Leyenda

-¡P-Perdón- Dijo Kate avergonzada. Sonrió con amabilidad, sus ojos antes tan negros ahora eran grises. ¿Será acaso otra persona? ¿Mi mente estará jugando con migo?

-El que debería disculparse soy yo, estaba tan distraído que no me di cuenta- Tomó la mano de Kate y la beso.

-A-AH… Este…-Retiro la mano rápido- Bueno creo que en ese caso tenemos ambos algo de culpa. Si me disculpa llevamos un poco de prisa.

-Oh…Si lamento quitarles su tiempo, espero y nos encontremos de nuevo- Pasé a su lado cuando susurro.

-Te veré pronto Clare- Sorprendida voltee a verlo, nuestras miradas se encontraron y por un segundo sus ojos se tornaron negros, sonrío y entre la gente desapareció.

Sujete la mano de Kate con fuerza, no sabía si tener miedo, estar sorprendida, decirle a Kate, salir corriendo, o simplemente ignorarlo, que claramente la última opción estaba descartada. Mientras más caminábamos más me tranquilizaba. La capital se me hacía un lugar demasiado cruel, con personas falsas, mentiras, secretos, pese a ser un lugar que a primera apariencia era hermosa, llena de color y luz, la verdad es que ni siquiera en una cueva al anochecer podía ser tan oscura y fría como es la capital.

Llegamos a un puesto de comida, Kate decidió que comeríamos ahí ya que era tarde y habíamos caminado demasiado. La comida olía deliciosa y se veía igual, pero al probarla no me sabía a nada. Marc hizo la misma cara de decepción cuando dio el primer bocado a su carne.

-¿Por qué ponen esa cara? Pero si se ve delicioso- Dijo repentinamente Kate, cortó la carne y enseguida lo probó- Retiro lo dicho- Soltamos una pequeña risita por su expresión.

Ya eran las 5 de la tarde cuando llegamos, Kate abrió y nos llevamos la sorpresa de que había más de 10 papelitos en la puerta, todos contenían peticiones de tratamientos. Los levantamos con cuidado. Detrás nuestro una voz algo conocida nos saludó.

-Vaya… No creí que fuera la dueña de la florería- Todos volteamos, el hombre de la túnica estaba observando.

-AH… Hola, de nuevo- La voz de Kate sonaba incomoda.

-Soy Albert, estoy rentando enfrente, una disculpa por no haberme presentado antes- Lo miré con desprecio, Marc se me acercó tomó mi mano y me coloco detrás suyo, Albert inclino la cabeza, Kate volteo a vernos.

-Marc, Clare. ¿Podrían reunir los materiales que están en las peticiones? Están debajo de la repisa acomodados por orden alfabético- Asentimos, dimos media vuelta dejándolos hablar solos. Podíamos escuchar su conversación sin problema.

- Soy Kate, un placer. ¿Qué lo trajo a la capital?

-Estoy estudiando y quise abrir mi propia librería.

-Eso perfecto, nos veremos muy seguido entonces.

-¿Le gustan los libros?

-Por supuesto, si necesita algún tratamiento no dude en venir. Puedo tratar con cualquier enfermedad.

-No lo dude, entonces no le quito más el tiempo, veo que está ocupada, hasta pronto Kate. Terminamos de reunir todo el material que requirió Kate cuando se dirigió a nosotros.

-¡Es bueno tener vecinos! ¿No lo creen?- Mire a Marc que estaba algo serio, luego sonrió.

-Sí, siempre es bueno contar con alguien. ¿No es así Clare?- Me sonroje y bajé la mirada.

-Comenzaré a trabajar, mientras bajen unos libros para que comiencen a estudiar con migo- Subimos, Café nos esperaba con alegría, por suerte Kate le había dejado algo de comida en el piso. Tomamos los primeros libros que llamarón nuestra atención y bajamos, Café nos seguía.

-Practicaremos lectura. ¿Qué libro escogieron?

-Criaturas aterradoras- Le dije a Kate.

-El bosque y sus secretos- Dijo Marc.

-Entonces comenzara Clare, vas a leer en voz alta el primer párrafo me dirás de que trató. Cuando termines le toca a Marc. ¡Pon atención que tú le vas a preguntar a Clare!- Asentí y comencé a leer.

-“Existen leyendas que rondan en los pueblos, sobre terribles criaturas venidas del mismo infierno, que pueden matar a todos las personas habitantes de un pueblo sin dejar rastro, que devoran todo a su paso, seres desalmados que pueden crear tu mayor pesadilla y volverla real. Las leyendas que hoy contaremos en este libro muchas personas aseguran que son reales pero esa decisión la tomaras tú”- Las palabras se me clavaron en mi alma. Mis manos se pusieron frías. Marc colocó su mano en mi espalda. Kate mi miro con lastima.

-Estoy bien, es solo un libro- Les dije… Pero no sabía si lo había dicho para tranquilizarlos a ellos o a mí.

-Entonces continuemos- Dijo Kate tranquila.

Llegó la noche y con ella el tormento de la obscuridad. Tomamos un delicioso Té verde en la sala, nos relajamos del estrés del día cuando un repentino apagón nos dejó pesas del miedo, abrace a Marc fuertemente. El ruido del agua caer se formó al principio como murmullos luego lo escuchamos tan claro al igual que los trueno. Siempre les tuve miedo, Marc y mi madre me abrazaban y cantaban para poder calamar mi miedo.

-Voy a buscar unas velas- Dijo Kate dirigiéndose a su cuarto. Trataba de no gritar de miedo cada que un trueno se hacía presenté. Marc me abrazaba protegiéndome y Café estaba a mis pies. En una esquina visualizamos que una sombra comenzaba a formarse.

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