-Vamos debemos volver- dijo el Vörðr esperando que me destransformara.
-No, enserio no puede, le es imposible controlarlo adecuadamente- mi hermana me puso su mano en el hombro.
-No podemos llevarte teniendo esa apariencia, asi que tendras que intentar una vez más- me dijo mi padre, simulé que hice el intento y después negué con la cabeza.
-No puedo, lo lamento- le dije.
-Ni siquiera te esforzaste- me habló un poco serio, lo intenté pero esta vez lo hice enserio y aun así no pude.
-No se preocupe majestad, yo traigo algo listo para casos como este- dijo el Vörðr sacando una pequeña bolsa que se encontraba dentro de su tunica, yo lo miré un tanto disgustado por el lugar de donde lo había sacado; lo abrió y metió su mano, acto seguido me sompló el contenido haciendo que comenzara a toser, sentia como si me quemara, tanto en la piel como en la garganta, caí al piso y unos instantes despues sentí que me ahogaba, miré a mi hermana y ella se quiso acercar a mí pero nuestro padre la detuvo.
-No se preocupe princesa, el sufrimiento es menor a cuando se transforma- a juzgar por su expresion esas palabras no calmaron en absoluto su angustia. Trataba de enfocarme en Hélène y no en lo que estaba sintiendo pero me parecia extraño, me dolía menos que cuando me transformé y cuando menos me di cuenta ya había regresado a mi forma humana; mi hermana me ayudó a levantarme, me sentía tan debil que debí recargarme de su hombro para poder caminar hacia el castillo, haciendo pensar que me hubiera gustado haber venido en caballo, suspiré con angustia todo el camino.
Al día siguiente antes de la cena comencé a sentir un hambre monstruosa, en el horario de la comída pedí que me llevaran de comer a mi habitación porque me habia atrasado en asuntos politicos y revision de tratados, estaba tan inmerso en mis deberes que olvidé por completo el comer, hasta este momento que mi estomago comenzó a gruñir, pero lo dejé pasar por un momento en lo que hacia a un lado los documentos para no tener ningun percance; cuando mi hambre aumentó me di un atracón con lo que estaba en la charola, inclusive me comí la decoracion de algunos platillos, hojas que no me debía comer…bueno sí eran comestibles pero no sabian tan bien que digamos; en cuanto me acabé la comida de la charola descubrí que seguía teniendo demasiada hambre, abrí la ventana porque me invadio un sentimiento muy extraño que me hizo sudar, me intenté refrescar con la brisa de la noche y un ave entró a mi habitación, labmiré y atrapé sin dificultad, esa ave negra se veia tan deliciosa.
-Victor quiero que rectifiques…- me quedé inmovil cuando escuché la voz de mi hermana, yo me encontraba de espaldas la puerta de mi habitación -¿Oye estas bien? no te preocupes, no te pongas nervioso por lo de hoy, lo harás bien- tragué lo que tenía en la boca y comencé a toser -cuidado, si tenias comida en la boca no debiste intentar contestarme- se puso detras de mí,byo intenté alejarme pero ella me detuvo y me volteo rápidamente mirándome confundida; escupí un par de plumas, descubriendo que eso era lo que me había hecho toser, miré hacia abajo y mis ojos se llenaron de lagrimas.
-Perdón- le dije al ave que le había comido una parte del cuerpo.
-Esta bien, tranquilo- se alejó con cautela en direccion a la puerta y la cerró con llave -primero tienes que calmarte- tomó un pañuelo rojo que estaba amarrado en su muñeca -aún tienes los colmillos y probablemente sigas teniendo hambre- yo sentí con la cabeza -vamos a hacer esto, no te alteres y termina de cometelo-
-¿Eh?-
-Sí, es como si comieras pollo frito o pavo…solo que este no está cocido- rió un poco, traté de seguirmelo comiendo pero me sentía mal por el pobre animal, tiempo después ese remordimiento se conviertó en goce y satisfacción porque sabía delicioso -muy bien, cuando termines agradeces por la comida y te limpias con este pañuelo- sacudió su pañuelo rojo, cuando terminé me limpié y me volví a sentir mal -¿Qué sucede?- me preguntó tomando el pañuelo y yendo hacia mi baño.
-¿Así será siempre?- pregunté cabizbajo.
-¿Qué cosa?-
-¿Voy a matar animales cada que me dé hambre?-
-No, eso solo pasa si no comes adecuadamente- me dijo desde el baño, cuando salió notó mi cara llena de duda -sí, la proteína es muy importante en tu alimentación, un filetito no te va a saciar, también debes comer en tiempo y forma- miró la charola dónde se encontraban mis platos vacíos. Yo asentí entendiendo lo que me había dicho, ella se marchó y yo me quedé pensando en sus palabras.
Al llegar la hora de ver al Vörðr me preparé demasiado ansioso para intentar transformarme de nuevo, está vez mi hermana me tocó el hombro antes de que me pidieran que me transformara.
-No te presiones, ve a tu propio ritmo sin importar lo que otros piensen, no vas muy atrasado o muy adelantado, cada uno tiene su propia capacidad y no debe compararse con otros respecto a sus habilidades o metas- yo la miré enternecido y me sonrió, las palabras de mi hermana fueron alentadoras y al mismo tiempo me tranquilizaron, ya no me sentía ansioso así que me pude transformar de nuevo y está vez el dolor fue un poco más tolerable, miré a mi padre y esperé su aprobación, solo se transformó y me atacó agarrándome desprevenido, lo pude esquivar pero con dificultad, mi hermana también se transformó y nos miró.
-Así debes poner la guardia- mi padre se acomodó e intenté imitarlo -ahora soltaré algunos golpes y ataques así que aplica lo que has aprendido con los guardias en tu entrenamientos- yo asentí y peleamos, fue muy difícil pero ví que se contenía un poco; me costó trabajo esquivar los golpes o devolverselos pero me sentía feliz, mi padre se veía satisfecho…después de entrenar un poco volvimos a casa y el Vörðr de nuevo me ayudó a destransformarme.
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