Susurros

Escuchaba la voz del señor Roberts como simples murmullos, sin entender lo que decía, toda mi atención se dirigió a aquella persona que se encontraba afuera de la puerta observándome inmóvil y calmado, mi respiración se iba acelerando conforme más me miraba, sus ojos negros estaban vacíos, no mostraban ni una sola emoción, ni un solo pensamiento, es como si fuera una persona ya sin alma. Una mano que tocó mi hombro me sobresalto provocando que diera un brinco, miré y era el señor Robert, su boca se movía más no entendía lo que decía. Sonreí amablemente e hice una reverencia. El señor Robert se dirigió a Kate quien le dio un par de botellas con un líquido extraño dentro, se despidieron y cuando el Señor abrió la puerta, aquel hombre ya no estaba.

-¿Tienes hambre?- Me preguntó Kate mientras limpiaba su mesa.

-Sí, un poco- La campanilla de la puerta sonó, Kate levantó la vista en dirección al sonido, el Teniente Jack entro con un par de bolsas en las manos repletas de frutas y otras cosas.

-¡Gracias por ir!- Le dijo a Kate mientas se acercaba para ayudarle.

-No es nada- Me miro y sonrió- Pequeña Clare, veo que estas despierta- Bajé la vista tímidamente.

-Sí, Teniente Coronel Jack.

-Por favor solo Jack- Asentí y ayude a subir las cosas, en la cocina lave la fruta mientras que Kate acomodaba lo demás. Escuche pasos en la sala y murmullos, supuse que Marc ya se había despertado.

-Bien, prepararemos la cena- Me encargue de picar la fruta y verdura, Kate preparaba la masa para los postres y al mismo tiempo freía la carne. El aroma se comenzó a esparcir por toda la habitación, era una mezcla de aromas dulces con algo rústicos y más fuertes al olfato; mientras más cocinábamos mejor olía, mi estómago comenzaba a pedirme comida con cada respirar que daba. Nos sentamos a disfrutar la cena que con tanto esmero habíamos preparado, habían sabores que jamás había probado, cada platillo tenía diversas texturas, y las hierbas agregadas combinaban perfectamente. Disfrutamos de la hermosa vista que se asomaba a través de la sala iluminada por los últimos rayos de sol.

Al terminar de limpiar nos reunimos en la sala, Jack empezó a contar historias de su viaje al extranjero, mientras leía el lomo de cada libro situado en los estantes, tenía curiosidad, quería saber de su contenido. Las horas pasaron, lo noche avanzo y el peso del cansancio se podía palpar en aire. Kate nos prestó unas ropas viejas que tenía guardadas para poder quitarnos las nuestras y asearnos. Marc esperaba en la sala cuando tome la iniciativa de bañarme. El agua quitó hasta el más mínimo rastro de tierra, mi cuerpo se relajó y por unos instantes ni una emoción se hizo presente, estaba calmada y mi mente despejada; la ropa me quedaba demasiado grande por lo que tuve que doblar a las mangas al igual que al pantalón, salí de la habitación, todos sonreían, Kate le aventó un cojín a Jack el cual se lo devolvió, provocaron lo que le conocen como “Guerra de almohadas” corrían en círculos, las risas no paraban, el vibrar de sus pasos apresurados se sentía por la planta de mis pies descalzos. Observe la escena cuidadosamente, guardando en mi memoria cada detalle. Al ver que ya había terminado Marc entro a la habitación para poder asearse, Kate y Jack comenzaron a calmarse hasta que quedara solo un eco.

-Estoy cansada, ya iré a dormir, cualquier cosa que necesiten ya saben dónde encontrarme- Le dimos las buenas noches y se retiró.

-Bien pequeña Clare, igual ya dormiré, mañana me presentare para saber el informe que han mandado- Coloco unas cobijas en un sillón se recostó, me dirigí al apagador.

-Buenas noches- Lo presione y en un instante la obscuridad lo envolvió todo. Camine hacia el cuarto, Marc aún estaba dentro del baño, Café me siguió moviendo su cola, brincó para subirse a la cama y se recostó en ella. Salí al balcón para observar las luces de la capital, brillaban cual estrellas al cielo, la brisa acaricio mi piel, me deje llevar a un mundo de sueños. Mis recuerdos florecían, los sentimientos persistían y el sentir me revivía. El sonido de la puerta me altero trayéndome de vuelta, Marc salió, a diferencia de mí, la ropa le quedaba bastante bien, no tenía que doblarla ya que su altura era mayor que la mía.

Sin decir nada se situó junto a mí y disfrutamos de aquel bello paisaje que ocultaba más de mil secretos. Al estar ya acostados, cerrando los ojos para poder quedarnos dormidos se escuchó un fuerte ruido. “Otra vez no” Fue lo primero que se me vino a la mente, mi corazón se aceleró, el miedo invadió mi mente, con cuidado baje de la cama y Marc rápidamente llego a la puerta para abrirla, lentamente giró la manija, tiró de la puerta parar abrirla, salimos rápidamente a revisar a Kate y Jack pero los dos estaban dormidos, sumidos en un sueño profundo y de calma. Revisamos la cocina, los baños, la sala en donde estaba Jack, cada rincón de la parte superior pero no había nada. Decidimos bajar como última opción, pero fue el mismo resultado. Mi ritmo cardiaco se restauró, y aquel temor que sentía lentamente se desvaneció. Regresamos al cuarto, cerramos la puerta e intentamos dormir nuevamente.

Un crujir cerca de mi oreja me despertó de golpe, Marc estaba dormido y Café se encontraba tranquila bajo mis pies. Miré a mí alrededor tratando de adaptar mis ojos a la obscuridad, mi cuerpo se relajó cuando no visualice nada pero al tratar de recostarme escuche a mi espalda.

-No podrás huir- Un susurro, una voz gruesa fue lo que escuché, la piel se me erizó, voltee y nuevamente no había nada. “Tal vez estoy cansada, o aun soñando” En la puerta el sonido de rasguños hizo eco en la habitación. Café se levantó rápidamente bajó de la cama, miró fijamente la puerta y comenzó a gruñir.

-Estoy dentro de ti- Ese segundo susurro logró en mi un gran terror, mis manos temblaban, sin poder moverme ni hablar fui presa del pánico, traté de controlar mi respiración…

-¡NO TE DEJARÉ IR!- Gritaron en mi oído, la sorpresa me hizo brincar y caer al piso, le di la espalda a la pared para poder ver de dónde provenía la voz. Marc rápidamente bajo.

-Hey… Tranquila ¿qué pasó?- Se inclinó, sujeto mi cara, todo mi cuerpo temblaba no podía hablar, estaba pálida y fría. Abrieron la puerta, Kate entro junto con Jack.

-¿Qué pasó? Escuchamos un golpe y… -Me observaron por un instante- ¡Cariño tranquila!- El abrazo de Kate me hizo respirar.

-Fue un sueño, una simple pesadilla- Sus palabras tan amables quería creerlas pero yo sabía que no era cierto, había sido real.

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