Muy temprano en la mañana, los custodios fueron a aquella habitación para regresarla a su desdichada realidad.
A la hora de tomar los alimentos, Arian ingresó al comedor para hacer fila junto con las demás reclusas. Tomó su bandeja y se sentó en una esquina lejos del bullicio de aquellas mujeres.
-¿Acaso eres estúpida? ¡Necesito una mesa y quiero está!-. Vania Novoa se acerca buscando pelea y al sentirse ignorada por Arian le arroja un vaso de agua sobre el rostro.
El escándalo en el comedor desapareció y fue reemplazado por un sepulcral silencio, una vez más cada rea estaba pendiente de lo que estaba por suceder.
-¡Vaya, vaya, la muda sigue sin querer hablar! ¡Deja de estorbar y lárgate a otra parte!-. La mujer insistió en provocar a Arian, quien en respuesta dejó salir una suave pero aterradora sonrisa mientras seca su rostro. Todo mundo estaba en shock, nunca habían visto alguna reacción por parte de ella y no se atrevieron a emitir ni el más mínimo sonido.
En menos de un segundo Vania ya tenía su rostro dentro de un tazón de sopa hirviente, nadie supo en qué momento Arian se puso de pie y empujó la cabeza de Vania contra el tazón.
-¡Patética!-. Fue la única palabra que Arian dejo salir de su boca, la soltó, se volvió a sentar en su silla y siguió comiendo disfrutando la imagen de la otra mujer sacando su cara quemada de la sopa. Ni siquiera los custodios podían salir de su asombro, y en cuanto lo hicieron llevaron de inmediato a Vania a la enfermería para tratar las quemaduras de su cara.
Arian terminó sus alimentos y fue directamente con los custodios para que la llevarán a su celda de castigo, no quería seguir siendo el centro de atención ni quería escuchar las absurdas suposiciones de las demás.
Arian estaba acostumbrada a que la gente la molestara desde que era una niña, se burlaban de ella por ser pobre, por sus padres adictos, por su hermano muerto, por ser adoptada y después por ser retraída, bonita, por ser amiga de Leo y por cualquier cosa.
Así creció, pero nada de eso le importó, era consciente de que sus padres y su novio estaban ahí para apoyarla y darle todo su cariño sin condiciones, no necesitaba nada ni a nadie más.
En la mazmorra estaba sentada mirando hacia la nada, pensando en las cosas que le fueron enviadas por su hermana. Eran objetos con un valor incalculable para ella. El osito de felpa, la fotografía de sus padres y un brazalete que su hermana le regaló cuando llegó por primera vez a esa casa. Todas sus emociones habían sido removidas y todo el dolor y la rabia que llevaba dentro amenazaban con salir en cualquier momento.
Días después Arian se encontraba en su zona de trabajo que consistía en elaborar artículos de madera, cuando de repente le informan que tenía una visita. Ella se sorprendió, pues en los cinco años que lleva encerrada nunca había recibido una y ella siempre se negaba a ver a su hermana. Lo más impactante era que el mismo director fue a notificar la y eso la hizo creer que algo no iba bien.
Su confusión aumentó cuando se percató de que iban en dirección a la zona de interrogatorios y no a la de visitas. Cuando al fin llegan, el director Ortega abre la puerta y la deja entrar.
Para sorpresa suya quien estaba en esa sala era Kristal, su hermana, quien al verla se levantó y aprovecho el momento de shock de Arian para abrazarla mientras lloraba.
-¿Qué haces aquí?-. Molesta, pregunta Arian al salir de su estado de shock.
-¡Hermanita, no sabes las ganas que tenía de abrazarte! ¿Cómo estás? ¿Te han hecho daño ahí dentro? ¡Déjame revisarte!-. Dice sin parar una extasiada Kristal paseando sus ojos y sus manos por todo el cuerpo de Arian.
-¿Qué haces aquí?-. Pregunta aún más molesta la hermana menor. ¿No te quedó claro que no quiero saber nada de ti?-. Kristal se pone pálida y temerosa ante la voz y la mirada de su pequeña hermana, jamás la había visto de esa manera.
