Una trampa.

—¿Seguro estás bien?

Era la décima vez que me lo preguntaba, voltee sobre la cama, quedando de frente.

—ya te dije que si, no seas tan persistente.

—solo me preocupo por…

—si, si, esa canción ya me la sé.

En sus ojos se reflejaba lo herida que estaba, pero no me importa, más daño me había hecho a mí. Esperé a que dijera algo, pero no hubo respuesta.

—si no dirás nada interesante, solo déjame en paz.

Volteé de nuevo dándola la espalda, cubriéndome con las mantas de la cama.

Al poco escuché la puerta cerrarse, suspiré, limpiándome las lágrimas que se me acumularon en los ojos, cerrando los ojos intentando dormir.

Al abrirlos todo estaba nublado por la una espesa neblina que no me dejaba ver nada, hasta que toda esa niebla se centró en un solo punto, formando la figura de un hombre.

Extendí mi mano a aquella figura echa de niebla, pero me detuve temerosa que me hubiera algo, pero la niebla extendió una mano y la extendió a mí.

—no tengas miedo, soy yo.*

Al entrelazarse nuestras manos, aquella niebla desaprecio por completo y quien estaba frente a mí era ni más ni menos que Ethan.

—te encontré.

Una marca como garras aparecieron en la parte derecha de mi pecho, infligiéndome un dolor tan insoportable que desperté gritando.

Mi cuerpo estaba empañado en sudor y mi corazón latía como loco, lo primero que hice fue palparme el pecho, pero no había rastro de nada, ni un rasguño.

El sueño que estuve teniendo hasta ahora había sudo por culpa de Ethan, así que era cierto que me estabas buscando.

¿Entonces aquella primera vez que nos vimos no fue pura coincidencia?

Me levanté de la cama acercándome a la ventana, todavía era de noche, la luna brillaba intensa sobre mí, abrí la ventana y la brisa otoñal me refresco la mente.

Unos golpes al otro lado de la puerta me sobresaltaron.

—¿Hellen, estás bien? Siento tu inquietud, ¿algo pasó?

Keira al otro lado de la puerta se escuchaba preocupada.

Maldito vínculo, a veces era contraproducente.

—no te preocupes, todo está bien, solo fue una pequeña pesadilla.

—¿Estás segura? Te escuché gritar y puedo sentir...

—ya te dije que todo está bien.

No volvió a insistir y logré escuchar sus pasos, alejarse.

Inspiré, hondo, cerrando la ventana de nuevo, regrese a la cama, aún algo inquieta.

Ahora que lo pensaba no era la primera vez que tenía este sueño, estoy segura de que las otras veces pudo sentir mi dolor.

¿No dijo nada por intentar respetar mi privacidad? Ahora más que nunca debía irme de aquí.

Al parecer solo me querían a mí, si me alejo seguro los dejarán en paz.

Ahora más que nunca debía alejarme de este sitio. Y con eso en mente me quedé dormida sin sueños extraños de por medio.

Para cuando me desperté al día siguiente ya era casi por la tarde, esperando no llegar tarde tomé un baño y me vestí rápidamente. Salí de la habitación yendo hacia el lugar donde habíamos quedado, pero me encontré con Ben a mitad de camino.

—¿a qué viene esa cara? Creí que estarías más entusiasmada el día de hoy.

—¿y tu madre y Keira? Supuse que ya estarían despiertas.

—no creo que despierten en un buen rato.

Lo miré con una ceja levantada, desconcertada por esa respuesta, por lo que se apresuró a explicarse.

—no te preocupes, solo usé un pequeño hechizo en ellas, pero no durará por mucho.

—¿Por qué has hecho eso?

—pensé que querías salir de aquí.

—claro que quiero, pero drogar a mi familiar no estaba dentro de los planes.

Pasó frente a mí, resoplando.

—no sé que como es que pudiste sobrevivir por tanto tiempo con esa cabeza hueca que tienes.

—¿Qué has dicho?

—tienes una familiar, lo que significa que eres como un rastreador andante, Keira nos encontraría en menos de pocos minutos en cuanto pusiéramos un pie fuera de aquí.

—Como tú bien has dicho Sherlock, ella me encontraría enseguida, puede sentirme incluso si estoy en el mismo infierno, ¿así que qué sentido tiene lo que has hecho?

—hablar contigo es agotador, ¿cómo es que somos de la misma familia?

Lo miré con mala cara, solo hacía más que insultarme, pero yo tampoco quiero pertenecer a esa familia llena de mentiras, por eso me quiero ir de aquí.

—responde a mi pregunta.

—simplemente, sígueme y lo sabrás.

Le seguí a regañadientes, subimos las escaleras hasta llegar a lo que supuse que era el ático de la casa, había una trampilla que cruzamos que daba al exterior.

Podía ver toda la casa desde esa altura, por suerte para mí, la casa no era muy alta

—bien, empecemos, espero que sepas hacer portales.

Su indiferencia y falta de confianza en mí, solo hacía que me irritará.

Se divertía molestándome. Pero no le iba a dar el placer de verme así. Asentí simplemente y con la pólvora que me entregó empecé a dibujar las runas para crear un portal.

—no está mal. Parece que no eres una inútil después de todo.

Le mostré el debo, siguiendo a lo mío y así trabamos en silencio por unos minutos.

—esto ya está.—dije limpiándome el sudor de la frente.

No recordaba que hacer esto fuera tan costoso, aunque ahora que lo pensaba nunca tuve que usarlo, Keira me enseñaba simplemente por emergencia si algo llegará a pasar.

—muy bien, ahora bebe esto.

Me tendió una taza llena de una sustancia roja, por el olor metálico de su interior debía ser sangre.

¿De quién o qué era esta sangre?

—no voy a beber eso. ¿Soy un vampiro ahora?

—es mi sangre, servirá para esconder tu esencia por un tiempo y Keira no nos encuentre, así que bebe—ordenó.

Miré la taza asqueada, esto era lo que más odiaba de los conjuros, tener que hacer sacrificios asquerosos y beber cosas asquerosas.

Contuve la respiración y lo bebí de una, aguantando las arcadas, que amenazaban con dejar salir todo lo que acabo de beberme.

—ven, es hora de empezar.

Colocó las velas en los puntos del círculo mágico, tomando mi mano me acercó a él. Con un pequeño cuchillo cerró sus ojos susurrando unas palabras y las velas a nuestro alrededor se encendieron.

Hizo dos pequeños cortes en la palma de nuestras manos, dejando que la sangre goteara.

—recuerda, debes visualizar el lugar donde deseas ir y por nada del mundo sueltes mi mano, yo seré tu puente de energía.

Entrelazó nuestras manos y comenzamos los cánticos en un susurro prácticamente inaudible.

El tiempo se detuvo por un momento a nuestro alrededor y mi energía en vez de aumentar se hacía más débil.

Algo no estaba bien.

—cre-creo... Que deberíamos parar... algo está yendo mal.

—te dije que no confiaras en nadie.

Me solté de su mano a toda prisa, pero ya era demasiado tarde, mi cuerpo se sentía tan débil que caí desplomada en el suelo.

—por… Que… Tú...

—debiste hacerme caso cuando te lo advertí.

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Comments

Daniela ❤️

Daniela ❤️

será Ethan ?

2023-01-18

2

Mariu 323

Mariu 323

nadie en su sano juicio te ayuda así sin nada a cambio

2022-12-29

0

Bar Agres@7Plust

Bar Agres@7Plust

Ya sabía que algo anda mal

2022-11-08

0

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