Guerra de rosas

...VI...

―Hermana Selenia esta salida es encantadora ―dice Amanda caminando al frente y observando maravillada la zona más opulenta de la ciudad capital, las enormes tiendas mostraban bellos vestidos de diseño de coloridas telas y encajes.

Al observarla con mayor detalle no puedo evitar pensar que el vestido de Gregor le asienta de maravilla, es como si desde un principio ella fuese la destinada en lucirlo, a diferencia de mí que el color logra palidecerme aún más haciéndome ver opaca y casi translúcida a Amanda la hace brillar y acentúa aún más ese aire dulce y tierno, su cabellera dorada y ojos verdes combinan a la perfección.

Definitivamente Gregor y ella son almas destinadas.

Luego de un breve tiempo recorriendo calles atestadas de gente llegamos al fin a la boutique más popular en todo el reino cuyos diseños eran los predilectos entre las damas de la alta nobleza. La dueña era madame Eloísa una dama respetable y querida por las esposas e hijas de condes, duques y marqueses. Posee un gran porte y elegancia que se reflejan en sus diseños.

Al vernos ingresar a su tienda Madame Eloísa nos recibe con los brazos abiertos y exponiendo su más sincera alegría al vernos. Su gran sombrero de plumas ladeado a un costado la hacían ver extravagante pero su aire de sofisticación no se vio por perdido. A pesar de su edad Madame Eloísa seguía siendo una mujer muy hermosa.

―Lady Selenia que gusto tenerla de nuevo por aquí ―la dama del gran sombrero hace una reverencia pomposa para luego acercarse más a mí dándome dos besos en la mejilla ―. Es un honor tener a la hija del gran duque León en mi pequeña tienda ―sus mejillas no dejan de alargar esa sonrisa que por algunos momentos se torna algo exagerada y fingida, pero conozco a Eloísa y esa es su sonrisa reservada exclusivamente para algún alto miembro de la nobleza.

―Madame Eloísa es bueno vernos de nuevo ―respondo ―. Me agradan los cambios que le ha hecho a su tienda, es sumamente encantador y sus diseños no dejan de ser exquisitos.

―Es un honor viniendo de una dama tan elegante como usted Lady Selenia.

Ambas nos sonreímos mutuamente por compromiso más que por amistad genuina, sin querer perdí de vista a Amanda por un segundo.

―Hermana Selenia, mira que gracioso es este vestido. Es tan enorme que dos personas podrían vivir ahí adentro.

El aire de amabilidad de Eloísa cambio drásticamente al oír la voz de Amanda, es una verdad bien sabida que los artistas son gente muy excéntrica y sensible y si algo tiene Eloísa Graham en común con los artistas es que no tolera palabras impertinentes sobre sus creaciones a no ser que seas un verdadero conocedor de la moda.

― ¿Qué fue lo que has dicho niña? ―exclama Eloísa mirando a Amanda de forma asesina.

Es hora de intervenir antes de que todo se vuelva malo.

―Eloísa querida, déjame presentarte a mi hermana, ella es la señorita Amanda BellaFleur ―me apresuro a decir antes de que Eloísa lance unos de sus comentarios mordaces ―. Amanda es la razón para que estamos aquí, vinimos a comprar una buena cantidad de tus vestidos.

― ¿Es así? ―al oír el apellido BellaFleur y saber que Amanda pertenece a tan importante familia Eloísa cambia su enojo rápidamente y lo remplaza por su dulce expresión de felicidad como si la pequeña ofensa dicha por Amanda no hubiese significado nada para ella ―. ¡Oh señorita Amanda!, ¡Es todo un placer conocerla!

―Eloísa hace una exagerada reverencia.

―El placer es mío ―responde Amanda agitando la falda de su vestido y sonriendo con dulzura, los hoyuelos de sus mejillas sobresalen aún más.

―Es un honor que el gran duque León confié en su servidora para tan honroso trabajo.

―Usted es una de las mejores por no decir la más famosa en el reino, ¿Cómo podemos no contar con Madame Eloísa?

Mientras más ansias de fama mayor es el ego.

―Por aquí por favor, pasen a la habitación de muestras ―dice Eloísa guiándonos a través de su tienda.

