Acababa de abrazar a Lex saliendo de mi departamento y ahí estaba Conner, mirando atentamente la escena. Antes de que Lex pudiera retirarse, Conner dio media vuelta como si se hubiera equivocado de lugar, y partió en retirada.
—¡Conner, espera! —iba a correr hacia él, pero Lex me tomó del brazo.
—Déjalo, no te va a escuchar. Espera que se calme.
—Suéltame —me liberé y corrí tras mi... ¿mi novio? ¿seguiríamos siendo novios después de esto? probablemente no. Pero necesitaba explicarle antes de que se hiciera ideas equivocadas. "¿Ideas equivocadas? Lo más seguro es que tenga razón en un 90% de lo que está pensando". Lo encontré sentado en una banca de la plaza frente a mi edificio. Desaceleré el paso y me acerqué lentamente. Sintió mi presencia y sin mirarme dijo inexpresivo:
—Déjame solo.
—Conner... no es lo que...
—Mireya, en serio. Déjame.
—¡No! ¡No puedo dejarte! Permíteme explicarte...
—¡¡¡Aaaah!!! ¡¿Qué me vas a explicar?! ¿No está claro? Desde que te fuiste ayer al trabajo que no me contestas y hoy te quedas en casa para estar con un hombre.
—¡No fue así! ¡¡Tenía resaca!! —me miró molesto. Pocas veces había visto a Conner tan enojado.
—Esta vez te voy a oír. Habla.
”¿Por dónde debiera partir? ¿Oculto algún detalle? ¿Le cuento lo que siento por Lex?"
—Am, am, am... —se me revolvían los pensamientos.
—Ni si quiera pensabas contarme sobre esto, ¿verdad? ¿Sientes algo por mí o solo estás jugando?
—¡Te quiero, Conner! Déjame ordenar las ideas —me senté a su lado a una distancia prudente. Me decidí a decirle todo—. Está bien... Él es Lex.
—El viejo que nos topamos el otro día y que te hizo llorar —me sorprendió que lo recordara—. ¿Crees que no me había dado cuenta? Solo ignoré todo porque estabas conmocionada. ¿Va a verte al trabajo?
—Sí... —dije cabizbaja. Era más obvia de lo que pensaba.
—¿Te gusta? —me silencié un momento. ¿Era correcto decirle la verdad?
—No —respondí falsamente al interrogatorio. Tenía la cabeza clavada en un par de hojas secas. ¿Se aproximaba el otoño? No... Recién había llegado el verano. Las hojas se movían con el viento y se burlaban de mí, precoz y marchita en medio del verano de la juventud.
—¿Mmm? —Conner hizo un sonido de pregunta como esperando mi respuesta.
—Perdón, no te oí.
—Pregunté desde cuándo lo conoces.
—Como hace un año... —Conner se tomó la cabeza.
—Cuando te metieron al área de los viejos... —apreté mis puños.
Conner tenía razón. Ese trabajo me había expuesto a temprana edad a conectar con hombres mayores medio ebrios. Iba a decirle que dejaría mi trabajo, pero refrené el impulso. No podía hacer eso. No había trabajo decente de medio tiempo que me diera la posibilidad de vivir sola. Me gustaba sentirme mayor. Me gustaba sentir que era buena en algo…
—Me dijeron que no debía estar contigo... Soy un idiota... —me dolieron sus palabras. Me sentía terrible en todos los sentidos posibles.
—Lex y yo nos volveremos a ve–
—¿Te acostaste con él?
—No —lo miré a los ojos. Esta vez tenía un punto a mi favor—. No lo hice, jamás lo he hecho.
—¿Hasta dónde llegaste con él? —se quebró mi confianza. "Rayos". Tomé valor. Iba a contarle.
—Lo besé un par de veces antes de salir contigo. Anoche estaba ebria y lo hice sin pensar. Solo eso, te lo juro.
—¡Es un viejo, flaca!
—Lo sé, está muy mal eso. Por esa razón ya no nos...
—¿Por qué estabas ebria? ¿Cómo terminó en tu casa? —volvió a interrumpirme. Respiré profundo y le conté la situación. Que estaba casado, que fui a conversar con él para aclarar las cosas, que estaba muy mal para conducir y que yo estaba enferma en la mañana.
—¿Por qué no me dijiste cuando hablamos por teléfono?
—Porque, porque... no lo sé. Había despertado hace poco y... me sentía mal... no sabía aún cómo contarte esto... —procedió un silencio abrumador.
Se oía el viento moviendo las hojas de los árboles, los autos pasar, gente conversar a lo lejos. No sabía qué más decir. De pronto oí una pequeña inspiración rápida de Conner. Estaba llorando suavemente, con los codos sobre sus rodillas y la mirada perdida en el piso. Mis lágrimas brotaron enormes y pesadas sin cesar. ¿Cómo pude causarle tanto dolor a alguien a quien quería tanto? Y por nada... por mi calentura de turno.
—Te prometo que no te seré infiel, Conner —le dije desesperada.
—Flaca... me duele... basta.
—Lo digo en serio... —me arrojé al piso frente a él— te quiero, Conner. Ve a vivir conmigo y... y me vas a buscar cada día al trabajo, te aseguras de que esté cumpliendo mi palabra.
—Basta, Mireya, no me iré a vivir contigo... —ocultó su rostro.
—Tienes razón... Estoy hablando estupideces... —Ni siquiera teníamos la edad mínima para emanciparnos. Era una niña jugando a ser adulta—. Está bien si ya no quieres que sigamos juntos, pero por favor no te alejes de mí... Laura ya no me habla... no tengo familia... —"Torpe Mireya dando lástima"—. Olvida todo... —me volví a sentar en la banca e intenté calmar mi angustia. De pronto sentí su mano sobre la mía. Conner no me miró en ningún momento, pero me daba su apoyo y compañía a pesar de mis horribles errores—. Terminemos —dije tajante. ¿Qué más podía hacer? Conner merecía a alguien que no estuviera viciada como yo.
—Necesito pensar —Conner se levantó y me dejó en medio del denso silencio abrasador de una tarde de verano.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 73 Episodes
Comments
adicta a NOVELLTOM
bueno lo que no es pa tí, no es pa ti querida ya llegará alguien a quien tú ames de verdad.... porque hay que sinserarse tu no amas a Conner,si no no te quebrantarias hante el papacito de Lex
2023-08-24
3
Gisel Torres
😭😭😭
2023-03-07
1
Eugenia Venegas Oyarzo
pensándolo bien es lo mejor, ..🤷🏼♀️
2023-02-07
0