Bobby Blender, que funge de Secretario General, es primo de Kesman y está leyendo el presente relatorio de la poderosa empresa:
— 《Lo relacionado con ingeniera espacial es un tanto por ciento, mínimo, de participantes, cuyos montos económicos de inversión en la Global, pasan del billón de dólares–. Habla muy serio, en reunión con los accionistas y continua después de una pausa:
《La segunda altura o nivel, en la pirámide de inversionistas, corresponde a los proveedores de equipamiento de salud y de bienestar espacial, así como de lo elemental para la vida fuera de la atracción de la gravedad o Gravitacional Force, una dirección que es mirada con mucho celo y sus participantes son colados de forma secreta.
《Allí la inversión ultrapasa de los 3 billones de dólares.
《Los otros niveles ubican a la industria arquitectónica y a la proyección de ingeniera terrestres, relacionada con subterráneos y puentes voladizos, que atraviesan precipicios y unen cordilleras.
《Esa dirección se encuentra en Suiza, y sus técnicos son generalmente de ese país, pues manejamos esa tecnología desde antes de la mitad del siglo XX, dadas sus condiciones de espacio tan pequeño y sus cordilleras de los Alpes tan montañosa y repleta de precipicios.
《Los túneles, ahora ya no serán solamente bajo tierra, serán aéreos y estarán forrados o cubiertos, por vidrio que fabrica por supuesto la Global Enterprise Inc.
《Más adelante, iremos desglosando las otras empresas que están aliadas de una u otra manera a este gran, o mejor decir, monumental consorcio manejado por nuestro joven CEO, de veinte años… llamado Kesman Kehr 》》》》》》》–. Concluye hasta ahí muy fino y conspicuo, Bobby Blender.
—《Míster Bobby Blender, please, le llaman en su oficina. –. Se escucha la voz del robot, en la sala. Y Bobby le cuestiona con estilo de elegante CEO Segundo, de la empresa:
—¿Es alguna cita marcada?
— 《Sí señor, una licitación que usted hizo, y le llaman directamente desde Oslo, Noruega. Piden completa discreción》
Bobby mira a quienes le observan, asombrados.
—Qué discreción es esa…— reclama Bobby y la voz de la computadora, se retracta:
— 《Sorry mister Bobby, sorry… please》
Es que la computadora no supo analizar que allí hay veintidós personas, muchas de las cuales, pueden ser socios con varios intereses inclusive escondidos bajo la solapa de su paletó.
Pero, ni modo, se levanta y mirando a todos con gran personalidad que tiene para dirigir, pese a sus veinticuatro años, les solicita con mirada segura:
—Les pido que se mantengan aquí, toda discreción de lo hablado es importante, cada paso a partir de hoy, será grabado, será meticulosamente relacionado con lo que pase en estos momentos y de aquí para adelante.
—Gracias… en su momento, les comunico de la llegada de Mister Kesman.
—Ok, thanks Bobby –. Es la ejecutiva de peinado tipo español de moño bajo casi topando la espalda y acariciando su escote en el cual su cuello de mujer bella y sofisticada aunque muy discreta, resalta en comparación a las otras ejecutivas mujeres, cinco en total entre los veintidós accionistas asistentes.
—Gracias Normandía — le dice Bobby.
— Entiendo, no os preocupéis. Anda hermoso primo mío, cuido tus espaldas.
— Por eso es que prefiero secretarias de carne y hueso… podrán alguna vez ser indiscretas, pero uno las corrige en la cama…
— Ja, ja,ja, no me lo digas a mí, que no tengo motivos para que me hagáis celar — Ríe Normandía. Y gira excelsamente, para mirar fijo otra vez de una sola ojeada y casi de forma cruel, a los hombres más viejos de los accionistas, que le espetan la mirada, dirigidas especialmente a su dorso, el talle y su pompis.
Bobby sale rápidamente, esconde su contrariedad, nadie debió escuchar eso de Oslo, Noruega.
