Sueños

Las calles de la capital estaban bastante extensas, infinidad de personas recorrían sus calles, los puestos se extendían por todos lados, era un mundo diferente, a diferencia de nuestro pueblo solo contábamos con un mercado y un médico, intercambiábamos los productos ya que no teníamos dinero, mutuamente nos ayudábamos para que nadie sufriera, mi mamá acostumbraba a una vez al mes hacer una comida para todos, los vecinos cooperaban llevando ingredientes, colocábamos mesas en el centro del pueblo y todos disfrutábamos del delicioso caldo de mi mamá. El recuerdo me hizo temblar, un vacío en mi interior se extendió. Jamás volveremos a pasar un momento así. Nos dirigimos a una florería el Teniente Jack toco, al cabo de unos segundos una joven de pelo castaño de ojos grises nos atendió.

-¡JACK! Digo… Teniente Coronel Jack – Soltaron una ligera risa y se abrazaron.

-Kate… ¡Cuánto sin verte!

-Desde que te fuiste a la última misión en el extranjero. ¿Cuándo regresaste?

-Hoy en la madrugada, estaba en la puerta principal saludando cuando me topé con estos pequeños, ella es Clare y él es Marc- Kate nos miró un instante, se inclinó y su mirada demostró compasión.

-Sus miradas no son de unos niños… ¿Qué les ha pasado? El sufrimiento que llevan es mayor del que he visto en mucho tiempo- Sus palabras me inspiraron confianza.

-Por favor pasen- Entramos a su florería, los aromas de las flores me recordaban a los días de primavera en el bosque, frescos, dulces. El lugar se extendía al fondo haciéndolo parecer un invernadero por dentro. Al fondo se encontraban unas escaleras en forma de caracol.

-Suban, voy detrás suyo- Nos encontramos con una hermosa vista desde aquel lugar, una pequeña sala se encontraba al centro, al fondo se visualizaba la capital por una enorme ventana del tamaño de las paredes. Habían libros por todas partes colocados en estantes.

-¿Les gusta?- Estaba maravillada, en todo el pueblo solo habían 10 libros que el cura nos enseñaba a leer a escondidas de nuestros padres.

-Acomódense, preparare un té. ¿Jack vienes?- Lo jalo del hombro llevándolo a una de las habitaciones.

Al asomarme por aquella ventana la gente parecía encontrarse bajo mis pies y una persona llamo mi atención, llevaba una túnica, estaba parado en la casa de enfrente, me miro detenidamente, sin apartar la vista ni un segundo. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, me paralice unos instantes, me resultaba tan extraño y a la vez tan familiar. Marc se puso a mi lado quitándome el miedo de en sima, miro a la dirección donde aquel hombre se encontraba y me lleve la sorpresa que había desaparecido entre la multitud.

-Alguien me observaba- Sujeto mi cabeza acariciándola.

-Lo sé, por eso me acerque, nos siguió desde que salimos de la casa del Teniente Coronel- Escuchamos el sonido de los cubiertos chocar y nos dimos vuelta.

-Es una buena vista ¿no es así?- Dijo Kate, coloco la vajilla en la mesita de la sala, hizo un gesto con las manos para que nos sentáramos y comenzó a servir el Té . Café salto de la canasta y comenzó a olfatear a Kate, sorprendidos rápidamente la cargue entre mis brazos.

-Perdón- Le dije tímidamente

-No te preocupes pequeña me encantan los perros ¿Cómo se llama?

-Café, le decimos así porque acostumbra a robarse el café de los demás

-Jajaja, entonces le prepararé uno para que se sienta como en casa- Me alegre de escuchar eso y asentí con energía. El Teniente Jack salió de la cocina con un bocadillo en las manos. Instantes después Kate salió con una taza de café lo puso en el piso y yo dejé que Café corriera a tomárselo.

-Quiero pedirte un favor Kate, siempre y cuando se pueda- Todos miramos al Teniente con suma curiosidad.

-Yo los cuidaré…- Sus palabras nos sorprendieron.

-Gracias, yo te daré el dinero y haré lo necesario para que estén bien.

-Te lo agradezco, los cuidaré como mis hermanos- Nos sonrió ampliamente.

-¿Están de acuerdo? Es provisional en lo que crecen, pero tendrán que trabajar.

-¡Claro! Haremos lo necesario para ayudar- Dijimos al mismo tiempo.

