En estos momentos me encuentro por los pasillos del palacio del Emperador, ya llevo caminando bastante, no sabía que estaban tan lejos ambos palacios y que eran tan grandes, aunque por supuesto, el del Emperador es mucho más grande, no podía esperar más de esta época.
— Espere un momento su majestad, informaré al emperador que ya se encuentra aquí. — Se detiene el mayordomo enfrente de una oficina, no logro contestar, ya que de inmediato se mete a la oficina, en la cual no tarda prácticamente nada en salir. — Ya puede pasar su majestad.
Entro a una habitación bastante espaciosa, con un decorado bastante elegante, todo con una gama de colores café.
— ¿Acaso no piensas saludar? — Escucho hablar a un hombre de cabello color blanco como la nieve, ojos color verde, aunque es un verde bastante peculiar, un verde claro que lo hace ver muy atractivo, sin duda tiene toda la facha de un protagonista, ahora entiendo por qué la dueña de este cuerpo estaba tan enamorada de él, aunque claro, la belleza no lo es todo.
— Su majestad, ¿Me ha mandado a llamar? — Digo como si no hubiera escuchado su pregunta, con indiferencia a la situación.
— Mira, al parecer a alguien se le ha olvidado la etiqueta. — Responde con un tono de burla.
— Que yo sepa, una emperatriz está al mismo nivel que un emperador, a parte, ¿no se supone que estamos casados? Dejemos el formalismo para otra ocasión. — Se lo digo con una voz algo irritada.
Se mueve de su silla algo incómodo y con un ligero desconcierto en la mirada, pero rápidamente la reemplaza por una mirada seria. — Cierto, me han dicho que te has recuperado, pero como efecto secundario has perdido algunos recuerdos.
— Así es, el doctor dijo que solo es temporal, que con el tiempo poco a poco iré recordando.
— Eso es bueno, te he mandado a llamar para informarte que el Rey de Armenia llega mañana, y habrá un banquete en su honor, ya está todo listo, así que quiero que les demos la bienvenida juntos. — El Rey de Armenia, lo recuerdo, eso quiere decir que estamos como a mitad de la novela, dónde la villana ya ha asesinado a su primera víctima, la concubina Darlene, entonces dentro de dos semanas las siguientes serán Tessa y Arley, tengo que evitar eso, ellas me caen super bien puesto que ambas fueron obligadas a entrar al palacio y aún así lucharon por lo que querían, ya que ambas son socias de un negocio de joyería.
— ¿Me estás escuchando? Si no quieres, les puedo decir que te sientes indispuesta, no creo que haya problema alguno. — Me trae a la realidad.
— No, no hay problema. Estaré ahí. Si eso es todo me retiro. — Sin más me doy la vuelta y me voy. Necesito pensar cómo las salvaré.
Ya es de mañana e Isla vino más temprano de lo normal a preparar la bañera y a arreglarme, puesto que hoy llegará el Rey de Armenia y tengo algunos asuntos que arreglar antes del evento. Lo bueno de haber perdido la memoria es que no me pidieron preparar todo el banquete porque me imagino que eso me costaría bastante tiempo y energía. Sin embargo, lo malo es que tengo que tomar una clase “express” de etiqueta y baile para esta noche, solo espero que no sea tan difícil.
Después de horas, acabé todos los asuntos por hoy y las clases, así que en estos momentos Isla está eligiendo un vestido para el banquete. En mi otra vida nunca fui una persona que estuviera a la moda o que se preocupara por su apariencia puesto que no tenía tiempo para eso. sin embargo, ya que el señor admi me dio otra oportunidad, cambiaré eso.
— ¿Qué le parece este su majestad? — Ya van cinco vestidos que me enseña y creo que todos son iguales, vestidos colores pastel bastante anticuados, ¡Por Dios! Cómo es que alguien puede vestir ese tipo de cosas.
— Sabes qué, déjame buscar a mi. — Me dirijo al guardarropa, qué por cierto, es bastante grande, para tratar de buscar un vestido al menos decente. Después tendré que comprar algo de ropa durante mi estadía, aunque serán pocos vestidos, puesto que me iré pronto.
