Primer día

Cap. 16

Almendra

Me costó conciliar el sueño anoche, tanto que siento como si un camión de carga hubiera pasado sobre mí, fueron muchas emociones para un solo día.

Era hora de levantarse, hoy empezaba el verdadero reto, sin una cocinera menos estos dos días debíamos alimentar a más de 60 niños, lo que me hacía anticipar que el día seria durísimo y realmente no me sentía el 100%,

aun resonaban en mi cabeza aquellas palabras que salieron de la boca de Javier.

—    Mi niña Almendra, hoy empieza la verdadera acción. Hoy los niños vienen a desayunar a las 9 de la mañana, debes tener en cuenta que este horario será solo por la primera semana, desde la próxima será desde las 8:00 AM.

—    Si mi Maitecita, estoy más que lista ~sonreí~

Caminé con mi nueva amiga, agarrada del brazo hacia la cocina, con una meta fija, el día de hoy tengo que mantener mi cabeza en la cocina por lo que no me fijo en lo que pasa a mi alrededor, me duele el estómago

recordar que dijo que no le gusto.

—    Este viernes llegan los papás de Javier, te van a encantar, son unas personas muy dulces

—    Si, eso he escuchado, espero caerles bien

—    Obvio que sí, la pequeña Yanara los adora, es como la luz de los ojos de Aurora, si esa niña te quiere es fácil ganarse a la Luna.

—    ¿la que? ~la observé~

—    Es la esposa del Alfa, en este caso ex Alfa, se le denomina Luna ¿Cómo no sabes eso? Es cultura general

—    Oh, si, algo me comentaron cosa 1 y cosa 2

—    No te han explicado todo, todavía te falta mucho

—    Maite, todavía no sé qué soy, por el momento solo soy una mujer de 25 años con un par de amigos extraños y una conciencia que no para de chacharear en todo el día.

¡Manos a la obra! Hay que preparar la cocina, dejar nuestros ingredientes en el gran mesón de acero inoxidable. La minuta de la mañana era lo siguiente:

-Yogurt con cereal

-jugo de naranja

-pan con huevos revueltos

Ajusté mi delantal de cocina, me envolví mi larga cabellera oscura, tomé mis cuchillos y empecé por cortar las

naranjas para meterlas en la maquina exprimidora, lo maravilloso es que aquella maquinita era industrial, por lo que solo debía cortar y agregar y listo exprimía sola. Al mismo tiempo Maite rellenaba los pocillos de cereal y los

jarros con la cantidad necesaria de yogurt para cada niño.

—    Buenos días, veo que ya empezaron ~intenté seguir en mi labor~

—    Buenos días mi niño, si, está casi todo listo

—    Ya han adelantado bastante ~comentó~

—    Es que Almendra es muy rápida cuando está en su máxima concentración ~apuntó~

 En ni un momento paré de hacer mi tarea, que ahora era cortar y rellenar los panes con los huevos que ya estaban cocidos. No quería míralo, maldición no debería estar ni siquiera prestándole atención a cada palabra que sale de su boca.

—    Buenos días Almendra ~me saludó~

Le devolví el saludo de manera formal, ya que este era mi trabajo y él es el jefe, por lo que no podía andar de amiguis con él.

—    ¿amaneciste bien?

—    Em… si, gracias por preguntar ~respondí en corto~

—    ¿pasaste buena noche? A veces las primeras noches son incomodas para quienes vienen aquí por primera vez ~comentó~

—    Si, dormí bien, soy buena adaptándome a cualquier circunstancia ~contesté sin dejar de hacer mi trabajo~

—    ¿Estás segura? Estás… extraña

—    Solo estoy muy ocupada, preferiría que no me distraiga, quiero hacer bien mi trabajo ~respondí de mala gana~

Obviamente el iba a responder, pero la hermosa Maitecita dejó de rellenar los panes y me miró expectante y con una extraña sonrisa en su cara.

—    Disculpe jefe, no quise ser pesada, es que de verdad quiero hacer mi trabajo bien, no quiero que se me pase nada ~agregué en disculpa por mi mala forma de contestar anteriormente~

Los verdes ojos del hombre que estaba situado al otro lado del mesón no dejaban de escanearme, me estaba sintiendo incomoda, pero seguí en mi tarea intentando no prestar atención a su pesada presencia.

—    Ok, las dejo entonces, tienes razón, estoy interrumpiendo ~suspiró de forma sonora~

—    Nos vemos más tarde mi niño, quisiera hablar contigo ~se despidió Maite muy cariñosa~

Miré de reojo al jefe que salía de la cocina pasando su mano por su nuca, haciendo un movimiento de negación con su cabeza.

