¡maldito acosador!

—¿¡Demonios!? ¿¡Que quieres decir con demonios?!

—y no cualquier demonio, son de los peores del mundo—declaró, dando vueltas de un lado para otro por el baño

—admito, que siempre tuviste un don para meterte en situaciones problemáticas, pero por dios, ¿acostarse con demonios? ¡Y no uno, sino dos!

Me molestó el hecho, que me gritara de esta forma, como si yo tuviera que saber la existencia de unos seres que se suponía que solo estaban en novelas, películas y series.

—¿cómo esperabas que lo supiera? Pensé que los demonios eran más…

—¿más qué?

—no sé, pensé que darían más miedo, o tendrían un aspecto más siniestro.

—obviamente, ellos adoptan una apariencia hermosa, ¿cómo crees que consiguen todo cuanto desean? ¿Si se vieran horribles como pasarían desapercibidos entre los humanos?—explicó.

—¿cómo esperas que sepa eso? Se supone que los demonios no existen.

—¿y lo dices justamente tú? Además, ¿no notaste que su aura era diferente a lo usual?

Ya sabia eso, seguía sin poder ver nada de su aura, ni en la noche ni esta mañana.

Me imaginé que podrían ser personas peligrosas, pero no que fueran unos malditos demonios

—por favor, prométeme que tendrás más cuidado y te mantendrás alejada de ellos—rogó con la voz cargada de preocupación.

¿Tan terrible eran esos demonios que incluso mi familiar estaba aterrada? Ella que no le temía a nada. Pero tampoco quería seguir viéndola angustiada, así que asentí.

Keira suspiró aliviada, alejándose y saliendo del baño, dejándome sola.

Salí de la bañera cuando el agua, comenzó a enfriarse de nuevo.

...• UNOS MINUTOS DESPUÉS:...

Por salir ayer pronto de mi trabajo, hoy debía trabajar esas horas perdidas. Por ese motivo no quería salir en primer lugar.

Empecé a secarme el cuerpo, cuando mi móvil vibró, por un nuevo mensaje, este venía de un grupo que me habían agregado y ambos números eran desconocidos, pero los mensajes, a continuación, me dejaron en claro a quien pertenecían.

...EIDER: He fugitiva, no pensé que serías de las que se escabullen en las mañanas....

...¿Te acuerdas de mí? Soy Eider...

...ETHAN: ¿Por qué te fuiste tan repentinamente? Al menos podrías habernos despertado y despedirte, ¿No crees?...

Miré a un lado y a otro, inspeccionando que Keira no estuviera cerca y respondí.

¿Cómo es que tienen mi número?

La respuesta de ambos no se hizo esperar.

...EIDER: Hieres mis sentimientos fugitiva,...

...tu misma nos lo diste....

...ETHAN: Es cierto, ¿no lo recuerdas?...

El que Eider me estuviese llamando de esa forma, estaba empezando a molestarme seriamente.

¿Qué demonios era eso de fugitiva? Ni que me hubiera escapado de la cárcel o algo por el estilo. Escribí.

...Para que quede claro tengo NOMBRE,...

...es Hellen NO fugitiva....

Ambos respondieron de nuevo con rapidez y la respuesta no fue mejor que la anterior.

...EIDER: Lo que ti digas FUGITIVA....

...ETHAN: Eider deja de molestarla, por cierto, ¿No deberías compensarme, por hacerme pasar una mañana tan solitaria?...

...EIDER: ¡He! Yo también quiero una retribución....

Fulminé mi móvil con la mirada, estos dos hombres, estaban logrando irritarme a niveles universales. Volví a escribir.

...Estáis equivocados, si creéis que por pasar una noche conmigo, tengo que deberos algo....

Dejé el móvil a un lado, mientras me secaba y vestía, ignorando las constantes vibraciones de mi móvil.

...* * *...

Ya en el trabajo, el día iba como otro cualquiera, con la diferencia, que estaba tan cansada que sentía que iba como zombi, en vez de ser humano.

Mi móvil de vez en cuando vibraba por los mensajes de esos dos, casada acabé saliendo de aquel grupo y borrándolo.

Si pensaban que iba a estar a su merced, se equivocaban de persona.

—¡cenicienta!—gritó Emma desde la mesa donde estaba sentada con Akira.

Sentadas en su mesa de siempre, Emma movía las manos de forma enérgica, para que me acercara.

Las miré con enojo y reproche, aún seguía enfadada por qué me dejaron tirada ayer y por su culpa me metí en un problema aún más grande.

Me acerqué a ellas con la bandeja de sus bebidas que dejé en la mesa de forma poco elegante derramando un poco la bebida de los vasos.

—¿alguien no tuvo una buena noche?—se mofó Akira.

—eso parece—se unió a la burla Emma.

Si las miradas matasen, están dos, estarían completamente en cenizas.

—os odio.

—no te hagas la indignada ahora, sabemos que no la pasaste tan mal anoche—dijo Emma.

—esa maldita Keira…—susurré.

—venga danos detalles—pidió Akira con sumo entusiasmo.

—Hellen, no te pago para que estés holgazaneando con tus amigas, ¡ponte a trabajar!—gritó mi jefe con la cara roja por el enfado del cuarto de servicio.

