergido su cabeza en un plato de sopa caliente, también imágenes del custodio descalabrado y sin vida el día que fue trasladada al penal de máxima seguridad.
Así fue pasando una a una las imágenes aún sin poder creer que su dulce y amada Arian fuera responsable de tal barbarie. Sin embargo, al final vio una fotografía de Arian a lo lejos, ahí confirmó lo que su amigo había dicho. Aunque su belleza seguía ahí, su mirada era fría, desinteresada y apagada, no había sonrisa en su rostro, pero sobre todo, estaba completamente sola. La persona que amaba la compañía de otros, ahora huida de los demás.
Los ojos de Leo se humedecieron. Al ver esas imágenes.
-¡Esto no es posible! ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¡Debimos sacarla de ahí desde el principio!-.
-¡Por ahora no es eso lo que más me preocupa! ¡La incertidumbre que tengo es sobre lo que sucedió hoy!-
Ambos se miraron a los ojos pensando.
-¿Por qué el oro de la reserva internacional? ¿Por qué hacernos saber que fue ella?- pensó Leo en voz alta.
-¡Hay dos opciones que se me ocurren! Una es que trate de hacer contacto con nosotros para seguir trabajando juntos y la otra, y creo que es la más factible, se enteró de la verdad y viene tras nosotros!-. Ambos quedan en silencio, cada uno con sus propios pensamientos.
Habían pasado unos días desde el robo y los miembros del equipo de operaciones especiales del centro de investigación criminal se tomaron unas merecidas vacaciones.
-¿En serio piensas quedarte aquí encerrada, comiendo esa basura echada junto a tu perro todo este tiempo?-. Preguntó Kristal decepcionada al ver a su hermana acostada en el piso junto a Gabino, comiendo frituras y leyendo un libro.
-¡No tiene nada de malo! ¡Además, debo tener un bajo perfil para que ese par de idiotas no me encuentre antes de tiempo!-. Respondió con un puñado de papas fritas en la boca.
-¿Cómo es que el mayor Luo está tan interesado en ti? ¡Sólo mírate! ¡Deberías al menos salir con él a dar un paseo y de paso sacas a ese animal de mi casa por un rato!-. Kristal se quejaba amargamente mientras su hermana tomó al perro entre sus brazos.
-¡No escuches a la bruja! ¡Tu eres un buen perro! ¡Si, eres bueno!-. Cansada de la imagen, la mayor de las Coll se decidió por salir rumbo al trabajo.
Arian riendo por haber hecho enojar a su hermana recibió una llamada de Andrei.
-¡Hola, señor soldado guapo!-. Dijo Arian de manera burlona.
-¿Te gustaría tomar unas vacaciones?-. Preguntó él.
-¡En realidad no, Gabino y yo la estamos pasando muy bien solos! ¡Pero gracias por la invitación!-. Respondió y se llevó más papas a la boca.
-¿Estás segura? ¡Y yo que conseguí una cita con cierta persona que quería ver, ahora tendré que cancelarla!-. Dijo con decepción.
Al escuchar lo que Andrei dijo, Arian se atragantó con las papas y empezó a toser. Al verla, Gabino empezó a ladrar y Andrei empezó a gritar preocupado.
-¡Hey ¿estás bien? ¡Arian responde! ¿Qué te pasa? ¡Llamaré a emergencias!-.
-¡No, espera! ¡Solo necesito agua! Dijo Arian como pudo, tomó unos sorbos de refresco y cuando recuperó un poco de aliento siguió la conversación.
-¿Cuándo, dónde, a qué hora?-. Andrei se relajó un poco al escucharla y respondió.
-¡A las 5:30 de la mañana paso por ti! ¡Lleva algunas mudas de ropa, saldremos de la ciudad!-. En hablaron un rato más y después colgaron para preparar las cosas para el viaje.
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Comments
Nina CT
Al fin los van a enfrentar!!!
2023-03-04
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