Capítulo 8

Edrick Acher

Voy bajando las escaleras junto a Sophia, puedo observar a la multitud como la observa y escuchar muchos de ellos murmuran diciendo que se ve muy hermosa con ese vestido, lo cual concuerdo con ellos, con ese vestido la hace ver diferente, ya no se ve como una chica ingenua, sino más madura, más elegante, más sexi… << ¡Ay, no, no! ¿Qué estás pensando?>>

Muevo mi cabeza de un lado al otro para tratar de disipar esos pensamientos al otro mientras me siento en el trono, no puede ser que esté pensando esas cosas de Sophia.

Entra Dominick unos instantes después, y digo un pequeño discurso de bienvenida y doy indicaciones para que inicie la fiesta, de pronto Sophia se levanta de su asiento de la nada y por inercia la sigo y por impulso la tomo de la mano para detenerla.

— ¿A dónde vas? — Cuestiono

— ¿Para qué quieres saberlo? - Responde frunciendo el ceño. De hecho, esa es una buena pregunta. Ni yo sé por qué la he detenido. Tal vez sea porque me intriga su comportamiento. ¡Sí! Eso debe ser.

— No te ilusiones, no es que me interese, pero necesitamos abrir el baile al ser los anfitriones. — Invento lo primero que se me viene a la cabeza.

— Pero… — No la dejo terminar y la jalo hacia la pista ya que si sigue preguntando sabrá que miento. — Ahí está Lady Alessa. - La señala con la mirada. - Baile con ella como siempre lo ha hecho. — Habla mientras pongo mi mano en su cintura y me acerco a ella. Puedo sentir como se tensa. Al parecer ahora le incomoda mi cercanía.

— Así que la Emperatriz ha recuperado la memoria. — Digo para tratar de cambiar el tema de conversación.

—No, no lo he hecho. Pero preguntando sé que usted nunca me ha querido y sé que me ha hecho bastantes desplantes. Y aunque no haya preguntado, no es necesario hacerlo, desde un principio vi su indiferencia hacia mí. Usted a quién ama es a Lady Alessa y siempre lo ha demostrado, es por eso que me causa confusión el hecho de que me haya invitado a bailar. — Ni cómo refutarla.

— No le des tantas vueltas al asunto, tampoco es como que me vaya a enamorar de usted por un simple baile. — Le digo a la defensiva.

— Lo sé, y no pretendo que lo haga.

— ¿Por qué? ¿Ya te rendiste? ¿Acaso ya no me amas? ¿Acaso ya no quiere pasar el resto de su vida a mi lado? -

— Sinceramente, no sé si era amor lo que sentía por usted. Sólo sé con seguridad, que en este preciso momento, no siento ni la más mínima emoción, mi corazón no se acelera al estar cerca de usted, no siento las llamadas mariposas volando en mi estómago, ni tampoco quiero que este momento juntos nunca se acabe, sino todo lo contrario. Así que sí, no lo amo. — Sé que esta vez me dice la verdad, lo puedo ver en su mirada. Pero necesito confirmarlo.

—Si eso es cierto, entonces, dame el divorcio. - Le susurro cerca del oído.

— Es justo lo que le quería pedir. — responde mostrando una pequeña sonrisa, no es como las de antes, no sé cómo describirlo, pero la siento tan diferente. — Su majestad, quiero el divorcio. —Para de bailar y yo me quedo estático. No pensé que en verdad lo haría. Antes sin duda me hubiera alegrado escuchar esas palabras, pero en este preciso momento tengo emociones encontradas, una de ellas es el enojo. Sophia hizo todo lo posible para ser Emperatriz, aún sabiendo que estaba arruinando la felicidad de dos personas. Y ahora, al haber olvidado todo, piensa pedirme el divorcio, así como si nada. Como si todo lo que hizo no importara y pudiera irse sin salir impune.

Aunque inconscientemente también hay otra emoción en mi interior que aún no logro descifrar y eso me intriga bastante.

— Su majestad — Me saca de mis pensamientos Dominick. — ¿Me permite este baile? — Pregunta a Sophia.

— Por supuesto. — contesta. — Fue un placer bailar con usted su majestad. — Se acerca a mí, susurrándome al oído. — Pero espero que no se vuelva a repetir. — Y se va tomada de la mano de Dominick.

Me deja parado en medio de la pista de baile, así que regreso a mi lugar.

— ¿Todo bien Edrick? — Pregunta Alessa al llegar.

— Sí, todo en orden.

— ¿Seguro? Te ves algo distraído. — Seguro que sigo aturdido por lo que me dijo Sophia.

—Sólo estoy algo cansado, no tienes nada de qué preocuparte. — respondo mientras volteo hacia Sophia y la veo bailar elegantemente junto a Dominick, complementandose tan bien, como si hubieran sido hechos justo para este momento. Por alguna extraña razón no puedo dejar de verla, y no soy el único, puedo notar como todos los invitados los tienen en la mira.

De vez en cuando veo cómo se susurran cosas entre sí. ¿De qué tanto le hablará como para que Sophia le sonría así? <<¡Pero qué cosas digo! A mí no debería interesarme. >>

Decido enfocarme en otra cosa e ir a platicar con algunos miembros del consejo real para tratar unos asuntos pendientes, debido a que no quiero seguir pensando en ella. Sin embargo, de vez en cuando no puedo evitar voltear a verla. Aunque de hecho ahora la he perdido. No la veo por ningún lado, justo después de bailar con Dominick se fue hacía la mesa de postres y estaba hablando con Tessa y Arley que por cierto, no sabía que se llevaban bien.

Sin embargo, ahora no encuentro a ninguno de los dos, ni a Sophia, ni a Dominick. A lo mejor se fueron a descansar. Pero, ¿y si se habrán ido juntos a algún lado? No, no creo, cómo podría ser eso posible y aunque lo hayan hecho, no tiene por qué importarme, ella es libre de hacer lo que quiera.

Sin embargo, aún con esos pensamientos, por alguna razón que desconozco me siento inquieto y con un pensamiento recurrente.

¿Habrá al fin dejado de fingir amarme?

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***