4. Conversión (PARTE 3)

-Bueno, quizá debamos esperar a la luna llena que será en 5 días si mis cálculos no me fallan- dijo el Vörðr mirando el cielo y sacando un aparatito para medir la luna, yo miré con curiosidad.

-¡Debe quedar ya!- mi papá gritó y yo me acerqué a mi hermana.

-Pues con lo que he visto el chico está sano físicamente, creen que pasó por algo traumático estos días como para que no pueda transformarse-

-¿Traumático? si no hace nada mas que estar encerrado en su habitación- yo me moleste con ese comentario de mi padre, estaba bien que dijera cosas sin pensar porque tenía tantas preocupaciones y tantos sentimientos al mismo tiempo.

-¡Papá! pues yo ya le había dicho que debe tener miedo a lastimarme otra vez o a alguien inocente, o tal vez sufrió más que otros lobos al transformarse- mi hermana me defenió y el Vörðr asintió.

-Es posible, a veces cosas emocionales afectan las capacidades de un hombre lobo- dijo el Vörðr respaldando el comentario de mi hermana.

-¿Qué daño podría hacer? si es más débil que tú- sin darme cuenta fui caminando de espaldas cada vez que decían algo; me dolía más el pecho, quería dejar de escuchar su conversación así que cuando me adentré más al bosque corrí sin tener un destino fijo, solo quería alejarme de ellos. Al poco tiempo noté que mi dolor y enojo hicieron que mis ojos se volverian a transformar y me di cuenta de esto porque volví a escuchar la conversación de ellos a pesar de estar bastante lejos, y al escuchar los comentarios de mi papá descubrí que había sido un mal momento para agudizar mis sentidos - y no creí que alguien de la realeza podría ser tan pésimo en sus deberes y al mismo tiempo como lobo- la voz de mi padre tenía un tono molesto.

-Cuando las cosas no te salen como quieres o tu reputación está en juego te pones tan egoísta e insoportable- escuché llorar a mi hermana y me hirvió la sangre, no supe si mi padre se refería mí o a ella, no quise pensarlo pero no solo me había lastimado a mí, Hélène estaba llorando…la última vez que escuché llorar a mi hermana fue cuando falleció mi mamá y recordando esto supe lo mucho que la había herido ¡No puedo creerlo! ¡Soy tan ciengo! ¿Qué clase de hermano he sido como para no darme cuenta de la forma en cómo la estaba tratando mi papá? Pues recordé comentarios similares que le ha hecho a mi hermana después de que falleció mi madre;mi padre también hizo algo terrible, le quitó su derecho al trono, una cosa para la que ella había sido educada desde que era una niña.

Sentí caliente mi cuerpo, seguí corriendo y me empezó a doler, sabía que me estaba transformando pero intenté contenerme, caí al piso después de tratar de brincar una enorme piedra, no me pude levantar porque mi transformación duró menos que la vez pasada pero el dolor no disminuyó ni un poco; me sentía eufórico, olía todo, escuchaba todo, veía todo, me sentía tan aturdido que no sabía como actuar o como destransformarme, lo intenté pensando en que quería recuperar mi forma humana pero eso no funcionó, grité pero mi este se combinó con un ladrido ensordecedor. Estaba tan alterado, tan inquieto, enojado y herido que las lágrimas cayeron de mis ojos sin que yo pudiera evitarlo.

-Mamá- fue la primer persona a quien pude llamar para pedir ayuda, me senté y así en mi forma lobuna abracé mis piernas, me sentí tan fuerte y tan débil al mismo tiempo, débil…mi padre debía tener razón, era muy débil y por eso no podía transformarme o destransformarme a voluntad, pero no lo digo en un aspecto físico, más bien me refiero a débil mentalmente, frágil, que siempre tiene miedo a todo, que siempre arruina las cosas, que siempre huye de lo que le asusta y lo lastima…que hiere a las personas que más quiere. Seguí llorando y entre mi llanto se podía escuchar como una especie de gañido de perro, entonces escuché un disparo que me hizo zumbar los oidos, enderece mi cabeza y esperé a que dejara de escuchar ese zumbido, deduje que la persona con el arma estaba cerca, me limpié rapidamente las lagrimas y me puse atento a mi alrededor, momentos después volví a escuchar más disparos así que me escondí entre arbustos buscando donde estaba el tirador, además de averiguar si estaba disparandome a mí o a otra persona más lejos de donde me encontraba, me llegó un olor a polvora y me acerque sigilosamente; vi pasar a la chica de pelo rojo cerca de dónde me encontraba entes, noté que le estaba costando demasiado trabajo subir por donde yo había tropezado y que la razon por la cual me había caido fue porque estaba un desnivel que no había contemplado en cuanto salté; salí de los arbustos y me encontré directamente con un hombre armado, cayó de espaldas muy asustado, sus manos le temblaban, podía escuchar los rapidos latidos de su corazón, yo le mostré mis dientes y disparó, por suerte le dio a la armadura, disparó en repetidas ocasiones pero no me dio ni una vez así que pude tratar de arrebatarle su arma, pero al parecer aun no sabía controlar mi fuerza porque terminé arrancandole la mano, en ese momento me asusté tanto como él, voltee hacia donde estaba la chica y me miró asustada, lo que no sabia era si ese miedo había sido provocado desde que le dispararon o por mi culpa; ella me miró a los ojos durante mucho tiempo, despues miró al tipo que estaba en el piso y continuó corriendo, tomé al hombre del cuello.