III.

La chica observaba la pequeña y blanca pastilla sobre la palma de su mano, era tan diminuta que son problemas podría tragarla.

»¿Cómo la voy a partir?« se preguntó para si misma observando el tamaño, ni siquiera podía hacerlo sin dañar el otro pedazo.

Méndez le había indicado que solo tenía que consumir la mitad... paulativamente y conforme su cuerpo se acoplara a los ingredientes está la podría consumir en su totalidad.

Con sus dedos aplicó bastante fuerza sobre la diminuta, la tarea se facilitó ya que la pastilla tenía una línea marcada por el centro, justo para ser partida de manera perfecta.

Había pospuesto tanto el momento que no podía hacerlo más. El reloj sobre el buró marcaba las 23:46 hrs, debía de ir a dormir, si o sí.

Son pensarlo arrojó el contenido de su palma a su boca, tomo el vaso con agua sobre el buró y lo empinó en su boca, sintiendo el líquido correr por su garganta.

No pasó mucho tiempo cuando comenzó a sentirse mareada y cansada, sus párpados caían con ímpetu.

Se cobijó y recostó sobre la cama, observando el techo con destellos dorados, obra de Cosette que eligió la decoración.

La paz reinaba su corazón, el peso sobre el pecho desapareció de una manera considerable y su cuerpo parecía levitar conforme si respiración marcaba el ritmo.

—Bonita— La voz de Dereck salió de algún lugar, ella pesadamente busco con la vista al portador de la voz. Rápidamente lo encontró a lado de ella, acostado junto a ella.

Los ojos de Dereck seguían siendo hermosos, de un azul profundo e inmenso como el cielo, su barba desprolija que lo hacía ver jodidamente sexy y ni hablar de esos preciosos dientes perfectamente alineados acompañando esa sonrisa moja bragas.

—¿En verdad eres tú? o... ¿Estoy alucinando?— Las palabras de Alessia salían a trastabilladas, sonaban aún más fuertes en su cabeza que en la realidad.

La fina mano de la chica se dirigió a la barba, el tacto era el mismo y no hablar de la calidez que el cuerpo de su esposo le brindaba.

—¡Sí, eres tú!— lo sintió tan real que se abalanzó sobre él.

Con lágrimas en los ojos y una sonrisa espectacular en el rostro estampó sus labios con los de él, poniéndose a horcajadas comenzó en ritual de besos que expresaban cuánto es que le hizo falta, cuánto es que lo extraño.

Dereck respondió de la misma forma, ambos extrañaban la compañía del otro.

—No... no sabes cuánto te extraño — Alessia estaba en un mar de llanto, su piel se había tornado roja y sus ojos pequeños. Tocaba la barba ligeramente crecida en el rostro de su esposo — Todo es producto de esa pastillas y aunque me gusta el efecto ya que puedo tenerte aquí necesito estar bien por nuestra hija ... por Cosette. ¿Ya la viste que grande está?—

Dereck asintio con la cabeza limpiando las lágrimas en el rostro de su mujer, su semblante también se notaba algo decaído.

—Bonita— dejo salir con su varonil y fuerte voz — La pastilla te hará mal, necesito que estés bien, que me apoyes a estar bien solo así podré ir en paz— tragó duro — Cuida de Cosette cómo lo hubiera hecho yo, cuidala por ambos ya que yo físicamente no puedo.

Además no puedo irme en paz, tus lágrimas no me dejan... por favor bonita vive feliz —

Alessia lloraba con lo que estaba escuchando, se rehusaba a dejar ir lo que por mucho tiempo la hizo feliz.

—Mi felicidad está incompleta sin ti— se sincero, sintiendo como él nudo instalado en su corazón se contraía apricionandolo un poco más, lastimandola.

—Podrás hacerlo, no conozco mujer más fuerte, valiente, tenaz y aguerrida que tú.

Bonita, se felíz — insistió el con parsimonia.

—No tuve la oportunidad de decirte adiós, no tuve la oportunidad de despedirme de ti...

