Un hermoso ángel de calamidades

...XIII...

Por fortuna luego de aquel bochornoso momento Lindel y yo continuamos el regreso a la mansión. Una vez en la puerta ambos nos despedimos, su sonrisa es cálida al igual que su mirada. Es diferente a la primera vez que vi esos ojos, antes eran fríos y ahora son dulces, que curioso.

―Muchas gracias por traerme a casa ―digo haciendo una pequeña reverencia en señal de agradecimiento ―. Caballero del imperio muchas gracias por protegerme.

―Gracias a usted Selenia por permitirme disfrutar de un maravilloso día como este. Si no es abusar de su gentileza me gustaría que pudiésemos repetirlo.

―Por supuesto ―respondo también encantada con la idea de disfrutar de una próxima salida con Lindel ―. Después de todo lo que hizo por mí el día de hoy es lo menos que puedo hacer.

― ¿Quiere decir que me invitara un almuerzo de agradecimiento? ―sonríe de lado.

―Solo si usted invita el postre.

―Entonces es una salida ―dijo triunfante ―. La espero dentro de una semana en el mismo lugar de nuestro encuentro de hoy, a la misma hora.

―Ahí estaré Lindel ―le doy mi promesa a aquel caballero del imperio.

―Que descanse Selenia.

Y Lindel luego de despedirse se aleja, al asomarme un poco más para verlo partir logro divisar su espalda y su figura poco a poco se vuelve diminuta para luego desaparecer de mi vista, en medio de la noche aquel caballero se sumerge en las sombras, solo escucho sus pasos y entonces cuando dejo de ver y oír algún indicio de que todavía yace cerca de mí es cuando me doy cuenta que ya está muy lejos y que tengo que esperar largos días para verle.

―Adiós caballero del imperio ―digo en medio de la noche cuando las estrellas brillan como pequeñas joyas debido a la ausencia de la luna.

...***...

― ¡Señorita Selenia!, estuvimos tan preocupadas por usted, ¿Por qué ha tardado tanto? ¿Dónde ha estado toda la mañana? ―es Annelise quien angustiada abrió la puerta recibiéndome a su vez con un fuerte abrazo, puedo sentir su angustia por todas horas sin haber tenido noticias de mí.

―Lo siento tanto ―murmuro muy bajo para evitar llamar la atención de alguien del servicio o de mis padres.

―Venga por aquí.

Annelise me guía con mucho cuidado hasta el segundo piso, ambas procuramos que nuestras pisadas no logren hacer tanto ruido como para alertar a mis padres y hacer que ellos descubran mis largas horas de ausencia y engaño.

Por fortuna no tenemos problemas en llegar a mi habitación, al aproximarnos Sophie, quien al parecer se encontraba esperándonos adentro, abre la puerta permitiendo que ingresemos rápidamente. Una vez en la seguridad de mi recamara me quito la capa y me recuesto sobre la cama estirando los brazos y dando un enorme suspiro de alivio. Que día tan pesado he tenido.

―Por favor señorita no se duerma ―escucho a Annelise cerrando la puerta para que nadie escuchase algo que no debía ―. Al menos dese un baño y coma algo.

―Aceptaré el baño ―digo incorporándome de mi cama todavía algo agotada por el activo día que he tenido.

Annelise con la ayuda de Sophie traen la tina de baño a mi recamara, luego la llenan con cubetas de agua templada y sin perder más tiempo me ayudan a desvestirme e ingresar al agua.

Luego de un tiempo dentro del agua dejo que el vapor me relajase por completo. Cierro los ojos y disfruto, aunque sea un instante de aquella pequeña paz, Annelise prepara mi ropa de dormir y Sophie se encarga de traerme una bebida caliente.

Una vez seca y con la ropa de dormir puesta me recuesto en la cama. Annelise y Sophie se retiran y yo les prometo contarles todo lo sucedido mañana.

El sueño me embarga, los parpados me pesan demasiado y en menos de lo que toma contar hasta diez caigo en un sueño profundo.

