—¿Cómo dices? —dije desconcertada.
—Que no traje condón —se sentó a mi lado mientras rascaba su cabello con energía—. No es que no se me hubiera cruzado por la mente toda esta situación, pero... ya sabes, no pensé que fuera a pasar
—Ay, Conner —me cubrí con la ropa de cama. Había comenzado mi tratamiento anticonceptivo hace poco y aún necesitaba un método de respaldo. Estaba tan deseosa que no me hubiera importado, así que me puse a respirar profundo para que mi cerebro funcionara con claridad.
—Pero... tú te estabas cuidando de otra forma.
—Aún es arriesgado
—No tendrás uno...
—¡El chico trae el condón! —le contesté firme.
Obvio que no tenía condones en casa, me había cambiado hace poco y no tenía más dinero que para mis prioridades. Ante el silencio, dirigí la mirada hacia Conner, que parecía haberse enfadado. Comenzó a vestirse y me di cuenta que había sido dura y sexista con mi comentario.
—Eso no estuvo bien... —le dije—. Lo siento... —di un enorme suspiro.
Mis novios anteriores habían sido extremadamente insistentes y eran ellos quienes usaban los preservativos como incentivo. Me vestí en silencio y nos quedamos viendo la televisión que había sido ignorada por horas. Acerqué tímidamente mi mano a la de él. Vi su cara de humillación y enfado. Me pareció bastante lindo y me hizo esbozar una sonrisa. Me decidí a acariciar su mano con la mía
—¿Vamos mañana a comprar y dejamos permanentemente acá? —propuse. Abrió los ojos con sorpresa, aún sin mirarme. Vi sus mejillas sonrojadas y aproveché la situación—. Podemos comprar unos de sabores, fosforescentes, rugoooosooos—. Me empujó suavemente mientras no aguantaba la risa.
Nos reímos un buen rato acordando arreglos para un próximo encuentro mientras nuestras mejillas parecían brillar en la oscuridad. Terminamos de ver una película y me dormí con sus brazos alrededor de mi cintura mientras me sumergía en el calor de su pecho al ritmo de sus latidos.
**********************
Al día siguiente en el colegio sentíamos la complicidad entre nosotros por lo ocurrido. Me recorría un escalofrío en la espalda al pensar el deseo que albergaba el uno por el otro. Laura intentó preguntarme sobre la noche anterior, pero estaba molesta con ella.
—Fue una noche maravillosa. Conner es el chico ideal —le respondí al insistirme ella sobre el asunto. Sentí su mirada iracunda sobre mi nuca. No volví a dirigirle la palabra. Ella comprendió inmediatamente mis señales y se fue a pasar el rato con otra amiga suya del salón.
Estuve el resto del día con Conner y fue difícil despedirnos cuando me dirigía al trabajo. Allí fantaseé sobre un destino juntos, en el que nos veíamos cada noche. Recordé las palabras de Laura: "Conner es demasiado bueno". Era cierto... ¿Podría yo estar a su altura? Lo estaba intentando.
......................
Esa noche vi mi nombre en la pantalla de llamado del Club. Me puse nerviosa, no quería volver a sentir dudas. Me senté junto a Lex, que parecía haberse recuperado del incidente de la última vez. "Mireya, es tu oportunidad para terminar con esto de una vez por todas", me di valor. Lex ya no me revolvió el estómago y no lo creí tan irresistible para mí como lo había sido antes. TAN irresistible... ¿Cómo un hombre tanto mayor podía ser tan sexy?
Conversamos como en los viejos tiempos y eso me levantó mucho el ánimo. Nos reímos de temas de actualidad y le consulté sobre algunos términos de los que hablaban sus compañeros. No era una buena estudiante, pero me gustaba saber más sobre negocios. Me proyectaba para ser una empresaria exitosa y esta oportunidad de entender su mundo era invaluable y la aprovechaba al máximo.
Lex me dio su mirada inexpresiva clásica, esa que se me hacía imposible descifrar e intenté no malinterpretarla.
