¿Demonios? ¿¡en que me metí?!

Salí tan apresurada por miedo a que se despertaran que no me di cuenta de que venía alguien y choqué abruptamente cayendo al suelo, haciéndome daño en el culo.

—qué dolor—me quejé.

—lo siento mucho—me disculpé levantándome y sacudiendo el polvo del cuerpo.

Extendí mi mano en dirección a la señora, que llevaba un traje de empleada del hogar.

—no fue culpa tuya, es la mía por no mirar por donde iba—dijo la señora.

Miré a la mujer que tenía frente a mí, que seguía disculpándose haciendo tantas reverencias que me preguntaba como es que no la dolía la espalda.

—de verdad, ya no se preocupe, fue mi culpa, así que deje de disculparse, por favor—pedí.

La mujer por fin levantó la cabeza, mirándome, pero enseguida que sus ojos se posaron en mí, se alejó varios pasos atrás, asustada como si hubiera visto un fantasma.

—¿ocurre algo?—pregunté.

La mujer reaccionó y volvió a su estado normal, como si no hubiera pasado nada, esto era muy extraño, pero preferí dejarlo estar.

—bueno, yo… Debo irme.

—espere que avise a los señores.

—no es necesario —me apresuré a decir.

No iba a quedarme aquí a que sus señores se despertaran y crear una situación aún más incómoda, por no hablar que me estaba congelado de frío con este vestido ajustado que llevaba.

Sin esperar un minuto más salí como un rayo de allí, bajé las escaleras, llegando al vestíbulo y a la puerta de salida.

Me subí a un taxi que me llevó de regreso a casa, bajé de este, entrando a mi hogar, subiendo a mi habitación y me dejé caer en la cama con un profundo suspiro, hundiendo la cara en la almohada.

—¿¡se puede saber dónde has estado?! ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?

Cubrí mis oídos con la almohada, haciendo oídos sordos a sus chillidos, lo último que necesito es que me sermoneen.

—el que me ignores no hará que te deje en paz, ¿sabes?—dijo Keira poniendo los brazos en cruz.

La que me estaba regañando como si fuera mi madre, era Keira, mi familiar o guardián, como prefieran decirlo.

Un familiar o guardián, eran animales o bestias mágicas que podían portar tanto brujas como brujos, aunque muy pocos obtenían tan privilegió, ya que eran ellos quién debían elegirte a ti y no al revés y cuando eso pasaba ambos sellaban un vínculo irrompible de por vida. Eso era Keira una bestia mágica, que con los años aprendió a usar una apariencia humana.

Asi que ahora, con su piel morena y su cabello negro increíblemente rizado, me observaba con esos ojos azules hipnotizantes.

—no seas tan exagerada, si algo me hubiera pasado lo habrías notado enseguida—zanjé.

Esa era una de las ventajas y desventajas de nuestro vínculo.

—¿y eso es excusa para que no sepa nada de ti por dos días?

—si debes culpar a alguien de eso, son a Emma y a Akira, no me dejaron volver a casa, por miedo a que reculara y no saliera con ellas—expliqué.

—¿de nuevo echando la culpa a los demás para eximirte? ¿Ellas también fueron las culpables de que tampoco me llamarás?—y así continuó, regañina tras regañina, hasta que no lo aguanté más y exploté.

—¡por el amor de dios, Keira, no eres mi madre y deja de sermonearme!—grité, provocando que se callara y dar pie a un silencio incómodo.

Ella suspiró, acercándose a mí, apartando la almohada de mí y sobresaltándose al tocarme.

—¡estás helada! ¿Por qué te estás congelando? Debes tomar un baño, luego podemos seguir hablando—sugirió.

Pero yo no me moví del sitio, así que Keira pasó sus brazos por mi cintura ayudándome a levantarme, no opuse resistencia y dejé que me arrastrará al baño, donde me desvestí entrando al la bañera.

El agua estaba tibia cuando entré y se me escapó un pequeño estornudo.

Keira se acercó tocando el agua, de su mano comenzó a salir un vapor tenue y poco a poco el agua empezó a calentarse. Uno de los muchos talentos de mi familiar que adoraba ver, gracias al calor del agua, mi cuerpo se fue relajando.

—¿me dirás ahora dónde has estado?—quiso saber, con la voz más calmada y serena que antes.

—solo sí, prometes no enfadarte—pedí hundiendo más mi cuerpo en el agua.

—hombre si empiezas de esa forma…

—promételo—la interrumpí.

Ella suspiró, se incorporó cruzándose de brazos y apoyándose en la puerta del baño, pero al final asintió.

Después de unos minutos más de silencio, solté una fuerte exhalación y la conté todo lo que pasó aquella noche.

Por cada escena que la contaba su semblante iba de menor a mayor, y de verdad podía ver lo mucho que se estaba conteniendo por no enfadarse.

—no me digas que conociste a ese esos dos… Descríbeme como eran—pidió con semblante serio.

¿A qué se refiere con esos dos? ¿Qué dos? ¿Es que acaso los conocía?

Hice lo que pidió y los describí hasta el más mínimo detalle que recordaba, diciendo nombres y apellidos. Unos hombres así eran difíciles de olvidar. Al final el contenerse no sirvió de nada, por qué su paciencia cedió y explotó.

—¡conociste a los hermanos Eligor!

—¿a quiénes?—pregunté confusa.

¿No estaba su reacción siendo desmedida por unos simples, chicos?

Keira, se llevó las manos a la cabeza y cerró sus ojos, incluso su respiración se veía acelerada.

—por favor, Hellen dime qué no hicieron nada, dime que solo tomaste unas copas y ya.—me pidió levantando su mirada a mí con desesperación.

Yo desvié la mirada avergonzada, sinceramente me gustaría haber hecho solo eso con ellos, pero no lograba recordar nada más allá de estar en la discoteca.

—Esta mañana… desperté con ellos en la misma cama—confesé.

—¡¿con los dos!?—Keira no daba crédito a lo que oía y sus ojos abiertos como platos lo corroboran.

—sí…–respondí con timidez.

Keira retrocedió varios pasos como si la hubieran dado un fuerte golpe.

—¡¿tienes idea del gran error que has cometido?!—se apresuró a mí, acercándose a mí y zarandeándome, cuál muñeco fuese.

—¡para ya! ¿No crees que estás exagerando mucho? Solo son unos simples, hombres ¡Deja de comportarte con una loca!—la grité zafándome de su agarre.

—¿unos simples hombres dices? Esos simples hombre, como tú los llamas, ¡son nada más y nada menos que Demonios!

—¿¡Demonios?!—grité del mismo modo sorprendida por lo que acababa de oír.

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Comments

Martha Padilla

Martha Padilla

Si sabía que existen demonios, por qué no le advirtió desde antes y no hasta este momento que ya ocurrió.??? 🤔🤔🤔

2023-05-17

1

Johanna marcela Castro

Johanna marcela Castro

que bellos demonios 😈

2023-01-28

0

Daniela ❤️

Daniela ❤️

la pregunta del millón

Ella como sabe q son demonios ?

2023-01-18

2

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