capítulo 7

Ella comenzó:

_ El motivo de esta reunión es para participarles que yo como inversionista voy a facilitarles el dinero necesario para la ampliación en espacio físico y para la contratación del personal. “J J ASEGURADORA” debe crecer a la velocidad de sus compromisos, si no se han dado cuenta el edificio de al lado ya tiene muchos días trabajando, todos esos trabajos son adelanto para tener las oficinas acondicionadas. Ahora bien, ustedes me dirán cuánto personal se va a contratar, no se detengan por el dinero, aquí está una cuenta y ambos están autorizados, no escatimen en gastos.

Y sacó de su bolso un sobre y lo colocó en el escritorio.

_ Jade, debemos ser cuidadosos con la cantidad de dinero que vamos a recibir de ti, porque quizás no tengamos para cubrir la deuda y no podamos pagarte en un tiempo estipulado.

Le dije.

_ Yo no les estoy colocando plazo para pagarme, además, yo no dije que esto sería un crédito pagable, dije que el edificio era un regalo y solo financiaría la contratación del personal, que tampoco pedí me pagaran, fuiste tú quien habló de pagar cada centavo.

_ ¿O sea que todo es un regalo?

Intervino Rita.

_ Sí linda, todo es un regalo. Ya está por llegar Santaella con los documentos.

Rita mirándome dijo:

_ Con todo respeto Jade, nosotros no podemos aceptar este regalo.

_ Discúlpame Rita, esto no está sometido a discusión si aceptan o rechazan.

Y justo en el instante que iba a intervenir tocaron la puerta

_ Sí, adelante.

Dije.

Era Margaret con los cafés y la manzanilla que había pedido.

_ Permiso señor, disculpe la demora, aquí está el doctor Santaella, ¿Lo hago pasar?

_ No te preocupes Maggy. Sí claro hazlo pasar y le traes un amargo sin azúcar.

_ De inmediato señor. Adelante doctor.

Margaret salió de la oficina y entró Santaella.

_ Buenos días señor, damas.

_ Buenos días Santaella, pase y siéntese por favor

Indiqué.

Rita le colocó una silla, él se sentó y sin esperar mucho sacó de su maletín unas carpetas.

_ Aquí está lo que la señora Jade me pidió, los documentos del traspaso de fondos a la cuenta de la firma, con disponibilidad inmediata, solo tienen que firmar, como inversionista: la señora Jade Di Conccetto, como beneficiarios: el señor presidente Damir Mc.night y la señorita adjunto Rita Fisher.

Colocó las carpetas sobre el escritorio, todos procedimos a firmar.

Habló Jade:

_ Señor presidente, señorita adjunto, la cantidad depositada, es suficiente para la contratación del personal y soporte para cancelar sus salarios hasta que la firma tome ritmo nuevamente, firmen por favor, yo se que les parece una locura, pero cada centavo de esa cuenta ya está pagado, el hecho de mantener el sueño de mi amado José es suficiente pago para mí.

Rita y yo volvimos a mirarnos las caras.

Por último firmó Santaella.

Continuó Jade:

_ Apenas estén listas las nuevas instalaciones se les hará la entrega y podrán comenzar en un ambiente más amplio y con el nuevo personal. Ah! se me olvidaba decirles que para entonces estas oficinas pasarán a ser el centro de entrenamiento para los futuros ejecutivos y analistas de la firma lo cual quedará a cargo de Rita Fisher.

Rita abrió los ojos más de lo normal.

_ Sí Rita, cuando se muden al nuevo edificio todas estas instalaciones serán tuyas, para que seas quien entrene personal de altura para esta empresa.

_ Gracias Jade tu eres un ángel.

Y volvió a sacar Santaella otra carpeta de su maletín.

_ Firme aquí señorita Fisher.

Tocan la puerta una vez más.

_ Con permiso señor, aquí está el café que pidió.

_ Es para el doctor, como le gusta amargo y sin azúcar.

Este soltando una sonrisa hizo una reverencia mientras disfrutaba su café.

Jade también disfrutaba su cappuccino en silencio.

Seguido exclamé:

_ Ya todo está listo señores, espero que no haya más sorpresas.

Santaella dijo:

_ Gracias por el café, señor Damir, señora Jade, señorita Rita, siempre a su orden. Olvidaba decirle, que en los días siguientes le envío a la señora Hane el documento de entrega del vehículo y ahora sí me retiro, que tengan excelente día.

_ Hasta luego doctor, gracias por sus servicios.

Detrás de Santaella salió Rita a chequear que el personal no tenga algún inconveniente en las labores.

Quedamos Jade y yo.

_ ¿Por qué haces todo esto por nosotros?

Pregunté.

Ella contestó calmada:

_ Un día te contaré por qué soy así con ustedes, lo que si te voy a adelantar es que cuando me casé con José me quede sin nada por amor, y nos costó mucho hacernos, no tuvimos hijos y ustedes son la única familia que me queda, no tengo a nadie más a quien darle mi riqueza, y no me alcanzará la vida para gastar todo lo que tengo, ¿Ahora entiendes?

_ Claro que entiendo amiga y gracias.

Tomó mi teléfono y llamó a Zairí.

Pocos minutos después entró:

_ Con permiso, señora, tío.

_ ¿Cómo estuvo el día de ayer?

Preguntó Jade.

_ Sin problemas durante su ausencia,

_ ¿Te sientes capacitada para manejar la firma unos días? Tu tío, Rita y yo nos ausentaremos.

_ Si señora, si mi tío lo autoriza me quedaré a cargo.

Y ambas dirigieron la vista hacia mí.

_ Tienes mi autorización mi preciosa Zairí.

_ Entonces no se hable más, quedas a cargo hasta que volvamos.