Mi nombre es Kali

Cap.14

Javier

Me quedé observando a mi hija y a Almendra salir de la oficina, no pude evitar seguirlas, es seguro que Yanara se dará cuenta de que voy detrás de ellas. Me causa tanta intriga el comportamiento de mi lucecita

cuando Almendra está presente. La vi entrar y me escabullí entre los árboles para escuchar de que hablaban.

Escucho a las pequeñas amigas de mi hija saludar y presentarse con Almendra, Yanara seguro está cambiándose de ropa, las niñas reían divertidas unos minutos después se hizo el silencio, me asomé por la

venta y las niñas ya estaban durmiendo, Almendra las arropaba y les acariciaba sus cabezas, era una postal realmente tierna.

-Dante: sería una muy buena mamá

-Javier: si, pienso lo mismo

Salí de la ventana, no quería ser pillado por lo que me aparté un poco, no mucho quería saber de lo que hablaban.

—     ¿Cómo fue vivir en el hogar?

 ¿vivir en el hogar? Espera, ¿no solamente trabajaba ahí? Ahora se me hacía mucho más difícil no estar ahí escondido, de repente sentí unas grandes ganas de escuchar toda la historia de aquella mujer que de alguna manera ha embrujado a mi hija.

-Dante:  ahí está la respuesta a por qué no sabe lo que es.

-Javier: pero los gemelos son lobos, deben haberle dicho algo

-Dante: otro dato de la ilógica vida de Almendra

 Yanara sacó su cuaderno especial de dibujos, algo extraño, no se lo muestra a nadie, ella felizmente le explicaba cada detalle de aquel dibujo, sé cuál es, siempre dice que ese retrato le gusta mucho porque sus abuelos se ven muy felices.

-Dante: No las escucho

Salí de mis pensamientos al sentir a Dante, me volví a asomar a la ventana, ellas se estaban abrazando, mi hija se recostó y Almendra al igual que con las otras dos niñas, la arropó y la acarició hasta que mi

Lucecita se quedó dormida.

Volví a mi lugar detrás de los arboles a observar a linda cocinera salir de la cabaña, llevaba estampada en su carita una sonrisa, pero se ve triste.

—    ¿Por qué se esconde señor Javier?

-Javier: ¿Cómo nos descubrió?

-Dante: ni idea

Salí de mi escondite para encontrarme con los ojos dorados de Almendra, para ser sincero me asusté un poco, tenia cara de pocos amigos, la sonrisa triste que traía en su carita hace unos segundos había desaparecido y

en lugar de ella, tenia sus labios fruncidos y el entrecejo arrugado

—    Tus ojos están brillando de nuevo ~sonreí~

—    Si, lo sé… no contestó a mi pregunta ~gruñó~

—    Vine a ver si Yanara ya se había dormido, estoy acostumbrado a acostarla yo ~respondí~… — Almendra… ~empecé a acercarme lentamente a ella~

—    No soy Almendra, no se acerque, Almendra no está disponible y yo no soy tan dulce como ella ~volvió a gruñir~

—    ¿Quién eres entonces? ~fruncí las cejas~

—    A usted no debería importarle ~cada vez gruñía más~

—    Almendra esto no es gracioso, sé que estás molesta conmigo, pero no es necesario que…

—    ¡le dije que no soy Almendra! ~me cortó~

—    Entonces quién eres ~resoplé intrigado~

—    Mi nombre es Kali y déjeme decirle jefecito, que la próxima vez que insinúe algo como lo de esta tarde yo misma le pateo el culo y me importa una mierda que usted sea el jefe de Almendra.

-Dante: ¿Sabes lo que significa Kali?

-Javier: no, ni idea

-Dante: significa algo oscuro, o de color negro

-Javier: terminaremos escribiendo un libro con cada cosa extraña que rodean a esa mujer.

-Dante: ¿para dónde se fue?

Debo admitir que fue entretenido verla tan desafiante, La risueña y tierna Almendra tiene un lado tan gruñón como

el mío, lo que es bueno, sobre todo para lidiar con los niños. Solo la conozco a hace unos días y me siento tan intrigado por ella ¿habrá hablado con sus amigos sobre lo que es?...

