Desperté con el corazón a mil por hora, tan bruscamente que me mareé y tuve que recostarme de nuevo.
¿Qué demonios había pasado?
¿Dónde estaba?
Cerré mis ojos por un momento intentando recrear los sucesos acontecidos.
Lo último que recordaba era estar con Ben, nos disponíamos a huir de la casa y luego, solo recuerdo perder el conocimiento y despertar aquí.
¿Ben me hizo esto?
Miré a todas direcciones, estaba en una habitación, se sentía demasiado grande y cargada para mi gusto, al menos no desperté con dos hombres, como aquella vez. Moví la cabeza.
¡No era momento de pensar en eso!
Tenía que salir de aquí, sea donde sea que estuviera. Me quité de encima la gruesa colcha y me levanté, me acerqué a la puerta.
No estaba cerrada por suerte.
Salí de la habitación apoyándome en la pared, aún me sentía algo débil, debe ser culpa de lo que Ben me dio de beber, el lugar estaba extrañamente silencioso, debía reconocer que el sitio era hermoso.
¡Pero no tenía idea de dónde ir!
Esto parecía un enorme laberinto.
Bajé las enormes escaleras que parecían no tener fin hasta llegar a lo que supuse que era la sala principal, pero me arrepentí tan pronto puse un pie en el sitio, todos los allí presentes giraron sus cabezas en mi dirección, algo en mi interior se revolvió y supe por instinto que estaba muy lejos de casa.
—al final se despertó la bella durmiente.
—por fin podemos conocer a la tan esperada prometida de nuestro primo.
—la verdad me esperaba algo mejor.
—SSH, no digas esas cosas, ¿quieres ser castigada?
—miren su expresión, no tiene precio, creo que va a volver a desmayarse.
Estaba intentando procesar todo lo que estaba viendo mis ojos y mis oídos, mi cerebro iba a mil por hora.
¿Quiénes eran estas personas? ¿Prometida?
¿De qué estaban hablando?
Mi rostro iba a de la confusión, al miedo y luego de nuevo al pánico, deseando que mis sospechas no fueran ciertas.
—a juzgar por tu cara, te diste cuenta fugitiva.
Retrocedí varios pasos hacia atrás, llevándome la mano a la boca.
No era cierto ¿Cómo era esto posible? Debió ser… En ese momento.
—Ben…—dije en un susurro, mirando con espanto todos los allí presentes.
—sé que quieres explicaciones, pero, antes, tenemos que llevarte Ethan.—anunció Eider.
Retrocedí varios pasos dispuesta a dar marcha atrás y correr, huir de aquí lo más lejos que podía.
—no creo que sea buena idea—dojo Eider atrás de mí, tomándome de la muñeca, evitando que escapara.
¿Cómo había hecho eso?
A pesar de que sabía que eran demonios, aún no me acostumbraba a este tipo de cosas.
—¡Suéltame! Maldita sea…
Intenté usar mis poderes contra él, pero mi cuerpo aún estaba demasiado débil para siquiera hacer un pequeño conjuro. Forcejee intentando liberarme, pero Eider me colocó en su hombro como si fuera un saco de boxeo.
—¡Bájame! ¿Acaso no ves que tengo piernas capullo?
—tienes una lengua muy afilada, al menos mi hermano no se aburrirá contigo.
Le daba fuertes golpes y patadas con todo lo que tenía, pero ni se inmutaba. Me soltó al cabo de unos minutos al llegar frente a una enorme puerta.
—¿sabes? Ha estado bastante mal humor estos días, por tener que dar contigo, así que un aconsejo, no le hagas enfadar.
Me mostró una sonrisa radiante, la misma que aquella vez en esa discoteca, era realmente guapo, debía admitirlo, pero no iba a dejar que eso me distrajera.
—y ahora entra.—ordeñó empujándome, ligeramente después de abrir la puerta.
Entré, con torpeza, a aquel despecho inmenso, grande y bien iluminado.
Ciertamente, no me esperaba siquiera que este lugar fuera tan colorido.
Ethan estaba sentado, en un sillón, parecía concentrado y se veía tan sexy y elegante que me quede embobada por un momento admirándole.
Pronto, levantó la cabeza, clavando su mirada en mí, analizándome.
Por muy sexy y guapo que fuera no iba a dejarme intimidar por él.
Por lo que me mantuve firme, sin apartar la mirada.
—has causado muchos problemas¿no tienes nada que decir?
—i esperas que me disculpé, te has equivocado de mujer ¡Esto es un maldito secuestro!
—tan ruidosa… Pero en fin no es algo que odie de ti, es más gustaba lo mucho que podías gritar aquella...