Esa noche sueño con Lindel.

...***...

A la mañana siguiente Annelise es quien me despierta trayendo consigo agua para lavarme la cara. Seco mi rostro y observo la tela de las cortinas flamear por la fresca brisa de verano. Es probable que hoy también salga un brillante y caluroso día.

―Buenos días señorita ―saluda Annelise abriendo mi armario y sacando mi cambio de ropa diario.

―Buenos días ―correspondo el saludo incorporándome de la cama todavía con un poco de pereza. Lo más probable es que el día de hoy me quede en casa. Ya no recibo invitaciones a algún evento social, las damas que solía frecuentar con anterioridad han vetado mi presencia de sus reuniones, definitivamente he de tomarme el día de nuevo.

― ¿Mis padres se encuentran desayunando Annelise? ―pregunto mientras ella me ayuda a vestirme, el día de hoy me apetece usar un vestido más cómodo e informal.

―Sus padres salieron para cumplir sus distintas actividades del día y su hermana se está preparando para salir nuevamente a una reunión de la marquesa.

―Amanda es muy solicitada estos días.

―Bueno, la popularidad de la señorita Amanda se debe a su reciente cercanía con el príncipe Gregor, es natural que su nombre sea muy escuchado en cada reunión de nobles como una posible nueva candidata a princesa y futura reina.

Es increíble como todo pueda cambiar de la noche a la mañana, aunque a pesar de que mi reputación haya caído considerablemente y que mi presencia ante las demás damas sea indeseada al menos sé que Amanda está bien y que gozara de un buen futuro. Después de todo solo regrese para salvar mi vida no para alterar los desenlaces finales. Aquello que ya está establecido no puede modificarse, solo debo de cambiar mi suerte.

―Bajare a desayunar cuando Amanda se retire ―digo ―. Mantenme informada por favor.

―A sus órdenes señorita.

No tuve que esperar mucho, Amanda partió poco después así que despreocupadamente bajo al comedor principal donde Sophie me espera con un ligero desayuno. Ingiero mis alimentos en total silencio, es relajante estar en la mansión yo sola sin Amanda o mis padres, luego de desayunar me dirigí al salón principal solo para contemplar el enorme jardín desde una de las enormes ventanas principales. Hacía tiempo que no paseaba por el amplio jardín de la mansión, el día es perfecto para leer bajo la sombra de un árbol y tomar un pequeño refrigerio luego.

Subo a mi recamara y el libro que me obsequio Lindel continua en el mismo lugar en que lo puse anoche. Al levantarlo de la mesita no puedo evitar ver el libro con total detalle, en la cubierta azul las letras plateadas sobresalen y las hojas amarillas de seguro por el paso del tiempo se encontraban en tan buenas condiciones. Coloco el libro en mi pecho y recuerdo el cálido abrazo que Lindel me dio.

No sé qué misterios más oculta mi madre ni la razón para abandonar el amor de un noble de baja categoría del imperio, lo único que sé es que al fin con el ejemplar completo puedo terminar de leer la historia.

Con un poco de tinta y una pluma escribo mi nombre indicando que es de mi posesión y una vez listo con el libro en manos salgo de mi habitación dispuesta a pasar gran parte de la mañana al exterior.

En medio de las escaleras es con Annelise con quien me encuentro, al juzgar por su andar presuroso me percato que trae alguna noticia importante.

― ¿Ocurre algo? ―continuo mi descenso hasta llegar al piso principal.

―Tiene una visita señorita ―dice ella ―. Lady Giovanna la busca.

Annelise tiene que pronunciar mi nombre un par de veces para que yo reaccione, ¿Lady Giovanna vino hasta la mansión BellaFleur sola? ¿Acaso era un error y pensó que encontraría a Amanda en mi lugar?

Tengo que tomar una decisión de inmediato.

