V.

Alessia siguió el consejo de Constanza, tomo todo el amor que tenía dentro y lo distribuyó entre la señora mayor y su pequeña de los ojos gris celeste, aunque la espina de su esposo seguía instalada en su corazón.

La niña estaba creciendo demaciado rápido, el tiempo no tiene perdón de nada. Estaba cumpliendo cuatro años y sería un festejo sencillo aunque de verdad hermoso.

—Mami... mami— Cosette corría de un lado a otro con esos ojos imperdibles en cualquier lugar.

—¿Que sucede cariño?— Alessia preguntó dejando su taza de chocolate caliente sobre la barra

—Mi amigo... mi amigo dice que puedo patinar sobre el lago.— sus ojitos brillaban intensamente.

Desde el momento que Cosette comenzó a hablar dice tener un amigo imaginario que la protege y ama en cualquier momento y lugar en que ella esté.

La marfilada al notar el comportamiento de la pequeña la llevo con un especialista pues no creyó que fuera algo para dar por pasajero. Tras varias sesiones le informaron que ella se comportaba de aquella forma por la ausencia de su padre pues, aunque muchos niños crecen de la misma forma que Cosette no todos reaccionan de la misma manera.

Tenía que seguir vigilando a la niña y si existía una anomalía acudir nuevamente al especialista.

—No creo que sea conveniente Cosette, el lago se puede ver congelado pero en ocasiones eso no es cierto, puedes pisar un punto dónde se quiebre el hielo y te mojarías con agua a temperaturas bajo cero... ¿Sabes cuan doloroso sería esa temperatura para tu cuerpo?—

La niña negó con la cabeza, definitivamente sus ojos eran muy parecidos a los de su padre, conforme crecía adquiría facciones del difunto.

—¡Es mucho más fuerte que el dolor que sientes cuando la doctor te inyecta el antibiótico!— Alessia abrió los ojos como platos, refiriéndose al dolor que podría producirle.

La pequeña Cosette se llevó sus manitas a la boca, estás estaban cubiertas por unos guantecitos blancos de lana con destellos coloridos. Ella siempre supo que la moda era parte de su ser, por ende siempre andaba perfectamente arreglada.

—¿¡Como si me inyectaran mil agujas al mismo tiempo!?— la dulce vocesita denotaba sorpresa.

—¡Ándale!— Alessia golpeó la naricita de su pequeña — Cómo mil agujas—

—Ok mami... entonces solo seguiré jugando en la parte trasera — Realmente tenía una hija con mucho valor

—Solo no te salgas del perímetro linda—

—No mami, yo jamás me alejaré —

La chiquilla salió dando saltitos, era una acción que adquirió desde hace tiempo. Los pompones de sus botitas de invierno bailaban de un lado a otro.

Alessia negó con la cabeza, observando a su pequeña con una sonrisa en el rostro inigualable.

Pronto los invitados llegarían a la celebración del cuarto aniversario de la pequeña.

Alma y Emilio se quedaron en la casa contigua pues la marfilada no contaba con más habitaciones por ello decidió alquilar la casa de a lado.

Alexander, Mar, Richard y su pequeño Andrew estaban en camino.

Alessia decoró rápidamente el pastel, un par de sirenas en tonalidades doradas yacian sobre el fondo rosado, tras dejarlo dentro del refrigerador subió las escaleras de su pequeña casa para alistarse con ropa cómoda, lentamente y contando los escalones llegó a su habitación, sin embargo un leve sonido se filtró por los orificios.

...♪♪ De repente me llegaste tú,...

...me haz llenado el corazón de vida...

...no te vallas nunca de mi lado....

...Quédate.♪♪...

Alessia retornó a la planta baja con rápidez, su pulsación aumentó considerablemente y podía sentir los latidos de su corazón sobre su cabeza, recordaba a la perfección aquella canción la cual Dereck le canto al oído en su boda.

Desde la muerte del grandulón ella no escucho si quiera una canción por su cuenta, además en territorio Estadounidense no se escuchaban los Claxons con regularidad.

—Cosette... Cosette — gritaba descendiendo rápidamente las escaleras, su rostro denotaba lo descolocada que se encontraba

—Dime mami— la pequeña tenía una tableta entre sus manos, estaba perfectamente sentada sobre el sillón individual de la estancia principal.