—¿Qué pasa? ¿Ya tomó suficiente? ¿Puedo hacer algo por ust--
—Eres tan cordial, Mireya —me interrumpió—. Pero quiero que hablemos sin formalidades.
—¿Puede darme a conocer sus intenciones?
—Solo quiero un poco de privacidad para conversar.
—Voy a considerar su propuesta —era mi oportunidad para terminar con todo este revoltijo entre Lex y yo.
—¿Tu turno termina a las once?
—Sí, señor, no me haga sentir mal, no puedo quedarme más allá.
—En ningún momento ha sido esa mi intención —hizo un ademán como para acariciar mi rostro, pero se detuvo—. Te espero en mi auto, te llevaré a comer, así que deja espacio —tomé sus palabras en doble sentido. "¡Mujer sucia! No se está insinuando".
Se acomodó el pantalón jalando hacia arriba la zona alta de sus muslos. Mi mirada se clavó en su entrepierna que me pareció inevitablemente apetitosa. Quité la mirada y de pronto percibí fuertemente su exquisito perfume. "Maldición, no puedo escapar de sus encantos". Me sentí como un animal movido por sus instintos. Se me atravesaba todo de él ante mis intentos de escape: sus manos venosas, su cuello grueso, sus brazos trabajados, su mirada penetrante... Intenté pensar en mi buen y guapo novio mientras hablaba de otros asuntos que desviaran mi atención de él. "Hoy terminaré con todo esto".
**********************
Dudé un segundo antes de subir, pero ya lo había decidido. Me senté en el asiento de copiloto y Lex me llevó en silencio a un restaurante de comida marina hermosamente decorado.
—¿Qué vas a tomar? —consultó mirando el menú.
—Una limonada con menta, por favor.
—¿Te pido algo más fuerte?
—¿Quieres emborracharme? —"¡No coquetees con él, boba!"
—Pediré por ti algo aparte de tu limonada —vi una leve sonrisa en sus labios.
—Bien, ¿qué quieres hablar?
—Qué directa. ¿En el Club te atreverías a hablarme así?
—Jamás. En el trabajo hasta te diría "¿qué quiere de mí, amo?" Ja, ja, ja —mi risa fue disminuyendo a medida que me daba cuenta de que lo que había dicho era extremadamente sugerente y los ojos agudos de Lex me miraban brillantes e intensos.
—Eso sonó interesante —se largó a reír y yo con él, esta vez por nerviosismo—. Realmente solo quiero hablar contigo. Cuéntame de tu novio —dudé un poco.
—Se llama Conner. Es mi compañero de colegio.
—¿Te hace feliz?
—Sabes, Lex... creo que nunca me había permitido sentir la felicidad que siento ahora.
—¿Y solucionaste el problema con tus padres?
—Sí —¿estaba bien darle tanta información a un hombre que conocía del trabajo?—. Estoy viviendo sola. Gracias a hombres como tú que me dan de comer.
—Eres excelente anfitriona. ¿Recuerdas la primera vez que te llamé?
—¡Era mi primer día en la zona VIP!
—Te vi y quedé atónito, eres hermosa.
—Estaba tan nerviosa, pero fuiste muy dulce esa vez —recordé con cariño—. Creo que ahí me enamoré de ti —¡metí la pata hasta el fondo!—. O sea, ya sabes, una chiquilla y su fantasía... —lo empeoraba—. Es decir, te ves tan guapo y me prestas atención... ja, ja...
—Me gustas, Mireya.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 73 Episodes
Comments
Sandra Lilian
hay Mireya que lanzada
2023-09-05
4
adicta a NOVELLTOM
yo entiendo cómo te sientes!! a mí tampoco me gustaban los niños de mi edad prefería a lo mayores ,pero tampoco muy viejos 😁😁
2023-08-24
0
Eugenia Venegas Oyarzo
uuuf, jajajaja, es que está Chica no tiene frenos 🤦🏼♀️😂
2023-02-07
0