Quizá sea por eso que mi corazón aún no dice adiós.

Déjame despedirme de ti, de todo lo que conlleva tu partida.

Déjame sentirte nuevamente y por última vez... llévame al paraíso.— suplicó.

Dereck lo entendió, tomo la nuca de la chica y comenzó a besarla como si su vida dependiera de ello, con la otra mano tocó esa pequeña cinturita debajo de la pijama celeste.

El vaivén e sus bocas era exquisito, maravilloso.

Alessia se mantenía con los ojos abiertos, no podría creer que un sueño se sintiera tan vivo, tan real y necesitaba estar a la defensiva o su grandulón podía desaparecer en cualquier momento.

La parte superior de pa pijama celeste fue desprendida del cuerpo marfilado revelando el par de protuberancias sobre el pecho, el pistilo estaba perfectamente erguido y seguía portando ese bonito color rosado.

El grandulón los tomo entre su boca, dónde se divirtió con ellos. Alessia arqueaba la espalda para poder facilitarle el acceso.

El tiempo se estaba agotando, con agilidad Dereck la volteo sobre la cama, quedando el entre sus piernas, deslizó sus prendas superiores dejando a la vista el abdomen trabajado.

—Siempre me ha gustado esto— señaló el tatuaje que rodeaba uno de sus brazos. —Y esto— remarcó cada cuadrito en su six, pasando la mano al final.— Y por supuesto que esto— bajo hasta su entrepierna tomando el bulto entre las manos.

La sonrisa con picardía puso más firme al soldado.

Dereck tomó el elástico de las prendas inferiores y las deslizó por esas piernas de infarto.

—Estas muy delgada, tienes que alimentarte mejor— dijo observando esas costillas marcadas.

—Sí... sí, ahora haz tu trabajo— refunfuño la chica.

—Alessia hablo en serio, tienes que cuidarte. ¿Quién se encargará de Cosette?— advirtió el grandote cerca de su rostro, ambos podían sentí la respiración del contrario.

—Esta bien, lo prometo— su mirada era sincera.

Sin más Dereck comenzó a dejar un camino de besos húmedos y mordidas pícaras sobre todo el cuerpo. Alessia disfrutaba mucho de la sensación.

Se posicionó y lentamente fue deslizandose hasta tocar lo más profundo.

De los labios carnosos de Alessia salió un gemido magestuoso y lírico.

—Estas muy estrecha, me encanta saber que no haz estado con alguien más — aseguró el chico sobre la mujer.

—No podría estarlo, te amo a ti... solo a ti—

El vaivén de los cuerpos comenzó deliciosamente, el ambiente se llenó de validez, fluidos y de ese particular olor a sexo exitante.

Alessia mordía su labio inferior, los ojos estaban parcialmente llorosos y sus mejillas llenas de color carmesí contrastando con su piel.

—¡Oh, no!— sus gemidos aumentaron de una manera considerable, estaba a punto de tocar el cielo con sus manos.

Dereck lo sabía, conocía a su mujer en cualquier aspecto. Comenzó a arremeter con fuerza hasta hacerla correr y arrastrándolo al paraíso.

—Fue increíble — Los ojos de la chica se cerraban por si solos.

—Me quedaré aquí, ahora duerme— Dereck la acostó sobre su brazo, ella se acurrucó en posición fetal sintiendo el calorcito del otro cuerpo, arrullandose con el olor y la respiración del otro cuerpo durmió profundamente.

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Comments

esterlaveglia

esterlaveglia

ésto es un sueño o es real 😨

2024-08-01

0

Verónica Bustos

Verónica Bustos

porque eres así ,haces sufrir demasiado a nuestros protagonistas.

2024-04-11

1

Nelly Seila Gonzalez

Nelly Seila Gonzalez

es tan real ¿ en verdad está muerto?¿ y en su imaginación y locura lo ve vivo? pobre es triste este primer capítulo

2024-01-18

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