—¿Dónde escuchaste esa canción?— por su rostro caían gotas de sudor.

—No lo sé mami... me salió como recomendación y me llamo la atención la portada — decía meneando sus deditos por la pantalla plana sintiéndose ajena de la situación que su madre vivía.

—Voy a alistarme, deberías de cambiarte también — Agregó con cansancio y resignación pues siempre que recordaba a su difunto esposo sus fuerzas se caían en picada.

—¡Ya voy mami!— agregó con su linda vocesita.

Dentro de su pieza Alessia tomó unos jeans azul marino, comenzó a deslizarlos por sus piernas sin poder sacar la canción de sus pensamientos los cuales también divagaban entre otros.

•Mami, mi amigo tiene los ojos azules.

•Mami, mi amigo dice que eres la mujer más hermosa del mundo

•Mami mi amigo siempre nos cuida, está en todos lados haciéndolo desde lejos.

Los pensamientos de la ojigris estaban a mil, ella jamás tocó esa tableta y, mucho menos para poner una canción que tan malos recuerdos le traía... además YouTube te recomendaba las canciones que ya habían sido observadas en el dispositivo.

—Cosette... Cosette — salió directamente hacia el pasillo, al escuchar ruidos dentro de la habitación de la niña retorno sus pasos a aquella.

La pequeña batallaba con el cierre de una de sus botas.

Alessia tomo el suéter de su hija entre las manos, inhaló el aroma... una mezcla de su pequeña bebé estaba impregnado con el aroma de la loción costosa de cítricos Calvin Klein.

—¿Qué sucede mami?— ella la observaba por el rabillo de los ojos, estaba profundamente nerviosa

—Puedes decirme ¿Cómo es tu amigo?— Interrogó buscando respuestas.

—Sí mami... él tiene los ojos azules y es muy amable—

»¡No puede ser una casualidad!« Pensó la ojigris para sí.

—¿Algo más que agregar?— Indagó.

Cosette se dió media vuelta, en sus ojitos se notaba nerviosismo. Algo estaba saliendo mal, estaba siendo muy despistada.

—Nada más mami —

La niña ocultaba algo.

—Solo dime una cosa... ¿él tiene un tatuaje en el brazo izquierdo?— la pregunta salió sin tapujos, conocía a la perfección a su niña y sabía que algo estaba ocultando.

La pequeña dudaba mucho en responder... indagando en sus pensamientos sonrió —Sí mami, tiene unas palabras raras en todo alrededor...— Señaló su brazito, era el mismo dónde Dereck tatuó una frase

Alessia no dejo acabar de hablar a su pequeña, tomo su móvil y marco a Joaquín dirigiendo sus pasos furiosos a su habitación.

📱—¡Dile que venga y me de la cara!— su pecho subía y bajaba en un ritmo desenfrenado.

—¡Buen día sobrina!— se escuchó con sarcasmo.

—Joaquín no estoy de humor.

¿Dónde está Dereck?—

—En el panteón, ¿No recuerdas que él murió?—

—Joaquín por favor...—

—Lechugín, tú lo viste en el ataúd y, también cuando lo enterraron...

¡Por favor trata de mantenerte lúcida para la niña!, no dejes que tus pensamientos ganen la batalla.

Alessia pensó que quizá su tío tendía razón, debía estar bien por Cosette, debía intentarlo y no regresar a aquel día que consumió el antidepresivo.

—Lo siento tío, es solo que...—

—No te disculpes, solo pásala bien con la niña... saludos y dile que me disculpe por no poder asistir, pronto iré a visitarles—

—Claro tío te quiero... chao—📱

Alessia colgó el móvil con dos lágrimas sobre las mejillas.

—Alessia— la voz de Alma la trajo a la realidad.

—Ya voy — la chica se limpio el par de lágrimas.

»¡Hora de salir por Cosette!« Instó para sí misma con el corazón hecho pedazos.

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Comments

Nelly Seila Gonzalez

Nelly Seila Gonzalez

es una historia de amor muy triste no paró de llorar aunque los muertos no vuelven pero esta a su lado como un Ángel guardián porque no se va a las deja en paz

2024-01-18

1

Lourdes Ruiz

Lourdes Ruiz

.me hiciste llorar en el anterior capitulo es muy triste

2022-12-20

3

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