XVIII.

Cuando anhelas algo que conlleva tiempo, este se te hace eterno, deseas tomar un reloj y mover las manecillas para así adelantar el tiempo y detener la espera.

Mattheo había conseguido entrar a la organización del asqueroso de Antón Grant, en los tres días que tenía a prueba pudo comprobar que ese hombre era realmente un monstruo y no hablar de su hijo, Patrick Grant, medio hermano de Alessia.

Grant contaba con un sinfín de burdeles, en los de clase alta se apreciaban a las mujeres más hermosas y de buen cuerpo, eran de diferentes edades, incluso niñas no menores a 7 años. También pudo descubrir que cuando las mujeres adquirían un embarazo o dejaban de ser del gusto del consumidor estás eran desterradas de aquel lugar y pasaban a unos de clase baja dónde lo que reinaba era la suciedad y enfermedades de transmisión sexual.

Las chicas que llegaban a terminó en su embarazo eran afortunadas, a decir que en un sentido, pues si el bebé nacía en perfectas condiciones le separaban inmediatamente para venderlos al mejor postor. Los bebés que nacían con algún problema de salud o malformación genética eran abandonados en algún basurero hasta que morían por falta de oxígeno o leche.

Todo era una tortura, ni siquiera el asqueroso de Bouchain se atrevía a tanta crueldad.

Por otro lado estaba Alessia, ella anhelaba que el tiempo transcurriera de una manera exorbitante pues estaba a nada de descubrir que su esposo podría ser un "Caminante".

Ella había platicado con Constanza a cerca del viaje, le planteo que viajara con ellas pero la mujer mayor se negó, ella no deseaba interferir en los asuntos de su querida niña Alessia. Además a nadie le cae mal un tiempito a solas.

El día tan esperado llegó, Alessia se encontraba en el estacionamiento del aeropuerto junto a Cosette, solo llevaban una pequeña valija con ropa de la niña pues Alessia seguía conservando el departamento donde vivió un tiempo con su grandulón y ahí contaba con un guardarropa significativo.

Ambas subieron por las escaleras eléctricas con la valija rosada de Cosette. Acudieron a la sala correspondiente para etiquetar el equipaje y se dirigieron a la sala de espera dónde decidieron ingerir algo de alimentos.

Cosette se guío por una hamburguesa con su respectivo juguete, mientas que Alessia pidió una Big Mac doble con extra queso, era necesaria esa ingesta de calorías pues llevaba bastante tiempo sin probar algo tan grasosamente suculento.

Tomó con sus deditos índice y medio aquella gran hamburguesa, la grasita se podía apreciar impregnada en casa parte de ese suculento manjar.

Sin más la acercó a su boca, plantó la mordida más lenta y deliciosa que podía haberle dado a ese par de panes y carne.

—Hola Sia— La voz de Jairo la saco de su sueño con esa hamburguesa, claro que había gente pero siento sinceros no volvería a ver a nadie en ese lugar por ello decidió no tener vergüenza.

No obstante ahora más que nunca la tenía, rápidamente bajo la hamburguesa y comenzó a masticar rápidamente, tomo la servilleta y se limpió los rastros de salsa de tomate sobre la comisura de sus labios, todo esto sin apartar la vista del brasileño.

—Ho... ho... hola Jairo— tragó duro los rastros de aquel increíble sabor.

Cosette rodó los ojos al ver a aquel hombre que se comía a su madre con la mirada, quiso protestar pero últimamente Alessia y Jairo compartían tiempo, sin dudar se quedó callada pues la reprimenda sería horrible en esa parte del aeropuerto. Ignorando la situación siguió jugando con su Moana.

—¿Qué... qué haces aquí?— la chica abrió los ojos como platos, no se esperaba ver a aquel hombre en esa parte del aeropuerto.

—Vine a despedirme — El chico no estaba interesado en ocultar sus intenciones, sin más iba con todo para obtener a esa preciosa muñequita de los ojos grises, aún que para ser sinceros su demoníaca hija era un obstáculo que igualmente estaba dispuesto a derribar.

Alessia tomó su bebida de gaseosa y sorbió por la pajilla biodegradable, el sabor a limón se impregnó en cada rincón de su boca y de paso refrescó su garganta aceitosa.

—Pero Jairo solo nos vamos dos días — su simpatía estaba presente, sin querer paso un mechón de su cabellera ondulada detrás de su pequeña oreja, no era coqueteo, sino una manía que ella portaba cuando sentía vergüenza.

—Esos dos días serán un martirio, me he acostumbrado tanto a ti que me costará trabajo realizar mis actividades en el estudio sin tí — insistió el hombre, observó a Alessia sonrojarse y a Cosette rodar nuevamente los ojos.

Para la niña era fastidioso estar escuchando a un hombre coquetear con su madre cuando una de sus misiones era alejar a la hombres.

Jairo tomó asiento a lado de Alessia.

—Jairo no seas exagerado— posó su mano sobre el prominente hombro — Siempre te haz válido sin mi, no será nada diferente—

La chica observo su hamburguesa, moría por darle otro mordisco pero no tenía que ser descortés.

—Todo será diferente, todo sin esos ojos grises — su mirada aceitunada se colocó sobre la gris.

—La verdad es que me halagas— la chica estaba arta de recibir tantas indirectas realmente directas de ese hombre, todo comenzó por Cosette y su diablura.

Se dió golpes mentales, no debía culpar a su pequeña cuánto ella misma se ofreció a colaborar con el hombre, ella misma cavó si tumba.

—Pasajeros del vuelo 5225, favor de abortar por el área indicada.— La voz de la recepcionista se escuchó por los altavoces.

—Lo siento mucho Jairo, ese es mi vuelo — Había sido salvada por la campana.

—No se preocupen, las acompaño— insistió.

Con tristeza la ojigris tomo la bandeja donde descansaba su hamburguesa y papas, sin más la dejo intacta sobre el área de alimentos lamentándose por desperdiciar comida, ella estaba en contra de eso pero no tuvo otra opción, guardarla era que los agentes la detectarán y tirarán a la basura.

Tomo el vaso con gaseosa y fue tomandosela por el pasillo a convenir con la otra mano tomando a su pequeña.

Jairo hablaba sin parar de trivialidades, la chica asentía con la cabeza simulando presentar atención, sin embargo si cabeza giraba en su grandulón y la esperanza de verlo nuevamente.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***