Información Imprecisa

Cap.19

Almendra

Después de cerrar la cocina me fui derechito a la cabaña de los gemelos, no pude verme con Alonso, me avisó que lo habían mandado a Ranco a buscar algunas cosas, ¡patrañas! Seguramente Javier supo que se juntaría conmigo y lo mando lejos por lo mismo.

— Me siento agotada ~comenté mientras me tiraba en una de las camas~

— Yo igual mi gordis, esos niños tienen más energía que una planta nuclear, jajaja

— A mí me gustó mucho estar aquí, voy a postular todos los años para trabajar aquí ~agregó Guille~

— Almendra hoy día te vimos bien abrazadita con la ricura de Alonso ~comentó Dani~

— Ah si, necesitaba un abrazo y ustedes estaban demasiado ocupados…

— Uy y el papacito se ofreció a darte el abrazo que necesitabas ¿cierto?

— No, yo se lo pedí

— Javier no estaba muy contento, de hecho, apareció Agustín y Clara y se lo llevaron antes de que se lanzara a descuartizar al centinela

— ¿él estaba ahí? Mierda, no quiero otra discusión con el ~puse mi mano en mi frente~

— Jajaja, está loquito por nuestra gordis ~se burló Guille~

¿gustarle? No, yo lo escuche de su propia boca, no es posible, lo que a él le molesta es que no acate sus órdenes de no acercarme a su amigo, nada más ¿cierto?

— Mejor cuéntenme ¿Cómo les ha ido con lo que les pedí? ~cambié el tema~

— Hoy en la mañana a Guille le llegó un poco de información

— No encontramos información sobre ti ni de quienes pudieron ser tus padres… pero hay una información que llamó mucho mi atención, y no sé si está relacionada contigo ~puntualizó Guille con una hoja en sus manos~

— Quiero saber, no se den más vueltas y cuéntenme que encontraron.

— La noche antes de que llegaras al hogar, hubo un accidente cerca del hogar ~empezó Dani~

— Hum, ok… ¿Qué pasó?

— Fue un volcamiento de un vehículo, se dice que en su interior iba un matrimonio joven que estaba de paseo por la zona ~agregó Guille mientras leía la hoja~

— Según los informes policiales, ambos murieron, lo raro, es que nunca se habló de los cuerpos, el informante dice que los cuerpos nunca los encontraron, aunque el alcalde hizo un funeral, porque la mujer era su hija, se escuchó a una de las empleadas diciendo que los cuerpos no los encontraron.

— ¿Hay alguna información sobre si la mujer del accidente estaba embarazada? ~cuestioné~

— Es todo lo que tenemos hasta ahora ~contestaron a coro~

— Entonces es información imprecisa, es posible que ni si quiera se conecte conmigo ~resoplé~

— Gordis, falta que te mostremos algo más ~vi a mi amiga titubear~

De su bolsillo sacó una fotografía, de las personas que iban en el vehículo accidentado, la tomé entre mis manos y observé detalladamente al hombre y a la mujer, eran las mismas personas que Yanara tenia retratadas en su cuaderno de dibujos.

— Almendra, creemos que si es posible que tengan algo que ver contigo… tu… te pareces mucho a ellos ~expresó Guille~

Por unos milisegundos me sentí angustiada, no se si mis amigos tenían razón en que me parezco a ellos, pero ya es segunda vez en estos días que me topaba de frente con esos dos rostros que lo único que provocaban en mi era eso… angustia

— ¿Cómo se llamaban?

— Francisco y Mercedes ~respondió Dani~

— La cara de esta mujer se me hace muy conocida, y no por que tengas algunos rasgos parecidos a ella, siento que la he visto en algún lado, pero no puedo recordar dónde ~expresó Guille~

Salí de la cabaña de mis amigos, esta vez no quise deambular por el lugar, necesito dormir

-Kali: ¿piensas que pueden ser nuestros padres?

-Almendra: no lo sé Kali, todo es demasiado confuso, sin fechas sin cuerpos, si más información no puedo decir si sea así

-Kali: eran una pareja realmente linda, se nota que ahí había amor

-Almendra: si, pienso igual, pero no quiero pensar en que podrían ser mis padres

-Kali: sigamos esperando información quizás es solo una corazonada de los gemelos.

— Deberías estar en tu dormitorio, mañana te tienes que levantar temprano

— ¡jefe! Disculpe, tenía algo que hacer…

— ¿Con quién? ~interrogó~

— Estaba con los gemelos, tenia algunas cosas que conversar con ellos, pero ya voy a mi cabaña, buenas noches, hasta mañana ~enfaticé en que volvía a mi cabaña~

— ¡Espera! Necesito hablar contigo

Ay por favor que no sea para reclamar otra vez, no estoy de ánimos para responderle y mucho menos para escuchar sermones.

