6. Así es él (PARTE 1)

-Primero que nada calmate- escuché la voz de mi papá en la habitación, lo busqué demasiado agitado, hasta que vi un cuadro pequeño que irradiaba luz.

-¿Papá? ¿Dónde estoy?- le pregunté acercándome rápidamente al cuadrado, pues estaba seguro de que esa voz era la de mi padre.

-¡No te acerques!- me detuve inmediatamente -no vas a salir de aquí hasta que esté seguro de que no serás un peligro para ti o para los que te rodean- yo me quedé confundido.

-Perdón por haberme comportado tan agresivo, no sé lo que me sucedió- inmediatamente recordé lo que mi hermana me había dicho respecto a las plantas -¡Las plantas! las plantas que me tragué me causaron esto, yo no soy así- mis lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas -¿Cómo está Hélèna?- pregunté demasiado alterado, mi padre dió un golpe que me asustó demasiado.

-Primero necesito que te calmes para que pueda decirte lo que sucedió- eso que dijo me puso más ansioso, sobre todo porque ese cuadro ya no irradiaba luz…es más, ya ni siquiera estaba; golpee fuertemente el lugar donde recordaba que se encontraba ese cuadro pero mi papá no volvió a abrirlo, así que me recosté en el piso. No me di cuenta cuándo me quedé dormido, solo sentí algo en mis patas y me desperté muy angustiado.

-¿Pero qué?- vi que alguien estaba terminando de ponerme unas cadenas -¿Qué es esto?- intenté alcanzarlo para que me desatara pero las cadenas no me lo permitieron.

-Sí que está muy alterado- dijo ese hombre, no reconocí su voz ni su aroma, estaba seguro de que no era él Vörðr ni alguien del personal de mi castillo.

-No necesitabas hacer eso…no es un criminal- escuché la voz de mi padre.

-¡Sueltenme!- intenté acercarme a ellos pero no podía, intenté forzar las cadenas pero no cedían, me esforzaba mucho pero entre más lo intentaba más me lastimaba; al entender que me sería difícil liberarme me acosté en posición fetal y traté de no pensar en nada pero no era fácil, tenía mil y una cosas en la cabeza, mi papá, mi hermana, el reino, mi futura coronación…de hecho había pasado tanto tiempo desde que no tenía esos pensamientos angustiantes sobre mi futuro, pues me había mantenido demasiado ocupado desde la última vez que los tuve como para distraerme en ese tipo de cosas. El tiempo pasó y pasó, no había nada con lo que pudiera distraerme, solo estabamos mis pensamientos y yo….y eso martirizante, una tortura constante, que me hizo pensar que tus propios pensamientos podrian ser más destructores y dañinos que cualquiera de los monstruos que habitan en este mundo.

-¿Ya estás calmado?- me preguntó mi padre abriendo el cuadro, no le conteste, solo seguí acostado -después de que te comiste lo que sea que te comiste comenzaste a atacarnos sin parar, dañaste mucho a tu hermana pero te logré inmovilizar-

-Gracias por eso- dije con poca fuerza, comenzaba a darme hambre y estaba un poco cansado, me preguntaba si era por estar transformado por tanto tiempo o por haber pensado en todas esas cosas.

-Pero eso no es todo- yo levanté la cabeza -no sé cómo pero lograste liberarte y la heriste de gravedad, estabas fuera de control, desenfrenado; en ese estado te alejaste tanto del reino y del castillo que te encontraste con viajeros…los atacaste, pero no te preocupes nadie murió- me levanté rápidamente -no me mires como si no recordaras nada, estoy muy preocupado por ti y no he parado de preguntarme si sería buena idea volver a dejarte ser lobo- en ese momento sentí que con sus palabras me estaba diciendo que se estaba replanteando el enseñarme a ser un hombre lobo y que le pediría al Vörðr que evitara mis próximas transformaciones así que sin pensarlo me acerqué a atacarlo -¿Ves? eres un peligro para todos nosotros…y también para ti- se marchó e hize una rabieta, luche contra las cadenas y me terminé lastimando demasiado, caí al piso y alguien abrió la puerta; había perdió noción del tiempo en ese ataque frenesí que no sabía cuánto había pasado desde la última vez que mi padre había hablado conmigo. Alguien comenzó a caminar, miré hacia ese lugar y por la luz que provenía del otro lado solo pude ver una silueta, se acercó a mí y yo saqué más las garras para atacar.

-¿Pero qué es esto?- esa silueta fue tomando forma y con la voz me di cuenta de que se trataba de mi hermana, lloré y en vez de atacarla me transformé rápidamente en humano, sentí que con todo mi ser no quería lastimarla, y mientras me dirigí a ella mi papá me miraba con perplejidad -¿Pero qué le pasó por la cabeza? Como padre y como rey- dijo mi hermana muy molesta mientras me abrazaba.

-Es que…- mi padre se quedó un momento en silencio.

-¡Nos debe una explicación y una disculpa, aunque ni siquiera una buena disculpa sería suficiente!- mi hermana cada vez alzaba más la voz.

-Tú lo viste, se descontroló por completo, se comportaba como un verdadero animal-

-¡Papá despierte! Somos animales salvajes ¡Somos Wolves!- mi hermana en su grito soltó un gruñido -ahora quiero que le quite las cadenas y me voy a llevar al castillo a mi hermano- yo no quería levantar la cabeza, no quería despegarme de ella.

-No puedo dejar que hagas eso y no lo voy a soltar hasta asegurarme de que no hará una masacre-

-¿No ve que esto hará que jamás quiera volver a transformarse?-

-Ahora que lo pienso ya no es tan mala esa alternativa- mi hermana le gruñó.

-¡A mí no me hagas eso jovencita!-

-Está tan paranoico que piensa encerrar a su hijo en estas condiciones ¿Y sin comida? ¡Sin comida! ¡Ya entendí por qué actúa como actúa! ¡Lleva encerrado dos días y no ha comido nada! ¿Cómo espera que se controle y se tranquilice si no le trae comida?- jamás había escuchado tan enojada a mi hermana.

-No me alces la voz, soy tu rey y tu padre, no tienes permitido gritarme de ese modo-

-Perdoneme, pero por favor ¿Podría quitarle estás cadenas?- mi padre se acercó y abrió las cadenas de mis tobillos, sentí como si vacilara a cada movimiento -si tanto quieres que lo libere lo haré porque tampoco estoy de acuerdo con estas cosas- escuché cómo tiró las cadenas a un costado de nosotros.

-¿Pero sí está de acuerdo con encerrar a un niño en una habitación sin luz, agua, comida y baño?- me enderece un poco y vi como mi padre desvió la mirada y trató de no ver a mi hermana a los ojos.