Hora de trabajar

Cap.9

Javier

—    ¿Era bonita?

—    ¿Quién mi amor?

—    La persona que salvaste anoche papi ~vi sus ojos brillar~

—    ¿Por qué asumes que era una mujer? ~cuestioné~

—    Tienes olor a perfume de mujer papi, es algo muy floral ~dijo perspicaz~

—    Em, si era muy linda ~no supe que más contestar~

—    Y ¿Cómo se llama?

Fruncí mis labios, y después resoplé y llevé mis manos a mi pelo, me percaté de que no le pregunté el nombre a la linda mujer

—    Em, no sé, no se me ocurrió preguntarle

—    ¿entonces tampoco le pediste su número de teléfono?

—    No corazón, igual no creo que la vuelva a ver, ella solo está de vacaciones por aquí

—    Papi eres un muy mal galán, jajaja

—    No intenté ser un galán, la idea era mantenerla a salvo, un hombre la atacó no estaba pensando en nada romántico en ese momento mi Lucecita

Mi hija asintió con la cabeza entre risas. Traté de no darle mayor importancia al asunto de la mujer sin nombre, pero realmente espero poder verla en alguna otra oportunidad, era realmente linda y me generaba cierta extrañeza el que no supiera si era loba.

Almendra

Los cuatro días restantes, paseamos, conocí algunas playas alrededor del lago, la que más

me gustó fue San pedro, un balneario amplio, con carritos de comida muy cerca, el ambiente es muy familiar, también fuimos a Cohique linda playa, pero no tan familiar. Fue una excelente semana, dejando de lado el incidente del bar.

—   Gordis, es hora de levantarse, tenemos que irnos ~insistía Dani mientras me movía de allá para acá para lograr

despertarme~

—   ¿Qué hora es? Tengo mucho sueño Dani ~bostecé~

—   Son las 7 de la mañana, debemos llegar temprano al Arenal ~respondió mi amiga con la voz un poco más alta que antes~

—   Ok, dame cinco minutos para despertar

Me levanté perezosamente, fui al baño me lavé y me vestí, me puse ropa cómoda, hoy es el primer día y seguramente va a ser agotador. Una vez listos subimos nuestras cosas al vehículo y nos pusimos en marcha.

No demoramos mucho en llegar, antes de las 8 ya estábamos entrando en el recinto del

campamento, en la entrada se podían ver varios hombres, todo… demasiado guapos,

—creo que saldré a pasear bien seguido—

—   ¿Es un campamento de modelos? ~cuestioné~

—   Jajaja, gordis acostúmbrate, porque todos son lobos, y no es por nada, pero somos los seres más sexys que existen ~Indicó Guille con una amplia sonrisa~

—   Tienes la autoestima por las nubes mi querido Guille jajaja ~me burlé~ ¡que anatomías más perfectas!, podré recrear la vista por tres meses ¡yupi!

Estacionamos, al bajarnos nos dirigimos los tres a la oficina para avisar que llegamos, ahí la mujer que nos recibió era la personificación de la hermosura, alta, su pelo largo y castaño claro combinaba a la perfección con sus ojos color cielo, su tez lisa blanca la hacía ver como un hada.

—   Hola, buenos días, soy Clara ¿ustedes son?

—   Buenos días, somos los seleccionados para monitores, soy Guillermo y ella Es Daniela mi hermana y ella es Almendra, trabajará en la cocina ~nos presentó Guille~

—   Genial, me alegra que hayan llegado temprano, no estábamos seguros si iban a llegar, los demás llegarán más tarde.

—   ¿usted es la jefa? ~consulté~

—    No, pero me voy a encargar de los trámites administrativos y de mostrarles el lugar y por favor, no me hablen de usted ~sonrió dulce~

Clara nos llevó a hacer un pequeño recorrido por los sectores comunes, los comedores, los baños, los sectores de actividades libres y por último nuestras cabañas, que se encontraban a un costado del bosque, no

muy lejos de los dormitorios de los niños.

—    Los niños empiezan a llegar mañana, hoy llegan algunos que son los hijos de algunos de nuestros trabajadores incluyendo a mi hijo son alrededor de 8 ~nos informó~

El campamento era un lugar muy lindo, por donde uno mire encuentra naturaleza, una gran montaña, la continuación era un bosque, cortado por un campo abierto, las cabañas y otras instalaciones, hacia el otro lado se

podía admirar la tranquilidad del lago.

Terminé de ordenar mis cosas en un estante dentro del dormitorio, que es compartido con otra persona más, hasta el momento no se quien es, todavía no la conozco. Alguien golpeó la puerta de mi dormitorio,

dejé lo que estaba haciendo y abrí para ver quien era.

