7. Primera caza como lobo y alguna sorpresa (PARTE 1)

Después de que mí papá habló conmigo hacía algunas cosas para compensarme, mi hermana solo lo observaba cuando se daba cuenta, moviendo la cabeza con desaprobación…ella me decía que hubiera preferido que mi padre hiciera lo posible por no volverlo a repetir, pero yo no me sentía totalmente tranquilo aunque tampoco disgustado.

...-🌑-...

Un día estaba en el jardín sentado en una banca tratando de memorizar las leyes del reino mientras mi hermana se ocupaba de sus flores, Hélène volteo hacia donde yo estaba y saludó, yo también la saludé.

-¿Por qué siempre tu hermana cuida las plantas?- yo di un brinco porque Adelaide se encontraba justo detrás de mí -se supone que tus sentidos mejoraron ¿Cómo es que apenas notaste que estaba aquí?- dijo sentándose junto a mí.

-Estaba excesivamente distraído- acomodé los papeles que tenía, ahora que lo pienso creo que mi hermana la saludaba a ella y no a mí.

-¿Qué haces? y no respondiste mi pregunta- me sonrió.

-Vaya te veo demasiado feliz ¿A qué o quién se debe?- me miró fijamente como esperando a que le respondiera primero -memorizo algunas leyes y a mi hermana siempre le ha gustado la botánica- ella asintió -creo que ella se siente más cerca de nuestra madre cada vez que está con las plantas, porque ese jardín era de mi mamá- dije señalando hacia donde estaba mi hermana.

-¡Oye! no señales personas, es muy descortés-

-Yo estoy señalando al lugar, no a mi hermana- dije riendo.

-Y con respecto a tu pregunta- tomó un respiro y demasiado emocionada me agarró el brazo con sus dos manos -estoy emocionada- dijo susurrando -¡Soy un lobo!- también gritó pero su grito fue un tanto silencioso.

-Estoy muy feliz por ti- le sonreí.

-¡Y soy increible en esto! soy disciplinada y más capaz de lo que creía para mantener el control- tenía una enorme sonrisa, su alegría era contagiosa, no la había visto tan emocionada desde que tomó clases de artes marciales -necesito que algún día entrenemos tú y yo- instantáneamente le quité las manos.

-Ah, disculpa no sé si eso sea una buena idea-

-¿Lo dices porque soy una mujer?- yo me quedé pensativo, quería decirle la verdadera razón pero me sentía demasiado avergonzado, por un momento creí que era humillante que yo fuera tan malo en esto de ser lobo; solo agaché la cabeza y dije lo que Alphonse diría en una situación como esta -pues creo que sería mejor que entrene con mi padre o los chicos, mejoraría de una manera más rápida y eficaz- no quería mirarla pero para que me creyera alcé la mirada y me mantuve firme, como si realmente creyera lo que dije, me miró fijamente con el ceño fruncido, después hizo una mueca de disgusto y se alejó un poco de mí.

-Lo unico que me molesta es que hayas tenido que recurrir a una mentira de esa indole en vez de decirme la verdadera razón ¿Tan malo es?- intenté parecer seguro y decidido -dudo que tú te creas esa mentira, y si es de ese modo al único al que engañas es a ti- me miró totalmente seria, tenia una cara demasiado imponente, me sentía regañado y consolado al mismo tiempo, cosa que me causó escalofríos.

-No quiero hablar de eso- ella se acercó y me puso su mano en mi brazo.

-¿Tan malo es?- su expresion cambió a una llena de compasion.

-Enserio no quiero hablar de eso- desvié la mirada.

-Entiendo que no quieras hacerlo pero en algún momento deberías sacarlo, si no lo haces podría hacer que empeore- me puso su suave mano sobre mi mejilla y volteó mi cara hacia ella.

-Mira, no soy tan buena consolando personas, pero si soy buena escuchando y quizá mis consejos no te parezcan tan buenos, pero me esfuerzo; no te estoy obligando a que me lo digas, si no me lo quieres decir a mí puedes hablar con tu hermana, pero debes contarle a alguien y quizá pueda ayudarte en ese conflicto o en la dificultad que podrías tener, apoyarte de los demás no esta mal…tu hermana siempre lo dice- yo suspiré.

-Realemente has aprendido bien de Hélèna- sonreí un poco, ella me golpeo el brazo.

-Pero bueno, no nos pongamos tan sentimentales que me deprimes, es momento de festejar que pronto participaremos en una cacería- apretó el puño y soltó un golpe hacia el cielo, yo solo sonreí. Esperé con ansias la cacería, a escondidas en mi habitación trataba de practicar mis transformaciones y me costaba trabajo pero por lo menos ya tenía un poco más de control en eso, ya que había logrado transformarme y destransformarme con un truco, no era tan eficaz pero por lo menos no me haría quedar en ridículo frente al resto de lobos…por su puesto mucho menos frente a la familia encargada, que eran los Baramont.