―Voy cuanto antes, por favor Annelise hazla ingresar al salón principal y luego tráenos el té ―digo dejando mi libro en un pedestal cercano al lado de un florero. Me acomodo un poco el vestido antes de recibir a lady Giovanna, para ser honesta no sé cómo recibirla, sé que nos llevamos bien en la noche del baile, pero desconozco si ella desea entablar una amistad conmigo o por el contrario viene a afirmar su antipatía hacia mí.

Al ingresar al salón principal de las visitas lady Giovanna se incorpora de su asiento y hace una reverencia a mi persona, yo hago lo propio dándole la bienvenida a mi hogar.

―Buenos días tenga usted lady Giovanna que inesperada visita.

―Propio lady Selenia, gracias por su recibimiento a pesar de no haberme anunciado con antelación como es debido.

―Tome asiento por favor ―la invito nuevamente a sentarse haciendo yo también exactamente lo mismo justo al frente de ella ―. Lamento informarle que lady Amanda no se encuentra, acaba de salir a una reunión con la marquesa.

― ¿Es así? ―noto un gesto que jamás le había visto en ella al nombrar a mi hermana ―. De todas formas, lady Amanda no es la razón de mi visita si no usted lady Selenia.

Reconozco que la relación de su motivo principal me causa asombro ya que según yo tenía entendido Amanda y Aria eran amigas o al menos ambas frecuentaban las mismas reuniones.

Annelise ingresa trayendo el té para mi invitada.

―Primero bebamos un poco de té ―digo ofreciéndole una taza de infusión de naranja, según tengo entendido es su predilecto ―. Debes estar algo sedienta, no está caliente descuida ―le sonrió ―. Es té helado.

―Gracias querida ―Aria recibe la bebida y da un sorbo ―. Que delicia, me siento alagada, me conoce usted tan bien.

Su sonrisa amable es algo que nunca he visto pero sin embargo me agrada.

―Ahora que estamos frescas gracias al té ―empiezo con un timbre de voz calmado y educado ―. Me gustaría saber qué motivó su visita lady Aria.

Aria sonríe de nuevo para colocar su taza de nuevo sobre la mesa y dirigirme una mirada apacible.

―Solo tuve ganas de visitar a una amiga ―dice ella sin borrar aquella sonrisa ―. Perdone que me tome estas atribuciones lady Selenia, pero desde aquella vez en el baile siento que nos hemos vuelto más cercanas y eso me hace muy feliz.

Entonces es eso, nunca soñé con el día en que la gran dama inquebrantable lady Aria algún día estuviese en mi sala bebiendo el té porque simplemente nunca lo creí posible, pero al parecer incluso aquellos sueños que parecen improbables terminan realizándose.

―A mí también me complace bastante lady Aria que nuestras asperezas hayan sido limadas y que ahora podamos disfrutar de una reunión agradable. Por cierto ¿Cómo se encuentran sus padres? He oído que el conde Giovanna no se encuentra bien de salud, si me lo permite puedo mandar al médico BellaFleur, es una eminencia estoy segura que su querido padre se recuperara de inmediato.

―Agradezco sus buenos deseos e intenciones, pero mi padre ya lleva varios meses enfermo incluso sin que nosotros nos hubiésemos percatado de ello, ya lo conoce es un hombre que se las da de fuerte y eso es porque incluso hasta el más insignificante resfriado no podía con él, ahora solo véalo.

―Lo siento mucho.

―No se disculpe, mi hermana el mes que viene, adelanto su boda porque es su anhelo que nuestro padre la acompañe, de hecho, uno de los motivos para mi abrupta visita es otorgarle en persona la invitación de la boda.

El sobre es depositado en la mesa con total cuidado y empujado hacia mí por lo delgados dedos de Aria, rápidamente la recibo, el diseño es encantador y la invitación está hecha con una caligrafía exquisita y el papel emite un delicioso aroma floral.

Me siento alagada y al mismo tiempo un poco sorprendida por la repentina invitación, es increíble que hacía una semana atrás Aria y yo no podíamos vernos en el mismo lugar y ahora es ella quien me entrega la invitación para la boda de su hermana menor.

―Estoy tan honrada ―digo ―. Estoy segura que será una ceremonia encantadora, estoy segura que Amanda también la disfrutará.