-¡Ari, yo, lo siento! Se que estás molesta conmigo, no estuve contigo ese día, sé que si hubiera estado ahí las cosas habrían terminado diferente. Cuando llegué al país ya era muy tarde ya te habías ido y cuando te arrestaron, sigo sin poder creer que hayas hecho eso que dicen…-.
-¿Terminaste? ¡Largo!- Interrumpió de golpe a su hermana.
Sus palabras y su voz tajante hicieron que el corazón de Kristal se encogiera, la dulce y frágil hermana que conoció ya no existe más. -¡Lo siento Ari!-. Habló ya con lágrimas en los ojos.
-¿Lo siento? ¡Ja! ¿Qué es lo que sientes? ¡Tenía diecisiete años y me dejaste sola! ¿Qué puedes sentir si no estuviste ahí cuando más te necesité? ¡Con mis propios ojos vi como asesinaron a papá y mamá! ¡Papá murió en mis brazos! ¿Y tú en dónde estabas? ¡Jugando a ser exitosa e independiente! ¡Te olvidaste de todo y de todos, no respondiste nuestras llamadas o estabas muy ocupada para hablar! ¿Y ahora vienes a decir que lo sientes?-. Arian se encontraba ya muy molesta y terminó por reprochar todo a su hermana. -¡No quieras venir a aparentar que te importa, no te queda!-.
-¿En verdad lo hiciste? ¿Tu… a ese hombre?- pregunta Kristal en un sollozo.
-¡Por supuesto que lo hice, lo merecía! ¡Así que créelo!-.
Arian golpeó el espejo que hay en la sala de interrogatorios, pues sabía que no estaban solas. -¡Quiero regresar a mi celda!-.
Las personas detrás del espejo quedaron decepcionadas al no conseguir su objetivo y un tanto avergonzadas por la situación que Arian había hecho pasar a la abogada Coll.
-¡Vaya, nunca la había escuchado hablar tanto!- . Dijo sorprendido el director del penal. En un momento uno de los agentes en la sala detrás del espejo se levantó y pidió que lo dejarán apoyar a la abogada. Salió del lugar y fue directo a la sala de interrogatorios.
Arian estaba parada tras la puerta con las manos listas para que le colocaran las esposas, pero cuando se abrió su sorpresa era aún mayor y su ira incrementó.
-¡Esto debe ser una broma!-. Dijo con un resoplido irónico y rodando los ojos.
- ¡Deberías escuchar a tu hermana!-.
Arian se burló de las palabras del agente y volvió a pedir que la llevarán a su celda.
Al ver que el hombre no se movía suspiró y muy molesta responde. -¿No me van dejar en paz, verdad?-. Resignada da la vuelta y se sienta frente a Kristal. -¡Habla! ¡No tengo tu tiempo!-.
-¡Conseguí que redujeran tu sentencia!-. Dijo su hermana entre sollozos y lo más rápido que pudo.
-¿Y cuál es el precio que hay que pagar por ese privilegio?-. Preguntó Arian con burla, sabe que nada es gratis en esta vida.
-¡Quieren que cooperes para desmantelar a una organización delictiva!-. Al escuchar las palabras de su hermana, Arian inmediatamente soltó una carcajada.
-¿Yo? ¿Es un chiste, verdad? ¡Estoy aquí por estafa y robo, además de acabar con un inútil cobarde bueno para nada! ¿Cómo esperan que coopere?-.
El agente y la abogada se miran entre sí.
-¡Este grupo delictivo se dedica al robo de bancos, de arte y secuestro. Ya han hecho asaltos importantes y nuestro objetivo es detenerlos! Es justo por tus crímenes que te recomendé para ejecutar este trabajo-.
Arian se queda en silencio por un momento hasta que finalmente responde:
-¿Recomendada por ti? ¡ Ja! En realidad no me interesa, ¡quiero regresar a mi celda!-. Se levanta y se dirige a la puerta decidida a retirarse, sin embargo el agente no se rinde.
-¡Gabriel Luna!-. Al escuchar el nombre Arian se queda pasmada. -Es la persona que estamos buscando ¡Sé que tienes asuntos pendientes con él!-.
Despues de unos segundo inmóvil, Arian da la media vuelta para verlos a ambos.
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Updated 41 Episodes
Comments
Nina CT
Que cruel!!
2023-01-30
1