¿bruja pillada y cazada?

Entré en pánico sin saber que responder a aquello, no es como si él fuera a delatar mi verdadero ser cuando él era ni más ni menos que un demonio, ¿Verdad? Pero dejando eso a un lado, ¿A qué se refería con que soy marcada por su hermano?

Intenté hacerme la loca, pero él se adelantó para decir.

—espero que no tengas el descaro de decirme que no sabes de lo que hablo.

—pues siento decir que no sé dé que hablas, ¿en serio, brujas? Regresa al manicomio donde te escapaste.

—mientes fatal, ¿te lo dijeron alguna vez? Pero entiendo que no se puede ser perfecto, excepto por nosotros, obviamente.

Lo miré con la boca abierta, el flujo de magia y el poder empezó a fluir a través de mi interior, pidiendo a gritos que lo deje salir, para cerrarle la boca llena de arrogancia y sarcasmo a ese imbécil.

Tiene suerte que prometí no meterme en más problemas, respiré hondo para calmar mi magia y luego hablé con toda la calma que fui capaz de reunir.

—¿no tienes otra cosa mejor que hacer que meterte conmigo? Al menos yo no voy por allí matando a la gente.

—solo mato cuando debo hacerlo, no soy un desalmado, al contrario que muchos insensatos humanos que…

—no me interesa, solo quiero que me dejes en paz—lo interrumpí moviendo las manos hacia su dirección, espantada por lo que iba a decir.

—como ya te dije antes, no puedo hacer eso—proclamó.

—pero ¿por qué? No pensé que pasar una mísera noche con unos desconocidos, me trajera tantos problemas.

—es triste que no recuerdes una noche tan magnífica, pero dejando eso a un lado, escucha…

Asentí a lo que fuera que me estuviera diciendo sin prestarle la más mínima atención, necesitaba concentrarme de nuevo para poder usar mis poderes y salir de aquí, por lo que cerré los ojos por unos segundos concentrando mi magia de nuevo.

Debía escapar, sea como sea de aquí, o esto iba a acabar en un problema aún mayor, y por supuesto tampoco tenía plan de convertirme en su próxima víctima o que sea que deseara hacer conmigo.

—… Así que por lo que he explicado, no puedo dejarte ir—terminó de decir.

—ya fui más que clara que no me importa nada tus motivos, me voy a casa, te guste o no—zanjé.

Y cómo esperaba que ocurriese, me sujetó del hombro, girándome de golpe para que quede frente a él, esperé el momento adecuado para emplear mi magia en su contra.

Por lo que me contó Keira, ellos eran demonios poderosos, así que sabía muy bien que no era rival para él, pero esperaba poder ganar algo de tiempo, el mínimo para poder escapar.

—¡ya dije que no me pongas las manos en cima!—le grité cuando intentó tocarme de nuevo.

Dirigí mis manos a su torso y lo empujé, unas fuertes hondas salieron de mí, disparadas hacia él, haciendo que su cuerpo volará unos cuantos metros hacia atrás. Me costaba respirar, y mi fuerza vital disminuyó considerablemente, había utilizado más poder del que pensaba.

Mis manos temblaban a causa de ello, pero no era tiempo de distraerse, miré al hombre que ahora estaba tirado en el suelo, que también parecía aturdido, pero que mostró una sonrisa después y habló.

—te felicito, nadie puedo hacer lo que tú en estos momentos, sobre todo con una magia tan simple e inestable—aseguró todavía en el suelo con la mano en el pecho.

—pero debo decir—hizo una pausa antes de continuar, mirándome de arriba abajo con una sonrisa engreída.

Para cuando volvió a hablar su voz era amenazadora y sus ojos verdes se tornaron completamente negros como la noche.

—intenté hacer esto por las buenas, como ya te dije mi hermano no es tan paciente como yo, así que la próxima vez que nos encontramos, quizás no te guste lo que vaya a hacerte cuando te encuentre.—me amenazó con un tono divertido.

Sí, estaba furioso. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, fue espeluznante, pero no me iba a quedar más tiempo aquí. Con la poca fuerza que me quedaba, abrí la puerta de mi coche y arranqué lo más rápido que pude, tenía que alejarme de él, de todo, debía salir incluso de esta ciudad, antes que diera conmigo, porque sabía que si no lo hacía algo muy malo podría pasarme, no podía perder el tiempo.

Llegué a mi casa en menos de veinte minutos, abrí la puerta con brusquedad y subí las escaleras de dos en dos, tomé mi maleta que estaba bajo la cama y empecé a amontonar la ropa dentro de ellas.

—¿y este escándalo? ¿Qué pasa?—quiso saber Keira desde la puerta de mi habitación.

Pero no respondí y seguí guardando la ropa, Keira al ver lo que hacía se acercó y preguntó nuevamente.

—oye, ¿por qué estás guardando tu ropa? ¿Qué es lo que pasa?

—digamos que, rompí tu promesa—confesé.

—¿cómo? ¿Qué has hecho ahora?

—puedo decir en mi defensa, que esta vez, no fue culpa mía, él me atacó primero, yo solo me defendí.

—¿¡te atacaron!?—Keira se acercó a mí, inspeccionando por si tenía alguna herida, algún signo de lucha.

—estoy bien, no le dio tiempo a hacer nada—la aparté y seguí guardando cosas en la maleta, tan rápido que pensé que estaba poseída, debía ser la adrenalina.

—¿estás teniendo por costumbre venir a casa en estados tan lamentables? Explícame qué pasó—exigió.

—ni siquiera sé bien, Eider estuvo muy insistente en que fuera con él o que quería hablar conmigo de algo, creo que me lo explicó, pero estaba demasiado ocupada en qué no me hiciera daño y huir, que no presté atención a lo que decía—expliqué.

—¿Entonces uno de esos hermanos te dijo todo eso?—preguntó para verificar y yo sentí con la cabeza.

—no… Esto no puede estar pasando… Lo que me temía.

—¿qué es lo que te temías?—me paré en seco para contemplarla.

—¡¿por qué no podías estar tranquila como te pedí!?—me chilló enfadada.

—¡no me trates como una niña pequeña, además que lo hice! Pero fue él quien me atacó y aunque sea un maldito demonio poderoso o lo que sea, no iba a dejar que me tratara como si fuera algo insignificante.

El silencio inundó la habitación, por lo que Keira fue la primera en romperlo.

—cuéntamelo todo—me pidió.

No hacía falta que me lo pidiera, iba a hacerlo de todos modos, así que me dispuse a contarle todo lo que acababa de pasar en las puertas traseras del bar donde trabajaba.

—ahora que lo sabes todo, tenemos que salir de aquí, fue muy claro con que vendría a por mí.

—¿por qué ahora?—balbuceó como si estuviera en trance.

—¿de qué estás hablando? ¡Oye! —la agité para que hablara y me respondiera, pero no había respuesta.

En cambio, mi familiar, tenía la mirada completamente perdida, su cara se hacía más y más pálida por cada segundo que pasaba. Sus ojos se abrieron de par en par horrorizados y su cuerpo comenzó a temblar de miedo.

Esto estaba volviéndose algo muy frustrante, desde que conocí a esos tipos Keira, se comportaba mucho más extraña de lo habitual.

—¡Keira te lo pido, habla de una maldita vez!—la grité perdiendo los nervios.

—¡lo saben! ¡Te encontraron!—vociferó ella en respuesta, temblando de miedo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***