-No harás que me avergüence de esta decisión, estuve a punto de perder a una hija, no podría permitirme perder a hijo…otra vez- dijo estoy tan bajo que dudé si realmente había dicho lo que entendí, mi hermana suspiró.
-Esta bien, admito que Victor perdió el control de su instinto animal, pero no debía dejarlo aquí tanto tiempo y en esas condiciones-
-Lo único que sí admito es que debí haber preparado mejor el lugar…y sí tiene baño- mi padre se marchó de la puerta y mi hermana me miró a los ojos.
-Tenía tantas ganas de decírselo…de a veces no se comporta ni como padre ni como rey- me acomodó el cabello -¿Qué te parece si volvemos al reino?- yo asentí sin decir ni una palabra, salimos y tomó una capa del piso, me tapó con ella; al recorrer el lugar me di cuenta de que había más habitaciones, estaban cerradas pero parecían ser similares a dónde me encontraba encerrado. Cuando salimos del lugar estábamos en medio del bosque, era de noche y solo había un caballo, nos acercamos y así pude darme cuenta de que se trataba de Hakan; todo el camino me dispuse a ver el cielo en silencio, tratando de no pensar en nada, pero no pude evitar que se me viniera a la cabeza la idea de que las estrellas eran hermosas y la luna brillaba como nunca…mi hermana tampoco dijo nada en ese lapso de tiempo. Al llegar al castillo supe que era de madrugada, tan de madrugada que no había nadie más que guardias rondando por los pasillos y en cuanto me vieron comenzaron a susurrar cosas, intenté agudizar mi oído pero me sentía cansado en todos los aspectos, aún así no parecía hacer falta, podía suponer que ellos estaban hablando acerca de mí y mi desaparición tan repentina; ya solo quería llegar a mi cama a dormir y eso hice, pero no sin antes abrazar a mi hermana antes de que saliera de mi habitación.
-Perdón- susurré apenas con fuerza.
-No te preocupes, nada de esto fue tu culpa- dijo con un tono de voz muy cálido y se marchó.
En los días posteriores solo me levantaba y realizaba mis deberes, desayunaba, comía y cenaba en mi habitación, no entrenaba y no me transformaba en lobo, obedecí y comí demasiada proteína; mi hermana solía acercarse a mí y me preguntaba cómo me encontraba, también le preguntaba lo mismo y ambos decíamos que estábamos bien, a pesar de que sabíamos que en algunos aspectos no era de ese modo, pero ninguno desmentía al otro.
-Bueno ya terminé con la propuesta- dije acomodando unos papeles, dejé de pensar en lo que habían pasado los días anteriores y me levanté de mi escritorio para entregarle los papeles a mi papá, no lo encontré en su despacho así que dejé las cosas en su escritorio.
-Padre escuchéme- oí la voz de mi hermana cerca de la habitación donde me encontraba, lo primero que hice fue escabullirme en uno de los roperos del lugar, después de estar escondido caí en cuenta de que mi primera reacción al escuchar eso no fue esperarlos y decirle a mi papá que había dejado los papeles, sino que huí de ahí pero al mismo tiempo me quedé -¡Padre!- gritó mi hermana azotando su mano en lo que parecía era madera.
-Ya te dije que no me voy a disculpar por proteger a mis hijos y al reino- le dijo mi padre en un tono serio ¿Por qué siempre me pasan estás cosas a mí? Cada vez que están hablando respecto a mí tengo que curiosamente escuchar lo que dicen y no siempre término de escuchar todo, que eso es lo más estresante.
-Sí debe hacerlo porque eso no estuvo bien, el fin no justifica los medios- dió unas palmadas a la madera, ahora que lo pienso debe estar recargada en el escritorio; escuché hojas y lápices, trataba de imaginarme el escenario de afuera pero pensaba en que probablemente no acertaría del todo.
-No deberías quejarte tanto, él no lo hace-
-¿Y cómo quieres que mi hermano llegue a hacerlo? si ahora no solo teme transformarse, también le tiene miedo al rey-
-Cualquier rey habría mandado a ejecutar a la bestia con la que nos topamos-
-¿Cómo osa decir algo como eso? Usted no es cualquier rey ¿Se le olvida que también es su padre?-
-No, hago lo mejor que puedo para mantener a salvo a mi familia y al reino ¿Qué hubiera pasado si atacaba a más personas? ¿O si lo perseguían para cortarle la cabeza?-
-No puedo negar que lo que pasó fue muy grave pero en vez de encerrarlo y obligarlo a contenerse debería enseñarle a tener un mejor control de sus habilidades, que aprenda lo necesario para que no se vuelva a repetir- mi hermana ya no gritaba pero seguía teniendo un tono elevado.
-Siempre tan elocuente- se escuchó el chirrido de la silla contra el piso, mi papá suspiró y deduje que se había dejado caer en el asiento de su escritorio.
-Padre entiendo que tenga miedo de que todo se salga de control pero debe ser más razonable de acuerdo a cómo actúa, siempre se va al extremo, también con los temas del reino- mi hermana ya se escuchaba más calmada.
-Siempre eres igual de elocuente que tu madre, tan madura y analítica- mi hermana rió y yo me contuve porque mi hermana no era tan analítica como mencionaba mi papá, ella se dejaba llevar más por el aspecto emocional, era su corazón hablando todo este tiempo y claro sí era demasiado elocuente en temas relacionados con el reino.
-Padre perdón pero es demasiado impulsivo, en algún momento debe aprender a escuchar a otras personas y a detenerse a meditar diversas soluciones para un problema-
-Lo sé pero no entiendes, no podrías comprender del todo por qué me comporto tan estricto con él-
-No, no lo entiendo-
-Así es él, desde muy pequeño ha tenido problemas para contenerse…de hecho era mi mayor preocupación para cuando se transformara- yo no quise detenerme a pensar lo que mi papá acababa de decir.
-Un segundo, entonces si usted ya sabía que había una posibilidad de que ocurriera ¿Entonces por qué no nos advirtió desde un principio? El Vörðr y yo teníamos derecho de saberlo y más mi hermano- dijo un tanto exaltada.
-Se hubieran preocupado por nada si no sucedía, tenía la esperanza de que Victor pudiera contenerse por si mismo- mi hermana resopló con malestar.
-¡Es un adolescente!- volvió a golpear la mesa -¿Entonces siempre fue el plan desde el principio? ¿El encerrarlo hasta que pudiera controlarse?- hubo un momento de silencio -¿Y cómo por qué?- dijo mi hermana gritando.
-Pero no pensaba dejarlo ahí sin comida y encadenado, además esperaba que no tuviera que llegar a eso…pero no me quedó alternativa, hubo un momento en el que creí que no era el mismo, pero después recordé cuando era un niño y también recordé a su madre cuando se transformó por primera vez…después entre en pánico-
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