4. Conversión (PARTE 2)

...-🌑-...

-¡Dígame lo que está pasando!- escuché a mi padre hablando en su despacho mientras pasaba cerca de ahí.

-Esto no es normal, debería poder transformarse incluso sin que se disponga a hacerlo- dijo otra persona la cual no le reconocí la voz, pero de lo que sí estaba seguro es que era un hombre.

-¡Eso ya lo sé!- me acerqué y descubrí que la puerta estaba entreabierta, pero a pesar de no estar exactamente frente a la puerta podía escuchar lo que decían con claridad.

-Necesito revisarlo y verificarlo por mi cuenta si me lo permite-

-¿Acaso me está diciendo mentiroso?- gritó mi papá.

-Deberíamos calmarnos- me sorprendí al escuchar la voz de mi hermana dentro de la habitación.

-Esta bien, cuando anochezca puede revisar a mi hijo y descubrir la razón por la cual no puede transformarse de nuevo- mi papá aún hablaba en un tono molesto, mi hermana salió y me vio, cerró la puerta inmediatamente.

-¿Qué haces aquí?- me tomó del brazo y me alejó de ahí.

-Solo iba pasando- le respondí mientras caminábamos.

-Eso no es cierto, eres demasiado indiscreto cuando se trata de escuchar conversaciones ajenas- yo reí - pero papá no debe saber que los estabas escuchando.

-¿Por qué? ¿Quizá será porque así sabrá que yo ya estoy al tanto de que me considera una decepción?-

-No te considera una decepción-

-Como lobo sí- nos detuvimos y me miró a los ojos.

-Mira, papá no está decepcionado, solo está preocupado por ti-

-No, debe estar preocupado de que su hijo heredero no pueda transformarse de nuevo, además de que eso es una vergüenza para la familia y el resto de lobos-

-No pienses eso, nunca serás una vergüenza para mí, no importa si no puedes volver a transformarte, no por eso dejaras de ser mi hermano- me abrazó y yo correspondí el abrazo, me sentí tan abrumado cuando escuche a mi papá hablar frenéticamente; no era que no quisiera transformarme, no podía, tampoco sabía por qué pero solo los ojos me cambiaban y después de unos segundos volvían a su estado normal, mi papá no era el único preocupado por esta situación, me que me sentía rezagado pues uno de mis mejores amigos ya se podía transformar totalmente en lobo, mi mejor amiga se convertiría en loba la próxima luna llena y mi otro mejor amigo también estaba por convertirse en lobo muy pronto.

-¿No crees que alguien podria escandalizarse por encontrarnos así?- le dije a mi hermana sin soltarla o dar algún indicio de que estaba incómodo, pues era todo lo contrario, me sentía más tranquilo en sus brazos, ella empezó a acariciarme el cabello.

-Sabes que no me importa y no tendrían por qué escandalizarse, eres mi hermano- no respondí a eso, supongo que ella dedujo que no quería que se apartara, porque nos quedamos sí un tiempo más en silencio -¿Quieres que te cante mientras te recuestas en tu cama y acaricio tu cabello para que te duermas? Así como cuando eras niño- yo comencé a reír.

-Eso no estaría mal, pero por mucho que lo quiera ya no soy un niño, pronto seré un adulto y…-

-Esta bien, entiendo no necesitas darme explicaciones- me soltó y me sonrió -¿Ya estas mejor?-

-¿Mejor? yo no me encontraba mal- me alejé de ella y le di la espalda.

-No puedes engañarme, te conozco demasiado bien como para saber lo que te gusta, lo que no, lo que te aflige, lo que te emociona, lo que te aterra, las decisiones que llegarias a tomar e inclusive lo que dirías en ciertas ocasiones- yo reí.

-O simplemente te fijas demasiado en los comportamientos de las personas- dije riendo.

-Es que son como las flores-

-Yo no les veo mucha similitud- intenté hacer esa asociación pero no me fue posible, quizá lo decía porque ella sabía demasiado de las flores, tanto como para compararlas con el comportamiento humano, aun así me parecía raro.

-Te estuve buscando por todo el palacio- dijo mi padre acercándose nosotros.

-Padre ¿Qué sucede?- le pregunté.

-Necesito que te alistes en la noche para entrenamiento- dijo un poco serio.

-De acuerdo- mi papá se marchó y mi hermana lo siguió.

-Tenemos que hablar- dijo ella mientras se alejaban.

-¿Sobre qué?- le contestó.

-Ya sabes, sobre el problema que más te preocupa en estos momentos, creo que ya sé por qué está pasando-

-Espero que no vuelvas a insistir con el tema del miedo, que es ridículo- cada vez era más difícil escuchar lo que decían pues ni siquiera podía verlos, estaba tan concentrado en lo que decían que no vi hacia donde se dirijan, así que no pude seguirlos para terminar de escuchar sobre lo que estaban hablando y estaba casi seguro que era sobre mí.

Al llegar la noche me preparé, mi papá, mi hermana y yo fuimos al bosque, descubriendo que el Vörðr era con quien estaba hablando con mi papá en su despacho.

-Por favor transformate- me dijo el Vörðr de forma educada y pacífica.

-Disculpe pero no puedo- le respondí.

-Si no lo sigues intentando jamás podrás- me dijo mi papá, yo asentí e intenté transformarme pero como siempre solo podía transformar los ojos unos instantes, recordaba el momento en que me transformé por primera vez y mis ojos regresaban a su estado original.

-Inténtalo de nuevo por favor- dijo el Vörðr, observando cuidadosamente, lo intente otra vez y pasó lo mismo.

-Otra vez- dijo mi papá.

-Tú puedes- escuché a mi hermana susurrar y levantandome los pulgares sin que mi papá o el Vörðr se pudieran dar cuenta, una vez más no pude transformarme.