—    Almendra, si ya terminaste de ordenar tus cosas quiero llevarte a la cocina de tu sección ¿puedes? ~era Clara~

—    Claro que sí, dame un minuto, me pongo las zapatillas y estoy lista ~sonreí~

Salimos de la cabaña rumbo a los comedores, los gemelos no se veían por ni un lado, y en realidad no se veían mas personas por ahí, éramos las únicas.

—    Este lugar es muy hermoso, me gusta mucho ~corté el silencio~

—    Si, concuerdo contigo, también me gusta mucho aquí, es lindo y tranquilo… o por lo menos hasta que llegan todos los niños ~se puso a reír~

—    Estoy acostumbrada a trabajar con niños, no me molestan sus locuras

—    Si, leí todos tus documentos, ¿Cómo fue trabajar en un hogar?

—    Agradable, me tocó un buen hogar, todas se preocupan mucho por lo niños que llegan ahí. No solo trabajé en ese hogar, fui parte de esos niños, llegué recién nacida.

—    ¿no tienes familia? ~preguntó mientras detenía su paso~

—    Solo los gemelos, soy como una hermana adoptiva ~sonreí~

—    Entiendo, ¿hasta qué edad estuviste ahí? ~empezó a caminar nuevamente~

—    Fui parte de los niños hasta los 18, después, como no tenía a donde ir, ofrecí mis servicios de cocinera y para dictar talleres, puertas adentro, mi sueldo era muy bajo, pero me ofrecieron seguir viviendo ahí

—    Entonces trabajabas en el hogar ¿los gemelos igual?

—    Ellos eran voluntarios, cada uno iba a la universidad y su tiempo libre lo pasaban en el hogar

—    ¿Solo trabajaste en la cocina?

—    Hacia de todo, pero mayormente trabajaba en la cocina.

—    Ya llegamos, esta es la cocina, es un lugar bastante amplio, como te comenté, tu sección es de 10/15, quiere decir que a este comedor vienen los niños de 10 a 15 años. La otra cocina es para los más

pequeños de 5 a 9 años y los de 16 a 18 no tienen cocinera, ya que empiezan a aprender a cocinar ellos mismo, la idea es que aprendan a subsistir.

—    O genial, que bueno que se les enseñe, si necesitan ayuda con eso, ¿puedo participar de los talleres?

—    No es necesario, tu sección a mitad del periodo empieza a aprender igualmente, por eso era importante que supieras trabajar con niños.

—    ¿Voy a trabajar sola? O ¿viene alguien más?

—    Tu serás la ayudante, pero viendo la energía que tienes te va a tocar casi la mayoría del trabajo, la Sra. Maite es la encargada, tu serás su ayudante espero que se lleven bien.

Ta cual como dijo Clara, la cocina era amplia y cómoda, con mesones de acero con el espacio necesario para picar verduras y hacer cualquier tipo de preparación, era casi como una cocina industrial

—    Almendra, mira, ella es la Sra. Maite, como ya te comenté antes, serás su ayudante, la otra persona que debería haber llegado hoy llamó hace poco, no podrá venir, tuvo un incidente por lo que llegará en

unos días más.

—    Hola Sra. Maite, un gusto conocerla.

—    Mi niña Clara me dijo que te llamas Almendra, no imaginé que fueras tan linda, pero… me recuerdas a alguien ~sonrió con nostalgia~

—    ¿En serio? ¿a quién? ~cuestioné~

—    Clarita, ¿no crees que se parece un poco a… Francisco?

Escuchar ese nombre, removió algo en mi interior, Kali…podría asegurar que la escuché gemir con dolor en mi cabeza.

—    No conozco a nadie con ese nombre, pero al parecer era una persona querida por ustedes ~tomé la mano de la linda viejita~

Volvió a sonreír, pero esta vez con ternura

—    Era una persona muy querida por todos nosotros, es como un hijo para mí.

—    Me gustaría conocerlo algún día, seguramente es un hombre muy agradable

Ambas mujeres se miraron, pero no emitieron comentario alguno ante los que les dije. Sin embargo, era verdad, se notaba el cariño con el que hablaba del tal Francisco que me provocó querer conocerlo.

—    Clara, ¿a qué hora llegan mis niños? He extrañado mucho sus locuras, incluyendo las de Yanara.

—    Javier y Agustín avisaron que ya venían, están cerca así que no creo que se demoren. Almendra, Agustín es mi marido y Javier es mi primo, a penas lleguen te los presentaré ~informó Clara~

—    Mi niña Almendra, quiero que me digas si las minutas te parecen adecuadas o si hay que hacer algún cambio.

empecé a trabajar de inmediato, necesitaba aprender todo aprender todo para ser eficiente 

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