Pasamos gran parte de la mañana escogiendo modelos de acorde al estilo y cuerpo de Amanda, era una chica menuda de contextura esbelta un vestido muy señorial o con escote pronunciado no la favorecían en lo absoluto en cambio los modelos románticos de tonalidades pastel eran los que la hacían lucir aún más angelical y hacían sobresaltar su belleza.

―Es como creí ―dice Eloísa tomando las medidas de Amanda mientras su asistente anotaba todo lo que ella decía en un pequeño cuadernillo ―. La señorita Amanda es una de las mejores modelos que he visto, su belleza no tiene comparación lucirá como un precioso ángel con los modelos que seleccionamos.

―Para nada, es una alegría para mi vestir tan hermosos vestidos me hace feliz que una gran modista como usted haya posado sus ojos en mí madame Eloísa.

Mientras Eloísa alababa la dulzura y belleza de Amanda yo bebía cómodamente una taza de té mientras probaba un pastelillo. Era relajante no estar de pie todo el día y en su lugar refrescarme un poco con un dulce té helado. A mi costado sentada en aquel amplio sofá de terciopelo Annelise mi doncella quien nos había acompañado se encontraba leyendo un poco mientras esperaba a que la toma de medidas de Amanda finalizara.

― ¿Gustas un poco? ―le ofrezco un pequeño pastelillo dulce de limón ―, están delicioso ―mi sonrisa es de satisfacción total, no puedo evitarlo mi debilidad por los pastelillos de limón es conocida por Annelise.

―No gracias señorita ―responde ella sonriendo un poco ―. Señorita tiene migas en su mejilla.

Qué situación tan bochornosa no puedo evitar enrojecer.

Mientras me limpio la zona sucia de mi rostro una voz bastante familiar me alerta de nuevo.

―Oh, pero si es lady Selenia BellaFleur ―podría reconocer aquella voz a donde quiera que fuera y no me equivocaría en nombrar a su dueña. Con rapidez me incorporo de mi asiento y al voltear me encuentro cara a cara con lady Aria Giovanna hija del conde Claude Giovanna un hombre inteligente y sagaz de actitud honorable cuyos principales valores no heredo su hija. Pero claro, ¿Quién soy yo para juzgar?

―Buenas tardes Lady Giovanna ―hago una protocolar reverencia.

―Es un gusto de verla lady BellaFleur ―responde ella saludándome de la misma forma respetuosa.

Sé que por fuera podría lucir como un encuentro de damas ordinario, pero nadie puede ver el verdadero trasfondo, todo era una constante lucha y al menor error la vencedora quedaría con la satisfacción de haber humillado a su rival y la perdedora seria la habladuría en la siguiente reunión social.

―No la he visto en la fiesta de té de la esposa del marqués, Lady Giovanna espero que sus razones para faltar no hayan sido de gravedad, se le extrañó bastante.

―Estuve de viaje querida, mis padres y yo viajamos a nuestro territorio, teníamos asuntos que tratar, pero fue un ambiente de lo más encantador, es refrescante salir de la ciudad con la familia, siempre he dicho que un armonioso ambiente familiar enriquece notablemente el alma ¿No opina lo mismo? ¿Se encuentran usted y el duque en buenos términos?

La malvada serpiente no perdió tiempo en escupir su veneno, mi única alternativa es atacar y actuar como si aquellos comentarios no me hubiesen afectado.

―No podríamos estar mejor querida mía ―una sonrisa falsa se plasma en mis labios mientras que mi postura es erguida demostrando control y poder ante mi oponente.

― ¿Es así? ―responde ella negando a dar su brazo a torcer ―. Que bien por ti Selenia.

―Hermana ―en medio de nuestro encuentro Amanda interviene luciendo un bonito vestido campestre ―. Hermana te he estado llamando, ¿No crees que es precioso?

― ¿Hermana? ―repite lady Giovanna observando a mi talón de Aquiles ―. No sabía que lady Selenia tuviese una hermana menor ¡Que sorpresa! ―oculta su rostro tras su abanico.

―En efecto lady Giovanna esta encantadora muchacha es mi media hermana ―intento mitigar el enorme impacto que esto tendrá en el círculo de damas. Mis peores miedos se hacen realidad ante mis ojos, no soy de la total estima de Aria y no desaprovechara una oportunidad para desacreditarme.