-Perfecto… Los dejare a tu cuidado y si no te importa ¿Puedo dormir aquí? Me pelee con mi hermana y ya sabes- Kate soltó una pequeña risita.

-Si no te importa la sala…

-Gracias- Kate hizo un gesto con sus manos, se levantó.

-Les enseñaré la casa, pueden descansar y mañana comenzaremos con las lecciones.

-¿Lecciones?- Pregunto Marc cautelosamente.

-Sí, les enseñare botánica, ciencias, matemáticas… Todo lo necesario, trabajaran en la florería para ampliar sus conocimientos, ahorraremos para mandaros a la escuela- Nos sorprendimos demasiado, nadie había planeado tanto nuestro futuro, para nosotros la escuela era solo un sueño- Vamos, se quedarán en la recamara de la derecha, es una litera así que con cuidado- al lado está la mía, ya vieron que la cocina está junto a las escaleras, cada habitación tiene su baño y regadera así que no tienen de que preocuparse- Al entrar a la habitación nos sorprendimos, jamás habíamos visto camas tan grandes, ni un cuarto; toda mi casa podía caber ahí. Unos estantes llenos de libros estaban a lado, tenía su propia sala, con un balcón, habían dos puertas, una era un majestuoso baño, y el otro un armario del tamaño del mismo cuarto. Parecía un sueño, no lo podía creer, después de todo, no podía ser cierto, tenía que ser una mentira, un simple sueño que pronto terminaría.

-Mañana saldremos de compras para lo necesario, mientras tanto traten de descansar, si necesitan algo estaré abajo. Cerro la puerta y nos dejó ahí, Marc estaba igual de sorprendido que yo.

-Esto debe ser una trampa…- Marc tomó mi mano.

-Tranquila, estaremos bien, todo se va resolver, aquí no nos pasara nada.

-Extraño a mi mamá- Mi voz temblaba, en ese momento sentí dolor, había pasado todo tan rápido que no me dio tiempo para aclararlo en mi mente. Una bola de sentimientos comenzó a subir por mi pecho y salieron en modo de lágrimas y sollozos, el dolor era insoportable, no lo aguantaba, era peor que morir, es una tortura creada por los sentimientos mismos, desgarra el alma y parte el corazón en dos. Todos los sentimientos se combinan en uno mismo creando algo indescriptible. Llore sin parar hasta quedarme dormida. Sumida en mis sueños repetía la misma pesadilla una y otra vez.

“Estaba en casa, disfrutado de la rica cena de mamá, Marc estaba con nosotras, reíamos sin parar en eso… El cuerpo de mi madre comenzaba a desfigurarse, su cara irreconocible, la sangre se esparcía por todas partes, mi ropa se manchaba, volteaba a ver a Marc gritando, él se tapaba los ojos y lloraba desconsoladamente, miraba a los lados, una montaña de cuerpos se encontraba enfrente de mí y en un instante mi mamá estaba en sima de todos ellos, colgada, una persona a su lado la acomodaba minuciosamente, me miraba, sonreía de oreja a oreja. Una voz ronca salía de su boca.

-Te lo quitare todo, no podrás huir de mí, porque siempre me llevas contigo“

Desperté bañada de sudor con las lágrimas aun escurriendo, Café se incorporó, se acercó a mí y comenzó a lamerme. Me levanté de la cama Marc estaba en la parte de arriba durmiendo profundamente, entre al baño a lavarme sin querer observar mi reflejo, en la ventana se infiltraba la luz del atardecer que cubría toda la habitación de naranja. Salí, bajé las escaleras y encontré a Kate atendiendo a un cliente mientras preparaba algo con unas plantas.

- Clare, querida, bajas a tiempo. Déjame presentarte- El hombre frente a ella tenía un aspecto fuerte a pesar de su edad, aproximadamente unos 70 años, hice una breve reverencia a muestra de respeto.

- Señor Robert le presento a mi hermanita Clare- El señor dio una ligera reverencia.

-Es todo un placer pequeña, me alegra saber que la señorita Kate está acompañada, ya le hacía falta alguien que le ayudase, es un trabajo difícil de manejar solo, por suerte llegas justo a tiempo…-El señor Robert seguía hablando, cuando detrás de él parado en la entrada vi una túnica bastante familiar, reaccione cuando noté que era el hombre que me observaba en la tarde.

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