Arian llegó al centro de investigación a la mitad de la transmisión, justo cuando Gabriel y Leo estaban por entrar a la galería. Su lugar estaba entre Andrei y Cattan quienes estaban muy atentos a la pantalla.
Ningún miembro del equipo estaba particularmente sorprendido por ver a Leo en la pantalla, pues Arian ya les había advertido que no estaba muerto y que era aliando de Gabriel.
Cuando empezó el punto más importante del robo ninguno quiso perderse ni un detalle, todos veían la agilidad de esos dos criminales y su habilidad en el manejo de las herramientas que estaban usando.
Una vez que los vieron tomar la espada todos empezaron a murmurar, no creían posible que de una manera tan sencilla ellos se apoderaron de uno de los tesoros más importantes de la humanidad.
Siguieron cada paso de su retirada a través del vídeo y cuando todo terminó Arian empezó a reír.
-¡Son tan idiotas! ¡Ni con toda la experiencia del mundo podrían distinguir lo real de lo que no lo es! ¡Dios, me matan de risa!-. Dijo entre lágrimas y carcajadas.
Todos confundidos solo pensaban en lo desquiciada que parecía y lo diferente que se veía con ese cambio de humor.
-¿Sucedió algo de lo que no estamos enterados y le gustaría compartir, señorita Coll?-. Preguntó el capitán Demian muy desconcertado por su reacción.
-¡Ay, mi panza duele de tanto reír! ¡Perdón!-. Arian tomó un poco de aire y empezó a hablar de nuevo.
-¡Déjenme explicarles!-. Se puso de pie y fue a abrir la puerta de la sala de juntas. Al abrir entraron dos hombres con una caja de madera.
-¡Los presento, ellos son Fabio y Alex, son algo así como mis hermanos!-. Arian les hizo una señal y ambos pudieron la caja de madera sobre la mesa y con mucho cuidado abrieron la caja.
-¡Les presento a la verdadera y original “Death Bringer”!-. Al escuchar lo que dijo todos se acercaron para ver el contenido de la caja.
-¿Tratas de decir que… esos tipos, tienen una falsa?-. Dijo Aliccia aún incrédula.
-¡Por supuesto! ¡Alex es un gran artista escultor, así que hizo una réplica exacta de esta belleza! Hace dos días hicimos el intercambio-. Respondió Arian.
-¿El secretario Morzova estuvo de acuerdo con esto?- preguntó Demian.
-¿Teníamos que pedir permiso para eso?-. Preguntó Fabio a Arian.
-¿La robaron?- Gritó Andrei asustando a todos en la sala.
-¡Oye, no grites! ¡Lo hicimos para resguardarla! ¡Si no te gusta lo que hicimos, entonces busca a alguien más que les ayude!-. Arian se enojó tanto que salió de la sala azotando la puerta al salir.
Andrei al ver su reacción salió corriendo tras ella, no sin antes recibir las miradas asesinas de Fabio y Alex. Todos lo que se quedaron en la sala esperaron pacientemente la explicación de los dos recién llegados.
-¿Por qué nos miran así?-. Preguntó Alex a Fabio.
-¡Creo que Ari no les había contado esa parte del plan!-. Ambos se miraron y dejaron salir un suspiro para empezar a explicar.
Andrei corrió como loco por todo el edificio para encontrar a Arian, ya había recorrido todo, su última esperanza era encontrarla en el último piso y ahí la encontró.
Estaba parada detrás del barandal de la terraza verde en la azotea.
-¿Qué haces aquí niña? ¡Te vas a enfermar!-. Dijo Andrei tiernamente mientras se acercaba a ella y se sintió culpable al ver que estaba llorando.
-¿Por qué lloras?-. Preguntó mientras le daba un abrazo por la espalda.
-¡Suéltame! ¡No me toques!-. Gritó Arian entre sollozos y empujó los brazos de Andrei.
-¡Vamos Ari, no te enojes! ¡¡Yo lo siento, no debí gritar de esa manera! ¡Es solo que no me gusta que te arriesgues de esa manera!-. Él seguía intentando tomarla en sus brazos.
-¿Por qué no puedo hacerlo? ¡También soy parte del equipo! ¿O no? -. Ella seguía forcejeando para evitar que el la abrazara.
-¡Por qué no quiero que algo malo te pase, ni siquiera puedo imaginar que salgas herida!-. Respondió Andrei mientras recibía algunos golpes en la cara durante el forcejeo que siguió por unos minutos hasta que Arian se cansó y su fuerza disminuyó. Fue entonces cuando el aprovechó para atraerla y rodearla con sus brazos.
-¿Te sientes más tranquila ahora?-. La cuestionó con paciencia.
-¡Ven! ¡Vamos adentro, hace mucho frío y te puedes enfermar! ¿De acuerdo?-.
-¡No es necesario que me trates como a una niña!-. Reprochó Arian.
-¡Eso es difícil! Eres tan adorable que me dan ganas de mimarte y protegerte todo el tiempo. ¡Además, eres unos años menor que yo!-. Respondió Andrei sonriendo mientras la llevaba adentro sin soltarla.
-¡Solo quería ayudar! ¡No pensé que eso lo pudieras considerar un crimen y te enojaras tanto!-. Andrei sintió culpa y alegría en su corazón al escucharla decir esas palabras.
-¡Ya, deja de llorar, no estoy enojado, solo me preocupé! ¡Vamos por Gabino a casa de tu hermana y vamos a cenar! ¿Qué dices?-. Al recibir una respuesta afirmativa de ella, se quitó el saco y se lo puso a Arian, al final, la tomó de la mano para salir del lugar e ir a cenar en compañía del cachorro.
Antes de salir del edificio del centro de investigación se encontraron con Fabio, Alex y Demian.
-¡Oh! ¡Ahí estás Coll, te hemos estado buscando!-. Dijo del capitán al verlos. -¡Acompáñame! ¡Hoy vamos a retirar esa cosa de tu tobillo!-.
Arian al escuchar lo que dijo se emocionó, al fin le quitarían ese aparato tan molesto.
-¡Parece que tus amigos nos serán de mucha utilidad, así que llegamos a un acuerdo y ellos también participarán en el operativo de mañana!-. Mencionó Demian mientras retiraba el rastreador y Arian lo miró sorprendida. Cuando terminaron de desactivar y retirar el dispositivo ella corrió directo con sus amigos.
-¡Escuché que vamos a trabajar juntos de nuevo! ¡Esto hay que celebrarlo! ¿No es así?-. Preguntó a Andrei, quien frustrado respondió asintiendo con la cabeza y una sonrisa forzada, así su cita con Arian se convirtió en una cena grupal.
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