— ¡Oh mira! Este se ve lindo. - Le digo a Isla. — Ayúdame a ponermelo.
— Sí, su majestad.
Ya terminé de vestirme y !Wow! Me veo bellísima. Con un vestido color azúl fuerte sin mangas, con un decorado en el vestido con tipo piedritas incrustadas de diamante blanco. El vestido se ve como si fuera un cielo nocturno, con una capa del mismo color, pero que traspasa la tela. Y con el contraste de mi cabello rojo queda genial. Jamás pensé que Sophia fuera tan hermosa. Es absurdo que ahora sienta envidia de mí misma.
Al parecer es lo único bueno de esta vida. Me siento entusiasmada, por como me veo y porque al fin podré conocer a mis personajes favoritos de esta novela, ya que las concubinas también estarán presentes.
— Majestad, ya es hora, la están esperando. — Me informa Isla. Así que salgo rumbo al palacio principal.
Voy llegando y puedo ver como el Edrick está hablando animadamente con la protagonista, una chica rubia, piel pálida y ojos azules, muy bonita a decir verdad, pero con un vestido color rosa pastel, que siendo sinceros, no le favorece mucho. En eso ambos dirigen su mirada hacia mí.
— Saludos al sol del Imperio - Hago un leve inclinamiento de cabeza.
— Saludos a la luna del imperio. - Saluda Alessa con una voz tan delicada. - Me alegra verla recuperada.
— Sí, es bueno que ya me he recuperado casi por completo. — la verdad no tengo nada en contra de ella y sé que no es mala puesto que es la protagonista y obvio las protagonistas nunca son malas, siempre son las pequeñas damiselas en peligro, con una apariencia tan linda y delicada que le cae bien a todo mundo.
— Ya viene el carruaje. Alessa regresa a tu lugar. — Le dice con tanto cariño y veo cómo se forma con las demás concubinas a unos cuantos metros atrás de nosotros. Con razón odia tanto el protagonista a este personaje, ver como el amor de su vida, que es la que debería estar a su lado, se va a formar a una fila, como si fuera otra más, una simple concubina. Por eso debo irme lo más pronto posible de aquí. Pero primero tengo que salvar a esos dos hermosas mujeres que están detrás de mí, no puedo permitir que mueran.
— Saludos al sol y la luna de este imperio. - Se inclina el Rey de Armenia al bajar del carruaje y postrarse en frente de nosotros. Es un joven de unos 28 años, cabello castaño, ojos color negro, con facciones muy bien definidas ¡Dios! Es tan atractivo, ¿Acaso todos son así de guapos? <<¡Claro! es una novela, tienen que ser así.>>
Lo que leí en la novela de él es que se llama Dominick Wayne. Y se dice que es un mujeriego, el cual no tiene Reina, sólo ha tomado concubinas. Al llegar al Imperio intentó conquistar a Alessa,y por supuesta ésta lo rechazó, pero como es un hombre que sabe aceptar el rechazo, lo dejó por la paz. Sin duda este tipo de personas me cae bien, los que saben perder y ganar. No como la dueña de este cuerpo, que se aferró a estar en un lugar donde nunca fue bienvenida.
— Es un gusto tenerlo de vuelta. — Habla Edrick
— A mí me alegra estarlo. — Dominick posa su mirada en mí.- ¡Vaya! Me habían dicho que la Emperatriz era muy bella, pero creo que esa palabra le queda muy corta. Sin duda es usted una mujer muy hermosa. — Ahora entiendo por qué todas caen ante él, incluso a mí, que creí ser inmune al coqueteo, hizo que tuviera un leve sonrojo, que claro, gracias al rubor natural de mis mejillas, no se notó, o eso creí.
— Se lo agradezco majestad, pase. — Le indico con la mano la entrada. — El banquete en su honor iniciará pronto. — ¡Dios! Siento que va a ser una larga noche.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 35 Episodes
Comments
Monikita
vamos a ver cuánto le dura lo mujeriego a este señor rey
2023-05-12
14
~√{©£¢%}✓¶🌟💖
jajajaja ay que cosas
2022-09-27
7