Duke, el amigo albino de Naay reía a carcajadas mientras el de cabellos negros se enjugaba con la camisa el sudor de su frente.
— ¿Tu hermana los vio? Parece que me estuvieras contando el pedazo de una película romántica cliché.—
— Si no tienes nada que hacer, vete ya.— Naay volvía empezar con la cuerda de brincar con bastante habilidad.
— Ah, lo siento, lo siento. Es que estabas tan enojado que quería saber.— Duke se limpio las lágrimas de risa y exhaló un suspiro.— Y no me equivoqué, de nuevo tienes una historia interesante aquí. Pero, ¿Por qué no le dices la verdad a tu hermana, de que solo estás pasando el rato con el monito?
Naay paró con los ejercicios. Pensó por supuesto en esa solución, pero no dejará satisfecha a la chica con eso hasta que haga que lo dejé de ver. La conoce lo suficiente, es una caprichosa infantil, como Yunuen, pero más molesta. Y él no estaba dispuesto a dejar al pelirrojo por qué ella se lo pidiera, por ahora. De hecho, no sabía cuándo iba a poder dejarlo.
— ¿Hm? ¿Pensando en el pelirrojo otra vez?— El albino rodeó con el brazo los hombros del moreno sonriendo ladino.
Era divertido cuándo lo enojaba y esté lo miraba con su ceño arrugado. Provocar al chico se estaba volviendo su deporte favorito más reciente.
— ¿De que estás hablando? ¿Por qué parece que estás muy interesado en estás cosas?
— No lo sé, tal vez por qué cuando termines con él yo también quiera jugar con el enanito.
Naay lo estampó contra la pared furioso, lastimandolo con el brazo en su cuello. Inmediatamente uno de los entrenadores les llamó la atención y trató de separarlos. Duke parecía todo un fanfarrón con esa sonrisa descarada en la cara.
— Alejate de él.— susurro el moreno sin querer soltarle.
— ¿Que pasa Naay? Estoy bromeando, hombre. Suéltame ya.— el albino le dió unas palmaditas a su mano y así lo fue liberando.— ¿Por qué te tomas tan en serio una broma?
El azabache recogió sus cosas y se largo a las duchas. De pronto ya no quería estar ahí.
El tampoco supo por qué se comportó así. Evidentemente lo estaban provocando, normalmente no hubiera respondido, pero solo pudo pensar en ello después de que su cuerpo se movió sólo.
Cuando Naay salió del edificio escuchó el sonido molesto de alguna trompeta que no distinguió, y de pronto ya tenía a Yunuen frente a él con una bicicleta muy vieja.
— ¿Te llevó guapo?
Naay aún no podía creer como era que este chico tan tonto y simple podría haber hecho que sus sentimientos se volvieran un torbellino, y aún así sentir tanta paz de verle sonriendo.
— ¿"Ladronde" sacaste esto?— El moreno lo miró con sospecha rodeando el vehículo sin quitarle la vista.
— ¡No lo robe si es lo que estás pensando! ¡Es de mi tío! Se lo preste. Súbete ya.
— Claro que no.
— Tú sabes que si no te subes te voy a perseguir por toda la calle con ella. Y voy a hacer esto.— comenzó a apretar repetidas veces la ruidosa corneta provocando ese molesto sonido: "TACHI, TACHI, TACHI, TACHI"
Lo peor de todo es que el moreno sabía que era verdad. Así que bajando los hombros se rindió. Le lanzó su mochila al pelirrojo en la cara y sujetó la bicicleta para montarse a delante.
— