¡Amor Al Primer Golpe!
Yunuen aprendió desde pequeño, que no existe mejor placer que no sea... Rompiendole la cara a alguien. Pasado los años, para el joven de preparatoria de baja estatura, cabellera roja, piel nivea y ojos como el ambar, no habia mayor excitación que ver la sangre correr entre sus nudillos. Y la satisfacción de la victoria, eran mucho mejor que una disculpa hipócrita. Era a su parecer, algo mejor que el sexo
con mujeres, una necesidad desquiciada que solo podría saciar con violencia. Y no tardó para que el muchacho de la sonrisa
asesina fuera apodado "El demonio pelirrojo".
Pobre de aquel que chocase con su hombro y no se disculpara o él no estuviera de humor, porque lo último que veía era la mirada asesina del pelirrojo y su desafortunado destino era terminar detrás de un bote de basura o de algún callejón oscuro, desmayado o medio muerto. A pesar de su corta estatura, en la pelea nadie podía detenerlo.
Es un nuevo día en la escuela para Yunuen, una mañana igual al otro en el colegio más peligroso de la ciudad, una escuela llena de delicuentes y chicos problema. Se dirige tranquilamente por los pasillos, con la camisa desabotonada y los pantalones recogidos a las rodillas. El miedo provocado por su propia leyenda hacía que los demás se alejarán al verlo pasar, agachaban la cabeza y huían aterrorizados. Él ni sé inmutaba. Estaba bastante acostumbrado al rechazo.
Entraba al salón de clases, tiraba la mochila a su pupitre negro y lanzaba un bostezo mientras tomaba su lugar junto a la ventana. Se quedaba largo rato mirando el cielo de nubes lejanas con los codos sobre el mesabanco, observando como en sus formas se dibujaban figuras extrañas y se disolvían, era un chico disipado.
Solo unos pocos se atrevían a llamarse su amigo.
Fue entonces que se acerco un atareado muchacho, con el cabello teñido de un verde brillante, sosteniendo su libreta con hojas sucias y notas que no se entendían.
- Yunuen, dime que hiciste la tarea de matemáticas, el maestro me sacará otra
vez si no le entrego nada hoy...-
- ¿Ah? - el pelirrojo le miró confundido y cuando por fin reacciono, se pega la frente.- ... Liam, la tarea de Mate...- con prisas se dispuso a sacar sus
libretas buscando con desespero el que necesitaba.
- ¿Qué demonios Yunuen? ¿Tampoco la hiciste? ¿A caso eres idiota?
- ¡¿A quién estás llamando idiota, idiota?!
Al poco rato ya estaban frente a un chico con el cabello largo lleno de mechones amarillos, un chico alto y tan delgado que por sus facciones delicadas siempre lo confundían con una chica.
- ¡Ah! ¡Lo siento! ¡La tarea! ¡Lo siento mucho!- el chico se cubría con ambas manos y sus ojos se llenaban en lágrimas.
- E... Está bien, no llores, Jude... No es importante...- Liam palmeo la cabeza suavemente como si consolara a un niño.
- Ci.. cierto, No es tu culpa.- Lo consoló también Yunuen sintiéndose culpable por habérselo pedido.
Después corrieron donde un chico rubio cenizo y de ojos adormilados, le decían viejo, por qué parecía un anciano apesar de casi tener su edad, quién bastante tranquilo levantó la cara de su mesabanco y negando con la cabeza indico que tampoco la había hecho, aún que no parecía sentir nada de culpa por ello.
Un aura depresiva los invadió a los tres. Más tarde como lo supusieron fueron sacados de clase, y los pusieron de pie en la puerta del pasillo.
El rubio perezoso, el chico pelirrojo, un peliverde, un larguilucho y un misterioso chico de ojeras pronunciadas suspiraron de resignación. Pasaron solo cinco minutos cuándo el rubio mayor, el líder del grupo que siempre parecía estar cansado se dispuso a marcharse.
- Qué estupidez...
- Barnett tiene razón... No podemos perder el tiempo aquí... Y tengo hambre.- le siguió Yunuen sobándose el estómago.
- Conozco un lugar con buena comida, aúnque no pregunten que clase de carne es...- añadió el chico misterioso de las ojeras que iba detrás suyo.
Y como si una aparición les hablara Yunuen, Liam y Jude gritaron en corto aterrados por la presencia de la voz.
- ¡Aah! ¡Un fantasma!... No, esperen es solo Jack.- suspiraron aliviados.
El chico misterioso se masajeo el puente de la nariz sin decir nada.
Fue así que brincando el muro de la escuela a la calle, caminaron largo rato hasta llegar a una tienda de conveniencia. Compraron sopas instantáneas y un par de paletas heladas. Y se quedaron en el pequeño parquecito de enfrente donde suelen reunirse. Hablando de banalidades sin sentido.
- Miren ahí...- señalo el peliverde del grupo haciendo un gesto con la cabeza a dirección de la pandilla que los observaba con cierta
provocación.- ¿No son los sujetos que pateamos el otro día?
- ¿Crees que quieran pelea?- murmuró Jude con la cara manchada de helado.
- Por mi estaría bien.- sonrió ladino el pelirrojo tronando sus nudillos-
- Nada de eso. Nos vamos... La tercera hora va a comenzar. Y quiero un lugar donde dormir.- les indico su lider cubriéndose la boca al bostezar.
Sus amigos sin discutir ni objetar le obedecieron. Hubieran salido pronto si no fuera porque fueron interceptados por los mismos sujetos que antes los miraban. Cuando ellos se acercaron, un sujeto rapado empujo a su lider, haciéndolo retroceder.
- ¿Adonde van tan asustados? ¿No se quedan a hablar un momento? Aún quedó algo pendiente de la última vez que no resolvimos ¿Recuerdan? -
Los amigos del líder de cabello cenizo escuchaban sin producir ningún ruido, observando con atención, mientras los rivales reían en coro. Barnett sonrió y respondió.
- Ah, lo siento ¿Necesitabas una moneda? Creo que aquí tengo uno... - el cenizo lider hizo como que buscaba en sus bolsillos.
Esto provocó el enojo del rapado, más carcajeo mofandose como si tuviera la victoria asegurada.
- No te creas tanto hijo de... -
Su puño se acerco peligrosamente a la cara de Barnett pero a tiempo fue detenida por una palma que apretó el puño ajeno con tanta fuerza, empujando hasta hacer al calvo arrodillarse.
- Uf, casi... Pero no debiste ni intentarlo...-
El demonio pelirrojo de la sonrisa asesina hizo su aparición, propinando un cabezazo en medio de la cien derribandolo así.
- ¡Maldito enano! - Grito el compañero del rapado abalanzandose al pelirrojo.
- ¡¿A quién estás llamando enano?!- histérico le pateo la cara reclamándole por el insulto.
Se escuchó un grito e inmediatamente los compañeros del sujeto que yacía en el suelo tambien trataron de golpearlo, pero los amigos de Yunuen lo cubrieron antes de que pudieran hacerle algo. Por qué porsupuesto, no solo Yunuen era bueno en la pelea, sus amigos no lo hacían mal, esquivando patadas y tirando puñetazos, entraron a una frenética pelea a puño limpió.
Mientras a lo lejos, un chico que cruzaba casualmente por ahí pudo escuchar el tumulto, se bajo los grandes audífonos y miró en dirección de la bronca. Frunciendo las cejas se quedó observando al pelirrojo que peleaba.
Los amigos mientras tanto en el furgor de la batalla ya habían logrado sacar a las demás basuras que se habían metido con ellos. Pero Yunuen no satisfecho, levantó al rapado y tomando a su sujeto del cuello iba propinando golpes tan bestiales que se oía la carne chocar en sus manos. Verlo llorar y oírlo pedir que se detenga eso se sintió muy bien. La situación comenzaba a verse mal.
- ¡Yunuen ya basta!- grito Jude viendo como la cara del tipo que sostenía su amigo comenzaba a ponerse morado.
- ¡Ya basta Yunuen! ¡Ya detente! ¡¿Que demonios?! ¡No lo mates!- Liam trato de jalarlo sujetándolo de los brazos pero fue
empujado por el mismo pelirrojo.
-¡Detente! - grito su lider ya preocupado al no recibir respuesta del pelirrojo. - ¡Yunuen!
Yunuen comenzaba a sentirse en la cuspide del placer cuando, ignorando las advertencias ajenas de sus compañeros, llegó de pronto un puñetazo silencioso que alcanzo la cara del pelirrojo, fue como una embestida de una bestia grande que empujo su cuerpo, un choque tan fuerte que le hizo girar, derribarlo al piso y azotando la espalda inevitablemente con el duro suelo.
Cómo si una explosión se hubiera disipado, todo el mundo se quedó quieto en la espectación. Barnett tenía los ojos tan abiertos como platos.
- ¿Que carajos?- el rubio no cabía en sí.
Ayudado por sus brazos, el pelirrojo apenas y pudo sentarse y levantar la cabeza, de la nariz goteaba un líquido carmesí y la limpió con sus dedos sucios.
- Oye subnormal... Te han dicho basta...- la figura frente a él habló con su voz autoritaria.
Sorprendido miró al frente, a continuación el pelirrojo pudo verlo, a un chico de su edad, con un conjunto de sudadera deportiva. Un azabache de mirada feroz con un problema de heterocromia, sus ojos ambar se encontraron con sus profundas pupilas roja y verde.
Sus amigos quedaron igualmente de asombrados por la brutalidad con la que Yunuen fue detenido, y es que nadie en su sano juicio se había atrevido a
golpear o siquiera mirar al pelirrojo cuando estaba enojado. Lo único que temieron era por la vida del héroe azabache. Un horrible pánico les causó escalofríos, ellos sabían que si Yunuen se alteraba, nada lo iba a detener. Había pasado una vez, y tuvo que intervenir hasta la policía.
Y mientras tanto el azabache, y el pelirrojo aún en el suelo, se miraban en silencio...
Continuará.
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Las imágenes presentadas NO son mías. Son meramente para uso visual. De encontrar al autor original apoya su arte.
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Comments
hellx
VIVA ESTA PAREJA QUE ESTA ENAMORADA... AAAAAAAAAAAH¡¡¡VIVA EL AMOOOOOOOOOOOOOOOR!!!😍😍🏳️🌈🏳️🌈
2024-07-14
3
hellx
Traducción: se los estaban madreando pa q visitaran a diosito 🥰
2024-07-14
1
hellx
Que irresponsable 😒 (lo dice alguien q hace la tarea una clase antes de entregarla😉)
2024-07-14
3