—    Buenas noches jefe ~una voz femenina a mis espaldas me sacó de mis pensamientos~

—    ¿Daniela cierto? ~pregunté cuando la vi de frente~

—    Si… em… estoy buscando a Almendra ¿la vio? ~preguntó algo preocupada~

—    Hace pocos minutos salió de la cabaña de las niñas, creo que se fue por uno de los senderos

Ella agradeció la información y comenzó a caminar, pero no me pude quedar con la duda dentro, así que detuve mi paso y le hablé antes de que desapareciera.

—    Daniela, antes de que te vayas… ¿Quién es Kali?

Abrió sus ojos de par en par y los colores desaparecieron de su cara

—    ¿de dónde saco ese nombre? ~balbuceó~ ¡espere! No me diga nada, esas dos no conocen este lugar hay que encontrarlas antes de que hagan una estupidez

Vi a la rubia cerrar los ojos, intuyo que para llamar a su hermano por el enlace. En pocos minutos vimos aparecer al gemelo frente a nosotros.

—    Jefe sabemos que almendra es difícil de encontrar, así ha sido desde que la conocimos hace años, no es primera vez que Kali aparece así, y precisamos encontrarla ~apuntó Dani~

—    Si, ¿podemos pedirle al centinela que nos ayude a buscarla?

Por ni un motivo quiero Alonso metido en esto, me molesta el solo hecho de pensar de que esos dos se encuentren la oscuridad del bosque, solos, no eso sí que no.

—    Vamos, yo los ayudo, nos separamos, yo iré por el sendero hacia el lago

Los gemelos asintieron preocupados y nos dispersamos, según Dante era posible que la encontráramos cerca del agua.

Almendra

-Kali: que linda niña, me gusta mucho estar con ella

-Almendra: si, me hace sentir completa de alguna forma… Kali, no me siento bien, me duele el corazón

-Kali: sé perfecto que te duele y por qué… déjame manejar

-Almendra: Prométeme que no harás ni una estupidez

-Kali: no voy a hacer nada estúpido, solo necesito caminar, te recuerdo que siento el mismo dolor que tú.

Dejé a Kali tomar el control, la tristeza que siento no me deja pensar en nada más, hace tiempo que no me pasaba, a cambio de eso empecé a caminar de noche sin rumbo, pero hoy estar con Lucecita generó que todos esos

sentimientos que empecé a reprimir a una edad temprana volvieran a salir a la luz. Me retraje en mis pensamientos y sentimientos y relegue el mando a mi conciencia, esperando que no haga algo que nos ponga en peligro o bien que no cometa algún crimen.

 Kali

El olor a tierra húmeda llenaba mi alma, he estado intranquila desde el día en que la cadenita se desprendió de mi cuello ese día en el lago. Se que ella a estado igual, hizo que los gemelos se comprometieran a

ayudarnos a encontrar información sobre nuestras vidas, que para muchos pudo haber sido una vida difícil, pero en la casa hogar nos cuidaron muy bien.

—    Tus ojos están brillando de nuevo

¿Qué hace este hombre aquí? la voz de Javier me sacó de mis pensamientos, uf no quiero hablar ahora con él, después de hoy dejó de ser una persona dulce y se convirtió en un ogro desagradable ante mis ojos.

Se me ha hecho imposible no contestar sus preguntas, aun que, de mala gana, he respondido a cada una de ellas, pero es que su profunda voz me hipnotiza y no solo eso, me hace tener una sensación de cosquilleo en mi

entre pierna. Juro que he intentado ser lo más cortante con él, pero me lo pone difícil. Casi no pestañea y sus hermosos ojos verdes me escanean de arriba abajo y viceversa… ¡uf! y esa pequeña sonrisa que adorna sus apetecibles labios, si, sensaciones que nunca desde que aparecí de la nada en la cabeza de almendra me había pasado.

—    ¿Quién eres entonces?

Maldición ¿Por qué pregunta eso? Con lo que me cuesta no ser sociable, almendra siempre está conociendo personas nuevas, pero nunca me habían preguntado directamente mi nombre.

—    Me llamo Kali…

Lo amenacé, pero lejos de intimidarlo, lo veo sonreír aun más ¿se está burlando de mí? Maldito exquisito hombre. No soporté ver más esa hermosa carita, por lo que antes de hacer algo estúpido di media vuelta y seguí

mi camino rumbo al agua.

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