En la primera línea de vida Aria era una de las más acérrimas protectoras de Amanda al enterarse de mis constantes maltratos y aprovecho esa oportunidad para hundirme aún más al momento de mi juicio, su testimonio tuvo mucha relevancia.

―Es un placer ―saluda Amanda de forma torpe, pero sin perder ese encanto ―. Me llamo Amanda BellaFleur.

―Eres hermosa lady Amanda.

―No soy una lady ―la inocente Amanda enrojece al ser llamada de aquella manera y sus labios forman una apacible sonrisa apenada.

―Pero lo serás lady Amanda ―continúa Aria ―. Serás la lady más hermosa de todo el reino no me extrañaría que el príncipe…

―Suficiente Aria querida ―intervengo antes de que la situación de constante tensión se agrave ―. Como veras mi hermana y yo estamos algo ocupadas y tenemos que regresar para el almuerzo antes que nuestro padre se preocupe.

―Oh que torpe soy no me percate que les robaba tiempo, mil perdones lady Selenia y señorita Amanda ―hace una ligera reverencia ―. Aunque debo admitir lady Selenia que el papel de dama de compañía de su hermana le sienta de maravilla ―Aria sonríe triunfante tras ese abanico.

― ¿Qué puedo decir? ―sonrió con orgullo no permitiendo que la infame Aria logre derrotarme ―. Soy afortunada en poseer una encantadora hermana, como usted misma menciono un ambiente familiar armonioso enriquece el alma ―mi sonrisa se ensancha y en ningún momento rompo mi postura de autoridad ―, espero aplicar los valiosos concejos de lady Aria en mi vida matrimonial con el príncipe heredero, oh por cierto querida, ¿Cómo va tu búsqueda de prometido? He oído que tu padre tiene dificultades en hallar al más idóneo para ti.

El rostro de triunfo de Aria se deshace y es remplazado por una expresión de furia que no pudo disimular ni con la sonrisa más falsa.

―No creí que mi vida fuera de interesante para lady Selenia ―dijo ella en un burdo intento por sobreponerse de aquel golpe.

―Mis queridas amigas son valiosas para mí, Aria solo deseo tu felicidad.

―Que dulce eres querida ―responde Aria fingiendo gratitud.

El mundo de las damas aristócratas es tan peligroso como un campo de batalla, al menor descuido una persona lo suficientemente astuta lograra derribarte y usar tus debilidades con el único fin de buscar un beneficio.

Aria y yo éramos las candidatas más idóneas para convertirse en la prometida del príncipe heredero, constantemente nos vimos en enfrentamientos públicos llevadas por nuestro orgullo y enormes egos, mi antipatía hacia ella creció al aliarse con Amanda y ese es el origen de nuestra rivalidad. Viendo en retrospectiva si mi compromiso con Gregor no se hubiera realizado posiblemente ella y yo podríamos haber sido genuinas amigas o simplemente nos hubiésemos tratado con más cortesía en público.

― ¿Lady Aria asistirá a mi fiesta de presentación? ―pregunta Amanda desconociendo totalmente la fricción existente entre Aria y yo.

―No he recibido una invitación formal señorita Amanda ―responde Aria sonriendo de forma gentil a mi hermana. Me sorprende lo rápido en que ambas lograron ser cercanas.

―Selenia por favor invita a lady Aria ―los enormes y verdes ojos de Amanda me miran suplicantes.

Suspiro agotado, no tengo más alternativa que ceder a aquella demanda. Al menos será beneficioso para Amanda ya que contara con una conocida.

―Lady Aria nos honraría con su presencia en la fiesta de bienvenida de mi hermana, sería agradable que ella pudiese disfrutar de la compañía de una nueva amiga.

―Acepto su invitación lady Selenia ―Aria hace una reverencia.

Nos despedimos entre reverencias y besos en las mejillas una vez finalizamos las compras de Amanda. Al salir de la tienda nos dirigimos hacia el lugar en donde nuestro carruaje se encontraba estacionado para regresar a la mansión. El día ha sido una catástrofe total y solo anhelo poder darme un largo baño para luego dormir profundamente, mis ánimos no son los mejores y todavía tengo que organizar la fiesta de presentación de Amanda.

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