"23:30"... Me quedé pensando un largo rato mientras terminaba de lavar algunas copas en el Club. "Lex entiende que soy una niña que no puede trabajar hasta tarde... ¿por qué me sigue tentando así?" Repasé la opción de ir a verlo al lugar acordado: su automóvil. Recordé nuestro último beso allí y se me revolvió el estómago de nerviosismo. "Ten un poco de amor propio, mujer" intenté sentirlo, pero lo había perdido hace mucho. Aunque mi orgullo era grande, no sentía mucho respeto por mí misma, mucho menos si tenía que conseguir algo.
Miré mi uniforme mientras me cambiaba la ropa y me sentí como un trozo de carne... Me fui deprimida de regreso a mi departamento donde solo me esperaban la soledad y el cansancio. Me lancé a la cama y mi teléfono sonó avisándome de un mensaje. Era Conner: . Obedecí.
—Aló —contestó.
—Conneeeer —dije en modo zombie
—¿Ya llegaste? ¿Comiste?
—Estoy en casa, pero no quiero cocinar.
—Te voy a ver de inmediato.
—Ay, Conner, es muy tarde ya, tu mamá te va a regañar.
—Mañana entonces pasaré la noche contigo allá y te esperaré con algo saludable. Si continúas así vas a desaparecer —me reí. Era agradable tener con quién hablar, tener a alguien que se preocupara por mí y sentir la expectativa por verlo al día siguiente. "Lex está superado", al menos esa era la intención.
Me desperté emocionada en la mañana, como si fuéramos a tener una pijamada con Conner, ¡con qué nos íbamos a divertir! ¡qué cosas íbamos a hacer! Y luego, mientras me vestía para ir al colegio, reaccioné. "¡¡Waaaaaa!! ¿Tendrá dobles intenciones conmigo?". Corrí a depilarme al baño mis rincones más ocultos. "En estar lista no hay pecado". Mordía mis labios pensando en ver más de mi novio. "¿Estaré siendo demasiado precoz, demasiado obscena, demasiado atrevida?". Qué importa, aquí le voy, que al menos si me toca no me de tanta vergüenza.
Durante el día me ponía un poco nerviosa verlo. No mencionó nada sobre nuestra cita nocturna y comencé a impacientarme. Laura lo notó.
—¿Y tú? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? Sé que has pasado muchos problemas últimamente, perooo...
—¡Ah! ¡Lau! Ya no aguanto. ¿Crees que Conner y yo...?
—¿Qué? —procesó los torpes gestos que le hacía para explicarle la situación mientras emitía sonidos de ballena—. ¡Aaaah! Ahora entiendo —disminuyó el volumen de su voz—. Ya andas pensando en "comerte" al pobre.
—Ay, Laura, qué dura eres conmigo.
—Así mismo fue con Diego —se refería a mi novio anterior—. Y ya ves que te apresuraste demasiado.
—Lo sé, soy tan...
—"Caliente" es la palabra —comenzó a reírse mientras esquivaba mis golpes.
—Ja, ja —reí con sarcasmo—. Sabes que no fue así.
—Te estoy molestando. El tipo te engatusó para que fueras a un karaoke con él.
—No sabía que había karaokes con cama... De pronto no pude negarme... y Diego… —dicho recuerdo me generó algo de tristeza.
No debí haberlo permitido. Supongo que en parte mi amiga tenía razón, me dejé llevar, pero al final fue igual a mi primera vez: Un momento desabrido, vacío y lleno de culpa por dejarme guiar por chicos mayores. ¿Sería igual con Conner? El entusiasmo e impaciencia que sentía se transformaron en estupor. No quería otra relación fallida. No me quería sentir insatisfecha. No quería tener que retractarme de mis decisiones... otra vez.
—Bueno —interrumpió Laura—. No pongas esa cara triste —me exalté al ver que se dio cuenta de mi pesar y le sonreí a la fuerza—. Conner te quiere... —se quedó pensativa un momento—. Y... lo más seguro es que vaya lento —desvió su mirada—. así que no te hagas ilusiones.
—¿Cómo dices? ¿Crees que hoy va a pasar la noche conmigo, SOLOS —recalqué— para hacerme "comidita" nada más? —dije en tono de broma. Entonces vi su mirada de molestia.
—Sí, Mireya, eso dije. No todos son como tú —abandonó la conversación para meterse rápidamente al baño.
"¿Como yo?" Nuevamente me había hecho sentir ofendida. "Esa perra está así desde que comencé a salir con Conner", analicé. O le gusta o lo cela como amigo.
Debido a la vida que había tenido me costaba lograr conexiones duraderas con otros, supongo que en parte eso me hacía estar desesperada por entablarlas. Mi amiga más cercana me repudiaba indirectamente y sentí un dolor en el pecho que dañó mi autoestima.
Esa noche, en el trabajo, Lex no asistió, pero me pidieron como anfitriona en la mesa de sus compañeros de trabajo. Me comentaron que aún estaba con resaca por la noche anterior y se disculparon por él. Me hicieron bromas asumiendo que teníamos alguna relación y, cuando les comenté lo indecoroso de sus burlas, me dejaron ver que la situación con su esposa no estaba del todo sana. Textual: "Lex es un idiota por embarazar de nuevo a esa víbora, de seguro el hijo no es de él". Mi corazón saltó por un momento, pero lo contuve. "¿Será por eso que me busca? ¿Querrá algo conmigo?" Redirigí mi centro de emoción a Conner. Lo único que importaba ahora era que nos íbamos a ver en casa.
Llegué y él estaba esperándome con un filete de pavo y ensalada. Me conmovió que alguien hiciera eso por mí. Después de la cena y los preparativos para dormir, pensábamos ver algo en la televisión acostados en mi cama. Nos quedamos tímidos el uno junto al otro. Aún me sentía mal por las palabras de Laura y decidí no tomar la iniciativa. Nuestras piernas se rozaron suavemente, sentía su respiración agitada y de pronto Conner posó su mano sobre mi pierna y me besó. Mi adrenalina se disparó y se me entumecieron los dedos. El momento había llegado.
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Comments
Melisuga
Me voy por la primera opción.
2024-09-12
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Melisuga
Realmente, esa amiga la lleva a patada de mulo. Una cosa es decirle las verdades y otra golpearla con ellas una y otra vez.
2024-09-12
1
Sandra Lilian
Laura conoce muy bien a Mireya
2023-09-05
0