Percibo de nuevo esa expresión de desagrado mostrado en los labios ligeramente fruncidos y la mirada esquiva, ¿Qué está ocurriendo con Aria Y Amanda?

―La invitación solo se encuentra dirigida a usted lady Selenia ―dice ella ―. Y también para su familia por supuesto, preferiría que su hermana se abstuviera de ingresar a un lugar tan sagrado como el templo.

―Perdone que le pregunte lady Aria, pero ¿Tienen acaso Amanda y usted alguna discrepancia?

―Me alegra que pregunte lady Selenia ―dice Aria con una postura muy firme y un rostro sumamente serio y ofendido ―. Mi relación de amistad con esa dama esta oficialmente rota, considero que mi reputación se verá empañada con una amistad de comportamiento tan cuestionado.

Nunca creí escuchar algo como eso, Aria la defensora publica de Amanda en la primera línea de vida acaba de decir ante mí que rompe cualquier trato con mi hermana, tengo que beber un poco de té para evitar atorarme de la impresión.

― ¿Habla usted sobre la relación entre ella y Gregor?

― ¿Le parece poco? ―dice ella ―. Una dama comportándose de esa forma con un hombre comprometido no es aceptable, usted y yo hemos pasado largas temporadas en nuestro propio combate y la admiro también como dama lady Selenia y es por eso que sé cuáles son sus tácticas y poner alfileres en los zapatos no es algo que usted haría.

De todas las personas solo Aria parece creer mi inocencia, no sé si abrazarla o agradecer al cielo por este milagro.

― ¿Cómo puede asegurar eso cuando todos me condenan por ese acto? Incluso Amanda…

―No la mencione de nuevo por favor lady Selenia ―Aria agita su abanico para atraer un poco de aire hacia ella ―. Y en cuanto a mi afirmación pues es tal y como lo mencione hace un momento, usted es la clase de dama que da la cara y expresa lo que siente abiertamente no se esconde tras una travesura ridícula e infantil eso, diría yo, que es idea de alguien estúpido.

―Lamentablemente Aria dudo que alguien pueda creer en mi palabra, la escena me incrimina y aunque le pida a Amanda que limpie mi nombre le es imposible convencer ella sola a aquel grupo de nobles.

―Dudo que eso sea así lady Selenia

― ¿Qué insinúa lady Aria? ―inquiero intrigada por sus palabras.

―Tengo la sospecha de que tal vez sea su hermana quien está detrás de esas acusaciones falsas.

Sonrió por lo ridículo que suena aquella afirmación ¿Amanda la buena? Puede ser ingenua al borde de parecer ridículo, pero no se supone que ella sea mala, ese era mi trabajo. Amanda tiene la capacidad de encantar a todos con su buen corazón e inocencia no necesita de aquellos trucos para causar compasión.

―Debe ser un error lady Aria usted misma a tratado con ella conoce su carácter y sabe que es increíblemente cándida.

―Sé que es ridículo y yo misma lo creía imposible luego de haber compartido con ella el mismo circulo y tratarla el mismo día en que nos presentó, reconozco que mi primera impresión sobre ella fue tan buena y me inspiro casi ternura.

― ¿Y qué fue lo que hizo que cambiase abruptamente de parecer? ―intento saber ya que ahora no sé qué pensar ni que creer, no se supone que este esté ocurriendo Amanda no puede estar detrás de esto ¿Por qué lo haría? Tiene todo, papá la adora, mamá no le dirige la palabra lo cual considero algo bueno y es querida en el círculo de nobles por su buen carácter y el apellido BellaFleur, incluso yo he procurado tratarla bien llamándola hermana en público entonces, ¿Por qué?

