Capítulo 18

Maratón: 3.2

¿Dónde estoy?

Lo poco que puedo ver es que me encuentro en una mansión antigua, una bastante lujosa. Pero no alcanzo a ver más porque está oscuro. Solo sé que estoy en un pasillo largo donde hay varias habitaciones.

Esto ya me está empezando a dar miedo.

Mientras volteo de un lado a otro veo cómo al final del pasillo hay una habitación con poca iluminación, dentro de ella escucho voces, pero no logro distinguir nada de lo que dicen, así que decido acercarme.

- Me tengo que casar mamá. - Escucho que habla una voz femenina, una voz apagada, creo que está a punto de llorar.

- Lo siento mi amor, no te pude proteger. - Habla otra persona, una voz femenina más madura. En su voz se escucha una gran tristeza y pesar. - Me duele saber que no podrás ser feliz. -

- No te disculpes, lo hago por nosotros. - Cuando llego a la puerta de la habitación. Veo que hay dos mujeres ahí adentro.

Es Sophia, la verdadera Sophia, junto a su madre.

Ella está sentada en la cama, mientras que Sophia está en el piso recargando su cabeza en las rodillas de su madre.

- Me duele saber que debes sacrificar tu felicidad por mi culpa. -

Cuando dice eso. Todo desaparece. Es como si se estuviera proyectando esto y están pasando distintos escenarios.

Pero, ¿Escenas de qué?

Ahora me encuentro en un bosque. Es casi de noche. Se ve que está a punto de llover, ya que el cielo está demasiado nublado. Escucho pasos que se acercan cada vez más.

Decidí esconderme, no sé ni por qué lo hice, dudo que me vean.

- ¿Qué quieres? - Escucho otra vez a Sophia hablar.

- ¿Es cierto que serás la próxima Emperatriz? - Esta vez habla una voz masculina.

.

No reconozco la voz y ni siquiera puedo ver quién es porque está de espaldas. Solo puedo ver que es alto y tiene el cabello rubio.

- Es correcto. Pronto me casaré.

- ¿Y lo nuestro qué Shopia? ¿Solo fue un pasatiempo para ti? ¡Incluso nos habíamos comprometido!

- Lo siento. - Desde aquí puedo ver cuánto está sufriendo Sophia, pero trata de aparentar que no. - Me tengo que ir. - Se da la vuelta, pero aquel hombre la detiene.

No te vayas, por favor. - Le dice con un hilo en la voz. -

Yo te amo, dime, ¿Acaso tú no me amas? No sé por qué haces todo esto, pero si aún me amas, podemos irnos juntos a otra parte. No me importa dejar todo si estoy a tu lado.

- Por favor, no hagas esto más difícil. No puedo simplemente huir.

- Entonces, contéstame solamente una cosa. ¿Lo amas a él?

- No, no lo amo.

Y otra vez todo desaparece y despierto.

¿Qué fue todo eso?

Llevo mi mano a mi pecho porque tengo la respiración agitada. También siento que estoy sudando. ¿Fue solo un sueño? ¿O acaso serán recuerdos de la verdadera Sophia?

No lo creo. Jamás mostraron a una Sophia así en la novela. No la hicieron ver como una chica triste, ni que ha sufrido. Sino todo lo contrario, pero si no son recuerdos, ¿Qué más podría ser?

Me saca de mis pensamientos unos ruidos. Creo que proviene de la ventana. Seguro será algún animal.

¿Y si es Dominick?

No, no creo. Ya es muy noche. Y de ser así, no le abriré. No puedo permitir que me vea en estas condiciones, toda sudada y alterada.

No tardó mucho en que se dejó de escuchar ruidos, pero después de eso ya no pude conciliar el sueño.

Todo eso me dejó pensando. Si en verdad son recuerdos. ¿Quiere decir que Sophia jamás quiso ser Emperatriz, ni mucho menos amaba a Edrick? Si eso llega a ser cierto, entonces la pregunta sería, ¿Por qué? ¿Por qué hizo todo eso? ¿Qué razón es suficiente para sacrificar todo por algo que claramente no querías?

- Su Majestad, despertó temprano. - Dice Tyria al entrar a mi habitación. - De hecho vine a despertarla, puesto que la modista dijo que iba a venir hoy en la mañana.

- No hace mucho que me desperté. - Le digo sin mucho ánimo de seguir conversando.

- ¿Se encuentra bien, Su Majestad? Se ve algo distraída. ¿No durmió bien?

- Solo tuve una pesadilla.

- ¿Ya regresaron? - ¿Como que si ya regresaron?

- ¿Antes las tenía? - Le pregunto desconcertada.

- Sí, casi siempre que tenía una pesadilla despertaba llorando. Jamás nos contó qué le pasaba. Solamente sé que cargaba con un gran pesar.

¿Qué significa todo esto? Siento que me estoy perdiendo de algo muy importante. Pero, ¿por qué este lado de la historia jamás la contaron en la novela? Necesito encontrar respuestas.

Me pude relajar un poco gracias al baño caliente que tomé. En estos momentos me encuentro en mi oficina esperando a la modista mientras checo algunas cosas.

- Su Majestad. - Entra Isla.- Ya llegó la modista.

- Hazla pasar. - Entran tres mujeres. Me imagino que es la de en medio, puesto que se ve más grande que las otras dos, y mucho más sofisticada.

- Saludos a la Gran Luna del Imperio. - Las tres hacen reverencia.

- Buenos días Lady Rosetta Alba. - Ella es una de las modistas más importantes del Imperio. Le dije a Tyria que fuese a ella a quien llamara, se dice que hace buenos diseños. De hecho ella fue quien diseñó el vestido de Alessa cuando la coronaron como Emperatriz.

- ¿Qué necesita Su Majestad? Estamos para servirle.

- Quiero que diseñe unos vestidos para mí. Quiero unos de gala y normales.

- Por su puesto, Su Majestad. Mientras saco el cuaderno de diseños que mis aprendices le tomen las medidas.

- De acuerdo. - Se acercan las dos jóvenes a tomarme las medidas.

- ¿Tiene algún tipo de diseño en mente, Su Majestad?

- Específicamente, no. Solo quiero unos vestidos que no sean coloridos. No son de mi agrado. Ni mucho menos colores pastel. Tampoco que tengan moños y muchos adornos que lo único que hacen es verme infantil.

- Entiendo Su Majestad. ¿Qué le parecen estos? - Me enseña el cuaderno. ¡Vaya! Sí que tiene talento esta mujer. Sus diseños son hermosos.

- Elegí vestidos de color azul, rojos, negros y blancos en su mayoría, por su puesto en diferentes tonalidades.

- De vestidos de gala solamente quiero unos cinco y del resto unos veinte. - Únicamente estaré aquí unos tres meses así que no hay necesidad de pedir más.

- Por supuesto, Su Majestad. ¿Para cuándo los quiere?

- Quiero cinco vestidos de los normales lo antes posible. El resto puedes tomarte tu tiempo.

- Como usted ordene Su Majestad.

- Su Majestad. - Nos interrumpe Isla. - Su madre, la Marquesa Myers ha venido a visitarla.

¡OMG! Ahí tengo a la persona que responderá mis dudas con respecto al pasado de Sophia.

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