Mis mejillas ardían de vergüenza, era tan molesto y humillante el que tenga que llamarme la atención de esta forma delante de tantas personas.

Mis dos amigas se rieron a carcajadas, maldiciendo entre dientes, volví al trabajo.

Ya en la tarde noche, estaba terminando de limpiar las últimas mesas, y recogiendo todo para cerrar, por culpa de las inútiles que tengo como amigas, mi horario se alargó mucho más y ahora debo ser yo quien tenga que cerrar.

En serio, ¿ese hombre tiene algo en contra mía? Siempre me gritaba de forma incensaría, o me mandaba hacer todo lo que a los demás no les gusta, como si estuviera enfadado conmigo por algún motivo.

—es un maldito torturador.

—¿quién es un torturador?—la voz repentina de Eider, me sobresaltó, haciendo que girará hacia él.

—está cerrado—dije con sequedad.

—que fría, y pensar que anoche estabas tan caliente—sonrió con malicia, mirándome de arriba abajo, con descaro, sin ningún disimulo.

—¿qué haces aquí?

—¿acaso no puedo venir y querer tomarme algo?

—¿tomarte algo, cuando claramente el cartel que está allí pone cerrado?—dije señalando el cartel que estaba colgado en la puerta.

—primero mi número y ahora también me acosas en mi trabajo, por cierto, ¿cómo supiste donde trabajaba?

—ya te dije que el número me lo diste tú.

—¿Y dónde está tu hermano?—pregunté al percatarme que no venía con él.

—¿ya lo extrañas?—me provocó.

—ya quisieras, solo lo pregunté por qué parecéis siameses.

—tuvo que ir a encargarse de unos asuntos, pero pronto lo verás—aseguró con una sonrisa traviesa, como si aquellas palabras tuvieran otro significado.

—¿entonces que haces aquí acosador?

—mírame, ¿crees que tengo la necesidad de ir acosando a mujeres?—declaró con un tono arrogante, haciendo referencia a su aspecto.

—¿quién dijo que los acosadores debían ser feos o desaliñados?

—no me refería a eso, pero gracias por los cumplidos.

—¿qué quieres?—pregunté ignorando su comentario.

—tenemos que hablar de algo importante.

—si es por lo de anoche…

—es algo mucho más serio—manifestó con seriedad.

Lo miré por unos segundos, su rostro estaba serio, su sonrisa arrogante y burlona desapareció por completo. Sí que debe serlo si tiene una mirada así.

—está bien, terminó con esto y podremos hablar, espérame fuera—le pedí y así como entró también salió.

Tenía un poco de curiosidad de lo que tenía por decir, pero no podía quedarme a solas con él, le prometí a Keira que me mantendría alejado de ellos. Después de limpiar y terminar, cerré todo saliendo por una de las puertas de emergencia que muy pocos conocen.

Llegué a mi coche sin ningún contratiempo, pero cuando iba a meter la llave para abrir la puerta del conductor, una mano tiró de mí con fuerza, aprisionándome contra el coche.

—¿sabes? Tienes suerte que Ethan no sea quien vino en persona a hablar contigo, él tiene menos paciencia que yo, pero la mía también tiene un límite—advirtió Eider.

—¡suéltame!—grité, forcejeando, intentando soltarme.

—¿por qué huyes de mí?—preguntó Eider cerca de mi oído, presionándome más contra el coche.

—¿por qué no huiría de un acosador?

—ya te dije que no soy un acosador.

—eso mismo dicen los acosadores y asesinos.

—si quisiera matarte lo habría hecho desde hace mucho.

—no me interesa nada de lo que digas, ¡suéltame!

—lo haré en cuanto hablemos.

¿No sabía que me estaba haciendo daño? Pero forcejear no iba a servir de mucho, así que dejé de hacerlo y probé otra cosa diferente. Inspiré hondo, centrando mi poder en mis manos y liberé parte de ella, creando una descarga en la zona donde me estaba sujetando.

Ya estaba harta de que me estuviera aplastando como si fuera una cucaracha.

—¡qué demonios!—exclamó, sorprendido, soltándome.

Suspiré aliviará, estirando mis brazos y muñecas entumecidas

—¿¡crees que puedes ir por allí atacando a la gente solo por ser fuerte!? ¡Maldito monstruo!—vociferé más que furiosa.

—¿monstruo?—preguntó confuso, luego se quedó mirándome y luego sonrió como si hubiera tenido una revelación.

—oh, ahora entiendo—su mirada, me evaluaba intensamente, haciéndome sentir terriblemente incómoda.

—¿Qué es lo que entiendes? ¿De qué hablas?

—¿Así que la marcada por mi hermanito, es ni más ni menos que una bruja?

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Comments

Martha Padilla

Martha Padilla

Ya me están cayendo mal sus amigas 😠😠😠

2023-05-17

1

Daniela ❤️

Daniela ❤️

estoy así 😳😳😳

2023-01-18

0

Daniela ❤️

Daniela ❤️

oh carajo y eso q fue ..

Q clase de humana son ella y su hermana ?

2023-01-18

0

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