Pasa por una central de computación en el pasillo que separa los ambientes de la elegantísima sala de Dirección Ejecutiva y dice a una mujer:
Desconecte a la computadora ejecutiva. Está diciendo tonterías. —Sí señor… sí señor – acepta una señora secretaria cincuentona, de nombre Cornelia, como cita el letrero de su escritorio.
Bobby ingresa a su escritorio independiente. El mundo se podrá volcar si este sistema de computación tiene una minúscula falla…qué pasó, que pasó Sigmund, le inquiere a Bobby, que le espera frente a su silla ejecutiva.
— Bobby, Bobby qué pasa aquí, vi toda la escena en la pantalla de pared y escuché la metida de pata de la computadora al nombrar a Oslo, Noruega. Qué habéis hecho estos días para no tomar cuidado en esa reunión que acabáis de hacer. Habéis hablado de la situación de Kesman antes de tiempo.
No puedes haber dicho nada, te había pedido que mantuvieras esta situación en total silencio, nadie merece ni nadie precisa saber más allá de lo que saben nuestras narices, ninguno de ellos es totalmente confiable, sus millones pueden mover montañas, tapar lagos, sumir desiertos, levantar selvas y quemar praderas; Bobby, no entiendo:
¿Cómo podéis estar tan al borde de lo bueno y al mismo tiempo de lo malo?
— Por favor Sigmund… no me reclames nada…
— No os estoy reclamando os estoy llamando severamente la atención… os encargué todo el manejo discrecional al respecto de Kesman, y el manejo meramente ejecutivo sin añadir supuestos enjambres de salud familiar sin motivo y sin saber aún si es real y el alcance de los mismos en la salud de nuestro principal.
—Por favor, por favor, no me habléis así…
—Cómo que no, quién os creéis que soy, qué es lo que pensáis que vengo a ser… Aquí… aparte de lo que sabemos, debéis acordaros a cada día repitiéndote en vuestra memoria, que represento a … A vuestro padre.
—Está bien, está bien…
—Bien entonces…
Lo hecho, hecho está, ahora, si Kesman alcanza a saber lo que habéis dicho, antes que … pues, te mandará de patitas a la calle, sin un centavo de tus supuestas acciones.
Los dos hombres se callan.
Sigmund, levanta su cinturón arriba del abdomen. Pero está petacudo y prefiere callar, ante la sonrisa burlona de Bobby, que no se aguanta y ríe…
—Okey, okey padrino Sig, pero guardaos vos, un poco de dieta, mira, mira, como ha crecido más esa barriga.
«Míster Bobby Blender, Míster Bobby Blender, urgente, está arribando nuestro gran principal Míster Kesman Kehr, y en breves minutos estará descendiendo en el helipuerto de la Global Enterprise Inc. »
—Pero no habían desconectado a la "Secrerob"...My God, pero está bien...sirve de mucho... okay... Padrino Sig, vamos arriba, llega nuestro máximo.
Corren hacia un elevador en la misma dependencia privada y esta es de vidrio lateral, que mira al inmenso predio frente al Memorial Center of New York.
Sí efectivamente, el helicóptero está cabalmente, casi topando piso cuando nuestros amigos llegan a la terraza mayor, y a los pocos minutos, al detener la hélice, abren la puerta del principal y gran gerente de la Global, el ya famoso joven Kesman Kehr, muy conocido en los ámbitos empresariales de las potencias del planeta Tierra.
Al mismo tiempo y para asombro de Bobby, el cual es azotado por el viento y sus cabellos le vuelan por la frente, mostrando su gran perfil de hombre joven sub gerente, poderoso también, y nada menos que primo del principal, es muy conocido en los ámbitos sociales y empresariales en que la juventud especialmente de Usa, la Unión Europea y Asía.
Se pampea, en fiestas que dan normalmente, las empresas subsidiarias y todo el cuerpo multinacional publicitario y de marketing que genera otros tantos millones y de las cuales el sub gerente es Director Ejecutivo de la Global.
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