Maratón: parte 1
- Sabía que tendrías que tener algún defecto. Por regla general nadie es perfecto. Y al parecer la pintura no es tu fuerte. - Escucho una voz masculina detrás de mí.
- No sabía que buscaba algo malo en mí. Pero dígame una cosa ¿Sabe qué es el arte abstracto?
- ¿El arte abstracto? - Repite confuso Dominick
- La pintura abstracta es una creación que rompe con la pintura tradicional, en ésta no interesa las figuras, los objetos de la realidad, sino lo que importa son las ideas, los colores y las formas. Lo que significa la abstracción es dejar la realidad y transformarla, eso es lo que hace la pintura abstracta.
Lo que se quiere plasmar en una pieza no es lo que se ve de manera evidente, sino lo que se piense o sienta. Y eso es lo hermoso del arte. Que todos van a percibir de manera distinta una obra.
- ¡Vaya! Me acaba de dejar sin palabras. No tenía el menor conocimiento de tal arte. Sin duda es un concepto muy diferente e interesante de ver la pintura. - Por supuesto que no lo sabría, incluso en mi mundo la pintura abstracta surgió a partir del siglo XX.
- Dígame, ¿qué ve en esta pintura? - Le digo a Dominick señalando el cuadro que supuestamente pinté. Para ser sincera, si no tuviera conocimientos mínimos del arte, en especial de la pintura. También hubiera opinado lo mismo. En la obra, en el lado izquierdo del cuadro, hay trazos y líneas entresadas entre sí de colores acromáticos y azul fuerte, en el lado contrario es lo opuesto, manchas de colores cromáticos, color rojo, amarillo y ambos lados se unen, como si fueran unas manos agarrándose.
- Viéndolo desde esa perspectiva, esta pintura da la sensación de un sentimiento de lucha, de dolor. Como si se estuvieran peleando dos lados y cada uno quiera consumir al otro. Un lado quiere llevar al otro a la oscuridad, y el contrario salvarse de ella. Se puede interpretar como si fuera una lucha interna y por ello da aires de melancolía, ya que todos en algún momento hemos atravesado aquello en nuestra vida.
- Eso es a lo que me refiero, la pintura puede crear diferentes emociones en las personas.
- ¿Y qué era lo que planeaba plasmar en ella, su majestad?
- No tengo la menor idea, recuerde que perdí la memoria. - Le digo volteando a verlo por primera vez desde que llegó.
- Si es así, entonces cómo es que sabe todo eso.
- Bueno en sí, perdí recuerdos, no conocimientos. No es que ahora sea una ignorante. - Estuve a punto de echarme la soga al cuello, lo mejor será medir más mis palabras. - Pero dígame, ¿Qué hace usted aquí?
- El Emperador se ha ido a resolver algunos inconvenientes del imperio, creo que son bandidos que están robando a un pueblo, la verdad no tengo todos los detalles. Pero como Su Majestad tenía que ir, en consecuencia tengo la tarde libre y se me hizo una buena idea venir a verla.
- Ya veo, lástima que esté ocupada. - Le digo volteando hacia el estante en donde se encuentran todos los materiales.
- ¿Va a pintar Su Majestad?
- Sí, eso haré.
- ¿Y no quiere que sea su modelo? - Me dice coqueto.
¿Acaso siempre es así?
- ¿Mi modelo?
- Así es. ¿O es que acaso no cree tener la capacidad de pintar algo “tradicional” y plasmar una realidad? - Me dice con un tono retador. - La cual por cierto, es una muy bella. - Pero qué humilde nos salió.
Aunque de hecho desde hace mucho que no he pintado, cuando iba en la escuela tenía una clase de pintura. Sin duda era una de mis favoritas. Me encantaba pintar, me relajaba alejándome de la realidad al concentrarme en plasmar algo. Pero un día mi madre encontró una pintura mia y la destrozó alegando que eso era solamente una pérdida de tiempo, que además ni el talento poseía. Creo que ese fue uno de los peores días de mi vida. Lloré bastante puesto que esa pintura era la primera que había terminado. Después de eso no he vuelto a pintar.
- Entonces, ¿no puede? - Pero por supuesto, una persona tan orgullosa como yo no va a dejar que la reten.
- Claro que puedo, solamente que no considero que tengamos el tiempo suficiente. Hacer un retrato no se hace en un solo día, sabe.
- Yo lo sé, pero por lo mientras tenemos esta tarde para empezar. - Suspiro resignada, ya que me da la impresión que no va a dejar de insistir.
- De acuerdo, siéntese. - Al parecer nuestra querida Tyria es muy eficiente, ya que coloco todo para que pudiera pintar.
Del estante cojo una barra de carboncillo vegetal. Este es perfecto para dibujar rostros. Aunque tenía práctica con un lápiz de carboncillo. La barra es más gruesa así que espero no haya mucha diferencia.
Me siento en la silla y pongo mi mano en el papel. Siento nostalgia ahora mismo. Jamás pensé que tendría la oportunidad de volver a pintar.
- ¿Cuánto tiempo falta? - Escucho hablar a Dominick. - Siento que me está dando un calambre. -
- ¡Pero qué débil! - Le digo con soltura. Ya han pasado algunas horas y apenas he terminado de dibujar el rostro como base. En sí, eso es lo más difícil, ahora solamente faltaría marcar las sombras y difuminar.
- ¿Débil? Llevo cuatro horas en la misma posición. Mi cuello ya está sufriendo las consecuencias.
- Bueno pues yo no fui quién se ofreció. ¿Qué creyó, que en cinco minutos estaría listo? Yo le advertí que esto llevaba tiempo. - Y más aún que lo hice con una barra, eso se me dificultó mucho más Tuve que usar bastante la goma moldeable. - Tyria, necesito que estas barras las hagan en lápiz.
- ¿En lápiz, Su Majestad? ¿Qué es eso? - Cierto, que aquí aún escriben con plumas.
- Necesito que adelgace la barra lo más posible con punta hasta el final. - Le señalo como lo quiero.
- Sí, Su Majestad. Como ordene.
- Quiero ver el avance. - Dice Dominick caminando hacia mi dirección.
- No será posible, lo hará cuando esté terminado. - Le digo mientras coloco la manta blanca para tapar el dibujo.
- ¡Agh! Pero qué mala es. Bueno al menos dime cuando estará listo. - Me dice con una sonrisa acercándose a mí, más de lo que debería.
- Cuando tenga que estarlo. - Le digo mientras me alejo.
- Tengo la impresión de que está huyendo de mí. ¿Hice algo malo?
- ¿Qué no ve que hay sirvientes presenciando todo, o es que acaso no le importa meterme en problemas?
- Si los veo. Y por supuesto que no quiero meterla en problemas. Esa nunca fue mi intención. - me dice mientras hace que choque contra el estante, ya que se acerca cada vez más a mí. - Mis intenciones son otras. - Claro que sí, supongo que llevarme a la cama otra vez.
- ¿Interrumpo algo?
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Comments
Yamilcadbr
aaaaaa que susto, ahora quien los escucho
2022-07-30
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