capítulo 8

Entre ordenar documentos, firmar carpetas y apoyar a Cristina y Jhonatan en una asesoría llegó la hora de almorzar.

Salimos a comer y como casi todos los días pedí pollo a la plancha, pan sin levadura, ensalada y gaseosa ligera. Rita ordenó igual que yo y Jade ordenó filete mignon, arroz, ensalada y jugo de naranja.

Comimos conversando temas de trabajo y mientras tanto pedimos tres cervezas y brindamos.

Ya en la oficina recogimos mi maletín, mi laptop, Rita y Jade tomaron sus bolsos y nos fuimos a casa. Antes de entrar Jade recibió una llamada, me pidió el deportivo prestado para atender un asunto personal.

Rita y yo entramos a la casa, fui a mi habitación a tomar un baño y ella se fue a la biblioteca a ojear libros. Luego del baño me recosté y cuándo desperté ya estaba cayendo la noche. Bajé a la sala y no vi a Rita, recordé que fue a la biblioteca. Allí estaba conectada con mi laptop.

_ Hola amor, ¿Cómo estas, descansaste?

_ Hola, sí logré dormir.

_ ¿Intentamos una llamada a tus hijos? Quizás estén conectados.

_ Sí, intenta llamarlos, mientras voy por una gaseosa a la nevera.

_ Okey amor.

Fui hasta la cocina, cuando volví me dijo que no estaban en línea, muy bien podía llamar a casa y hablar con ellos, pero si contestaba Hane no sabía cómo iba a reaccionar y podría decirle palabras que la hirieran, en el fondo estaba más molesto que dolido.

_ Bueno, ya se conectaran y hablaremos, ¿Me permites la laptop? Voy a chequear los estados financieros de la empresa.

_ Todo está en orden, ya los revisé.

_ Tu siempre tan eficiente Rita, ¿Sabes algo de Jade?

_ Escribió hace como una hora, que trae la cena preparada y tiene algo que contarnos.

_ Anda a ducharte para que cuando llegue Jade nos sentemos a cenar.

_ Sí amor, voy a eso precisamente.

Me senté a revisar los impuestos de la casa de Hane, de la casa nueva, aproveché para depositarles dinero a las cuentas de mis hijos.

De pronto escuché la persiana del estacionamiento cubierto abrirse y luego a Jade entrar.

_ Hola Damir, vengo de hablar con Hane, me contó el motivo de la decisión que tomó, dice que no hay marcha atrás, que se enamoró de un hombre y aunque asegura no tener nada con él, siente que te fue infiel, que te falló, por esa razón no quiere verte a la cara, no tiene valor para enfrentar la situación, sabe que estas molesto y que no le vas a perdonar su acto de cobardía.

Con cada palabra que Jade decía se iba calentando mi sangre. Sentía como subía la presión en mi cabeza, la ira me estaba invadiendo, mi orgullo se iba al suelo, pero debía callar. Yo también le había fallado, aunque nunca he tenido sexo con Rita, también tuvimos nuestros encuentros fogosos, debo reconocer que muchas noches al hacer el amor con Hane, cerraba mis ojos e imaginaba que era Rita quien estaba encima de mí.

_ ¿No vas a decir nada?

Pregunto Jade.

_ No, no diré nada, si esa es su decisión la respeto, yo también le he fallado y he sido peor de cobarde porque no le dije nada.

_ Lo próximo que te diré te va a amargar más tu ánimo.

_ ¿Todavía hay algo peor que escuchar?

_ Hane tomo la decisión de irse del país y se lleva con ella a los niños.

Tales palabras produjeron por unos segundos una parálisis en mi cuerpo, sentí un hilo de frío subir por mi espalda hasta llegar a mi cuello. Me levanté del escritorio donde estaba sentado y empuñando mis manos sobre él dije:

_ Esta mujer tiene que estar loca, primero me confiesa su infidelidad de la manera más cobarde y vil, ahora no le basta con eso si no que también se quiere llevar a mis hijos del país, Coño! esto es fin de mundo.

_ Tómalo con calma por favor.

_ ¿Con calma? ¿Cómo puedo tener calma? Lo primero se lo acepto, pero esto sí que es el acabose del cuento.

Mi tono de voz elevado provocó que Rita bajara a medio vestir a ver cuál era el motivo de mis gritos.

_ ¿Qué sucede? Los gritos se escuchan en toda la casa.

Estaba paralizado, la rabia no me permitía moverme, no podía contener mis lágrimas.

Jade le comenta a Rita sobre la conversación con Hane, la decisión de irse del país y llevarse consigo a los niños. Rita se me acercó y con firmeza me abrazó, entonces eché a llorar, no podía digerir la idea de no tener a mis hijos cerca. Jade también se acercó y me abrazó.

_ Llora todo lo que quieras. Es bueno que liberes toda esa presión que llevas dentro. Rita, acompáñalo a su habitación para que tome un baño y se reponga de su mal estado.

Rita y yo fuimos a la habitación, me llevó hasta la ducha y me ayudó a quitar la ropa y bañarme. Era la primera vez después de muchos años, que otra mujer que no fuese Hane me veía completamente desnudo, no me importó en ese momento, estaba en shock, no entendía por qué en menos de una semana mi vida se había acabado.

Tomó una toalla, me la colocó y regresamos a la habitación para que me recostara un rato, me tiré en la cama, cerré mis ojos y pedí a Dios que me diera entendimiento, necesitaba entender por qué me estaba sucediendo todo esto. A nivel empresarial me estaba convirtiendo en el hombre más reconocido del país y el precio era perder mi matrimonio y a mis hijos.

De pronto sentí unas manos suaves y frescas en mi frente y toda esa angustia que invadía mi cuerpo fue desapareciendo, mi corazón acelerado fue calmándose y unos minutos después me sentía tan sereno como si lo que me estaba sucediendo era solo un sueño.

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