―Yo la escuché ―dice ella con voz sería y notablemente afectada por lo que está a punto de revelarme ―. Luego del baile de bienvenida del archiduque yo estuve en esa reunión, lady Amanda apareció de pronto a pesar de que no fue invitada y uso como excusa su amistad con la anfitriona. Todas las damas presentes la embragaron con preguntas y ella solo decía que mantiene una relación de amistad con su alteza a pesar de que vino justo después de un encuentro privado con el príncipe. Pedí una breve audiencia a lady Amanda y lejos de oídos curiosos le expuse mi preocupación por su futuro y el daño que le hacía a usted lady Selenia a involucrarla en rumores tan vulgares como esos, le aconseje que fuera prudente y que por el bien de los BellaFleur mantuviese un comportamiento ejemplar que no deshonre a la familia.

<< Creí por un momento que mi consejo fue bien recibido por lady Amanda, incluso me tomo de las manos y me prometió que nunca fue su intensión perjudicar a su hermana querida y por el bien tanto de Gregor como el suyo se abstendría de responder cualquier invitación de palacio, créame lady Selenia que en ese instante me sentí orgullosa de lady Amanda. Una dama amiga mía de la infancia llegó a la reunión algo tarde y tras excusarme con lady Amanda para saludar a mi amiga me retire y la deje sola por algunos minutos.

Platiqué amenamente también con el resto de invitados la reunión parecía ir sin problemas, una hora después quería disfrutar un poco de aire fresco y busque una ventana abierta o un balcón cercano, pero al deambular me percate de tres presencias no muy lejos de mí, disminuí mi paso ya que se me hizo sospechoso que tres damas lejos del grupo estuvieran hablando en voz baja y una de ellas se encontrase llorando siendo consolada por las otras dos. Al verla mejor me lleve la sorpresa al enterarme que la dama llorando no era otra que lady Amanda y lo que decía me dejo sin palabras.

Amanda me estaba acusando de haberla intimidado y de llamarla una indecente y que traería la desgracia a su familia, alegó que por ser plebeya algunas damas se metían con ella y que no poseía la culpa de haber nacido con orígenes humildes. >>

―No puede ser verdad lady Aria ―mi corazón late con fuerza y me mente confundida no sabe que pensar o creer.

―Me llené de furia lady Selenia ―continúa Aria ―. Yo le había dado mi amistad y ella me calumniaba de esa manera, al aproximarme a aquel grupo para enfrentar las acusaciones que su hermana me imputó ella se escondió tras ellas, una de esas damas era la anfitriona y me corrió de su reunión alegando que no quería a una dama de mal comportamiento intimidando a sus invitados. ¿Puede usted creerlo lady Selenia? Yo solo le había dado una sugerencia de la manera más cortés posible y ella mintió en mis propias narices, es por eso que yo no puedo considerar nada de lo que diga esa señorita y me reusó a compartir la misma estancia con ella, no quiero que pise mi casa ni que asista a la boda de mi querida hermana.

Luego de la anécdota de lady Aria mi mente se encuentra sumamente confundida y mis pensamientos enredados. Ni siquiera tengo alguna idea de que decir así de afectada me encuentro, una parte de mí se pone en alerta ante la acusación de Aria, pero está también la parte que la conoce desde antes de mi regreso y no concebía como aquella muchacha sufrida y de bien corazón que se enfrentó a su malvada madrastra y a su abusiva hermanastra para alcanzar la felicidad y el verdadero amor.

―Usted sabe que lo que me está diciendo es difícil de creer lady Aria ―digo ―. Y sin pruebas no solo seriamos censuradas socialmente si no que podrían imponernos cargos de falsas acusaciones e intimidación en forma de acoso por falacias.

Y ahora que Amanda es la favorita de Gregor quien es capaz de hacer todo por ella, y eso me consta, es muy peligroso involucrarse en un problema como ese.

El té se había enfriado aún más de lo que ya se encontraba y el reloj suena indicando que una hora había transcurrido, lady Aria se incorpora de su lugar y se despide de mí deseándome sus mejores deseos.

―Cuídese lady Selenia ―sus manos sujetan las mías y sus ojos son de total preocupación ―. Por favor no descuide sus espaldas, incluso la serpiente más hermosa no dudara en dejar salir su veneno.

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