—    ¿Qué pasó con la dulce Almendra de ayer? ~cuestionó la anciana mujer~

—    Nada, pero el ayer hizo un escandalo por encontrarme conversando con Alonso y dijo cosas feas, obviamente hoy tengo que poner distancia para que no piense que también le estoy coqueteando a el ~respondí

medio verdad medio mentira~

—    Entiendo… mejor sigamos para que nos tomemos un descanso antes de ponernos a preparar los almuerzos

Terminamos de armar el desayuno y mi siguiente tarea fue ir dejando ordenada la vitrina de donde los niños van sacando sus desayunos, es harto trabajo, voy a sugerir que nos busquen a alguien que haga esta tarea,

creo que dos personas es muy poco para hacer todo esto.

—    ¡Buenos días! ~una delicada voz cantarina llamó mi atención~

—    Hija mía, que bueno que llegaste necesitamos ayuda ~chillo Maite~

—    A su orden capitana mamá

Era una jovencita de unos 19 años, con una entretenida vestimenta, muy colorida, algo que me encantaba, aunque es todo lo contrario a como me veo, estoy como sacada de una película de los locos Adams.

—    ¡Hola! Soy la hija menor de esta hermosa mujer, mi nombre es Angelica ~abrazó efusivamente a Maite~

—    Soy Almendra, y soy la nueva ayudante de tu mamá ~respondí mientras me movía rápidamente por la cocina.

Angelica rápidamente se puso al corriente y empezó a llenar las vitrinas con la comida lista, y justo en el momento en que puso el ultimo pan, los niños, niñas y adolescentes empezaron a entrar al casino, acercándose desordenadamente al estante de las bandejas.

Javier

Salí de la cocina con una sensación extraña en el pecho, la indiferencia de Almendra me cacheteo y me dejó nocaut

—    ¿En qué tanto piensas? ~preguntó Agustín~

—    Alonso anoche me dijo que soy un tonto ¿tan evidente era que Jacinta no me quería tanto como yo pensaba? ~suspiré~

—    ¿A que viene ese tipo de comentarios de parte de él? Ponme un contexto a ver si puedo responder a esa pregunta.

Necesitaba a alguien con quien conversar, y Agustín siempre estaba dispuesto a escucharme y prestarme ayuda si así lo necesitaba. Le conté todo lo que había pasado el día de ayer, desde que encontré a Almendra en el sendero al lago con Alonso a lo que había pasado la noche anterior

—    Respondiendo a tu pregunta… Si, para todos era evidente que Jacinta no estaba feliz al lado tuyo, sin embargo, no es tu culpa, ella tenia otras ambiciones en la vida y eso no es y nunca será tu culpa. Tu solo

la amaste mucho.

Si, la amé mucho, era mi destino, pero solamente éramos unos niños, ella nunca hizo nada por mí, debería haber pensado más con la cabeza que con el corazón, ahora después de 10 años me recrimino el no haberme dado la

tarea de conocerla de verdad.

—    ¡papi! Por fin te encuentro, vamos quiero que me lleves al desayuno ~chillo mi lucecita~

—    Anda con ella, después hablamos

Abracé a mi pequeña y la cargué en mi espalda hasta la puerta de la cocina. Con mi mirada recorrí el casino, todos los asistentes al campamento estaban felices comiendo, verlos contentos es lo mejor de mi

trabajo, a ellos les encanta estar aquí. Armé este proyecto pensando en los miembros de la manada que se esparcieron por varias ciudades para hacer sus vidas, en algún momento algunas de esas familias necesitaron ayuda con sus hijos, algunos padres y madres tenían que trabajar en la temporada de vacaciones de los

niños, y muchas veces no había personas que ayudaran a cuidar a niños especiales como estos. El motor para hacer algo fue después de un accidente que tuvieron unos pequeños hermanos que un día de vacaciones decidieron salir solos de la casa y nunca más volvieron, semanas después de sus desapariciones los encontraron

muertos.

No soporté ver a esos padres sufrir, estaban en el suelo con su perdida, me imagine a mí en esa situación y no logre concebir que alguien más pasara por ese dolor tan grande, muchos de estos niños son de escasos recursos,

y aquí los estamos ayudando a tener un mejor futuro. Los que tienen más

recursos ayudan mucho, son buenos aliados en este proyecto y ayudan porque dicen que mi llegar a la manada Luna Roja fue lo mejor que les pudo haber pasado.

Mis chiquis, ayer el capitulo se demoró más de lo normal en la verificación, tuve que cambiar algunas palabras y censurar otras jajaja

Las quieroooooo!

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