— ¡uf! Javier, no quiero discutir contigo, por hoy ya fue suficiente

Traté de dar la vuelta para empezar a caminar, pero sus fuertes dedos rodearon mi muñeca impidiéndome arrancar, ¡uy! Que calorcito rico se esparció desde mi muñeca y por mi brazo, mi corazón empezó a martillear en mi pecho.

El guapo hombre de ojitos verdes me acercó a su cuerpo, tanto que podríamos sostener una moneda de $10 entre nuestros cuerpos.

— Almendra, necesito…pedirte disculpas por mi comportamiento… yo juro que no soy así, es que…

— A mi no tiene que pedirme disculpas, yo soy adulta puedo lidiar con un jefe enojón como usted, pero mi Lucecita no…

— ¿dijiste Lucecita? ¿tu Lucecita? ~sonrió~

Sus penetrantes ojos verdes me paralizaron, su ronca voz me hipnotizaba y sentía que cada vez estaba más cerca de mí. ~esto está mal, es el jefe, no le gusto, aguántate Almendra, no hagas nada estúpido~

— ¿Ella te pidió que la llamaras así?

— ¿Qué?... no, es que parece una llamita, como una luz, le pregunté si le podía decir así y me dijo que le encantaba ~respondí cada vez más nerviosa~

— ok… ¿me vas a disculpar?

— Yo… con una condición… no quiero que le hable nunca más a su hija en ese tonito siniestro

Javier sonrió de lado y después pasó su lengua por sus labios para humedecerlos, maldición, era tan sexy, podría haberme lanzado sobre él y comérmelo a besos en el mismo instante en que hizo eso. Se separó de mi cuerpo lo que causó que sintiera frio de repente.

— Prometo solemnemente no volver a hablarle de forma siniestra a Mí Lucecita ~proclamó~ es mi lucecita no te permito seguir robándome a mi hija

Se acercó de nuevo a mí, dejó un beso en mi mejilla dio la vuelta y se alejó caminando a su dormitorio

— Buenas noches, Javier ~susurré para mi~

-Kali: eso estuvo requeté caliente

-Almendra: Kali ¿Qué acaba de pasar?

-Kali: algo demasiado sexy, vamos tengo mucho sueño a ver si Morfeo nos regala un sueño húmedo con nuestro hermoso jefe

-Almendra: no puedo contigo

Oliver y Aurora

— Amor, Javier necesita hablar con nosotros, está llamando, dice que es algo importante

— Está bien, ya me desocupé, ¿vamos a la oficina?

— Si preciosa, está esperándonos

Esa misma tarde, después de la conversación que Javier tuvo con Maite, hizo la llamada que su vieja amiga cocinera le había pedido. Él se encontraba muy confundido por la corazonada que la mujer tenía sobre Almendra, pero de cierta forma esperaba que aquella mujer que rondaba su cabeza desde la noche en el bar fuera la niña de la que tanto hablaba su mamá cuando él era pequeño y Mercedes y Francisco había desaparecido.

— Hijito ¿todo bien con mi niña?

— Hola, mamá, si ella está bien mi llamada no tiene nada que ver con ella

— Entonces hijo, ¿Qué es tan importante entonces?

Javier empezó a hablar sobre Almendra y lo que Maite pensaba de ella, les comentó sobre la cadena que cuelga del cuello de la joven mujer y lo extraño que es todo lo que la rodea, desde sus amigos hasta de Kali, la que supone es su loba y que a pesar de tener ya 25 años nunca ha cambiado.

— Javier, lo que dices es casi imposible, a nosotros nos informaron de que la bebé murió con ellos

— Papá, todo es tan extraño, Maite cree que Almendra es muy parecida a Francisco, y yo… creo que tiene razón, tiene mucho parecido con ambos

— ¿Qué es lo que necesitas hijo?

— Maite pidió que llegaran antes acá y que se traigan con ustedes a Juana

— Está bien, mañana a primera hora salimos para allá, Juanita está con nosotros.

— Lo que necesites házmelo saber, así mando a Alonso a organizar todo

— No te preocupes, prefiero que él esté contigo.

Luego de esa llamada, Aurora y Oliver buscaron a Juana por la casa, la encontraron en el jardín recolectando algunas hierbas para preparar infusiones

— ¿es posible que nuestros amigos estén vivos?

— ¿por qué lo preguntas Oliver?

— Javier llamó, Maite cree que una de las trabajadoras podría ser su hija

Juana le sonrió a la pareja que tenía frente a ella, mientras buscaba la información precisa para entregarles a sus queridos amigos.

— Al final sus caminos se unieron ~comentó enigmática~

— ¿de que estás hablando Juani? ~cuestionó Aurora~

— Javier y esa niña, si es que es la hija de Francisco, tenían que encontrarse en algún momento de sus vidas ~volvió a sonreír~

— Junta tus cosas queridas vieja, nos vamos mañana antes de que el gallo cante ~demandó Oliver~

Oliver y Aurora subieron a su dormitorio para dejar todo listo para su viaje, ya no era difícil salir de la manada, para cuidar de ella estaba su hijo Mateo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***