—¡no quero escuchar tus malditas perversiones!
—chillé poniéndome roja como un tomate por la vergüenza.
—cierto, ya habrá tiempo para eso, más adelante—dijo él con una sonrisa maliciosa.
—no me quedaré lo suficiente para que eso ocurra—le advertí.
Al decir esas palabras, todo rastro de risa o broma se borró de su rostro y se me quedó mirando serio.
—al parecer que no eres consciente de la posición en la que te encuentras.
—y tú no eres consciente que lo que estás haciendo es un delito.
Hellen, aquí las leyes humanas no sirven de nada, ¿entiendes?—sonrió con burla mostrando unos hermosos hoyuelos.
Apreté los dientes con fuerza, el mundo era tan injusto a veces.
¿Por qué a estos seres que representaban el mismísimo mal, les concedieron tal belleza, Y yo, que era alguien humilde, me lo quitaron todo?
—¿Qué es lo quieres de mí?
—solo quiero que se cumpla con lo prometido, nada más.—explicó con calma.
—tienes que saber que no me voy a casar contigo.—inquirí.
—¿a no?
Me fulminó con la mirada y la confianza que había mantenido hasta ahora empezó a fallar.
—¿Por qué querías casarte con alguien que no conoces y sobre todo de alguien que los traicionó hace mucho?—intenté persuadirlo.
—¿Quién dice que no te conozca? Conozco más de ti que tu misma.
La sonrisa que me mostró me dio terribles escalofríos, sin mencionar aquellas palabras, digno de un acosador.
—incluso si dices eso, mi postura no va a cambiar.
—lo siento, esto no es una petición, más bien solo te informo de lo que sucederá, solo te estoy dando la opción que sea a las buenas, pero siempre puede ser a las malas si así lo deseas.
—si piensas que amenazarme, lograrás algo, estás muy equivocado, no pienso casarme contigo, incluso si me torturas hasta la muerte.—le advertí.
No es como que quisiera ser torturada, pero sabía que ante este tipo de gente nunca hay que dejarse vencer, nunca mostrar debilidad ante los adversarios o si no acabarán por devorarme.
—ese no es mi estilo, pero quizás te lo pienses mejor cuando veas esto—soltó levantándose de su sillón, acercándose a mí y girando su ordenador en mi dirección.
Me acerqué dubitativa para ver la pantalla.
Y me llevé las manos a la cara al ver a Keira en un sótano mugriento, atada, agonizando de dolor.
—¿¡qué demonios la están haciendo a mi familiar?!
—ya te dije que ese no es mi estilo, pero déjame preguntarte.—se acercó a mí, susurrándome al oído.
—¿Cuánto tiempo supones que has estado inconsciente?
No caí en la cuenta hasta ahora, supuse que tan solo habría pasado unas horas o quizá un día, miré el día a través del ordenador.
—no…
—así es, has estado en coma por casi un mes, parece ser que la droga que te dio aquel chico era potente, así que si quieres salvarla…
Me giré bruscamente hacia él, quedando a escasos centímetros de él.
—eres un maldito… ¡Ella es inocente! Cómo puedes…
Golpeaba su pecho con fuerza una y otra vez, toda la fortaleza que traía se había desmoronado de golpe, dejando paso a las lágrimas.
—aunque no lo creas, me duele más a mí que a ti hacer esto.—hablaba con calma, pero su cara estaba contrariada por la angustia, mientras sujetaba mis manos, evitando que siguiera golpeándolo.
—¡Eres un mentiroso! Un mentiroso…
Las lágrimas caían por mis mejillas sin descanso, no quería ni mirarlo a la cara, era un maldito demonio, un monstruo que solo buscaba hacer daño a la gente.
—no lo soy en absoluto, si cumples, prometo que tú y tu familiar podrán reunirse.
Me tomó del mentón elevando mi rostro para que lo mirara y limpió mis lágrimas con suma delicadeza, como si tuviera miedo de romperme.
Si no fuera por qué me estaba amenazando, incluso habría podido decir que su mirada y actos parecían de alguien sinceramente preocupado por mí.
—necesito… Pensarlo.
—por lo que tengo entendido, los familiares no duran mucho tiempo vivos separados de sus dueños.
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Comments
Carmen Arelys Delgado Barrientos
no entiendo porque siempre la protagonista tiene que sacrificarse por quienes la traicionan y con tanta facilidad la dominan y al final los que la traicionan salen sin un rasguño
2023-01-25
3
MarylunA 💋
ay que coraje 😭
2022-09-11
1
yasna rojas
Yo que ella pido a cambio como regalo de boda la cabeza del primito
2022-09-03
0