Ya no tenía sueño. Ya no tenía miedo. Por un breve momento sentí la respiración cálida y el exquisito frescor de su aroma a cedrón, lo que fue suficiente para acelerarme el corazón que bombeaba sangre a mil.
Debido a mi pasional personalidad no pude evitar cruzarle los brazos detrás del cuello. Deseaba más de él, pero alcanzó a interceptarme y apartarme antes de lograr engancharme.
—Maldición —dijo entre dientes mientras se levantaba rápidamente. Tomó las llaves de la mesa y se dio media vuelta—. Mañana solo vete, alguien vendrá a ordenar la habitación. Me llevo las llaves —y cerró la puerta tras de sí.
“Un error… Solo eso… Se dejó llevar”. Me dejé caer sobre el sillón y me quedé dormida allí antes de poder reflexionar sobre todo lo ocurrido esa noche.
Me levanté temprano al día siguiente y admiré cada rincón del departamento. “Claramente Lex no vive aquí, quizás qué clase de cosas hace en este lugar…”. Imaginé situaciones que no debía mientras me daba la mejor ducha que jamás hubiera tomado. Estaba atrasada para el colegio. No tenía deseos de ir, pero necesitaba hablar con mi amiga Luisa para contarle todo y aclarar mis pensamientos. Le di una última mirada al lugar y dejé atrás una nota de agradecimiento dentro del cajón del velador junto a la cama de la única habitación.
—¡¡¡No inventeeees!!! —gritó Luisa al contarle sobre mi padrastro y sin aún contarle sobre Lex.
—Te dije que el viejo infeliz tramaba alguna depravación —mascullé mientras engullía una galleta de arroz. Necesitaba estar más delgada que nunca si quería mantener mi trabajo. Tampoco tenía mucho efectivo. Había dejado gran parte de mis ahorros en casa de mi madre y no pensaba volver a pisar ese lugar.
—¡Mireya, que se seque en la cárcel ese maldito cerdo asqueroso!
—Ya veré qué hago, por ahora no tengo pruebas. Lo que necesito con urgencia es un lugar donde dormir.
—Ay, ay, yo que tú me lanzo a los pies del viejo rico de Lex, y no me refiero solo a su dinero; le lloras un poco y de seguro se apiada. Aunque… solo somos unas mocosas al lado de él, qué cosas digo…
—Am… —pensé un momento si contarle lo ocurrido. La emoción me ganó —Anoche me besó.
—¡¡¡¿¿¿Quéééééé???!!! ¡¡¿Te besó?!! ¿Y pasó algo más? ¿Cómo ocurrió? ¿Dónde? —Hice un gesto negativo con la cabeza. Me disponía a contarle todo con detalles, pero antes de responder escuche una familiar voz masculina.
—¿Quién besó a quién? —Era Conner. Uno de mis compañeros más cercanos después de Luisa.
En realidad fue mi interés romántico mucho tiempo. Un día lo escuché decir que el trabajo en el Club de Anfitrionas era prácticamente prostitución y desistí en llegar a algo con él. Tarado prejuicioso. Por eso no quería que supiera nada sobre Lex. Me desordenó el cabello con su bronceada mano y se sentó junto a nosotras. Me miró fijo con sus enormes ojos azules.
—¿A quién besaste, flaca? —Él tenía la horrible capacidad de sacarme información, o quizás era yo la que sucumbía a sus torpes y juveniles encantos.
—Cállate, nadie te llamó —dijo Luisa mientras lo empujaba haciéndolo caer sentado—. Ahora no me va a contar, ¡vete!
—¿Por qué no? —replicó Conner—. Mireya, has estado rara conmigo desde que te cambiaste de trabajo. La heladería te sentaba de maravilla y usabas un bonito uniforme, no como…
—Seguro me vas a pagar tú las deudas —respondí molesta mientras me levantaba.
No tenía intenciones de contarle mis desventuras ni que sintiera pena por mí. Me tomó del brazo con fuerza. Me giré para increparlo salvajemente, pero su mirada denostaba compasión. Sentí culpa. “Soy una ramera, aún me pongo nerviosa con Conner”.
—Lo siento —sus palabras calaron mis huesos como si yo le hubiera hecho daño por algo y luego él se disculpara por ser débil—. ¿Qué te aproblema? Somos amigos, puedes decirme –las lágrimas comenzaron a correr sin freno por mis sonrosadas mejillas. Conner era un niño comparado con Lex y de pronto me sentí sola, yo también era una niña.
Durante el resto del día no pude concentrarme en la escuela. Por un momento me pareció ver a mi mamá rondando por el lugar. Estaba aterrada de volver a casa. “Voy a tener que rentar una habitación… pero no tengo suficiente dinero”. Me quedaban seis días para mi paga ¿cómo aguantaría? Sonó el timbre y me invadió una terrible desesperación.
“Bien… volveré al apartamento y esperaré a Lex como una idiota. Me aferraré de su pierna y lloriquearé… o puedo ir al Club de Anfitrionas y pedir horas extra. Si fuera mayor de edad podría trabajar toda la noche los fines de semana…”. Vi de reojo que alguien se sentó a mi lado. Era Conner. Me disponía a ignorarlo cuando me dijo exactamente lo que quería escuchar.
—En casa tengo una habitación extra. Seguro a mi mamá no le molestará que una amiga se quede unos días.
—¿Q-quién te…?
—Eres transparente como el agua, Mireya. Te vi nerviosa al ver a tu mamá afuera —me lancé sobre él y lo apreté con todo lo que tenía.
—¡Eres - el - mejor - amigo!
—Lo sé, flaca.
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Updated 73 Episodes
Comments
Leonor Parra Carmona
capitulo 50
2024-03-18
1
Elizable Diana Elizable
la amistad es mejor que todo el mundo
2024-02-14
0
Quetzal Androide
Uy, ¿será solo un favor de amigos? o ¿quiere algo más? 👀
2022-08-19
2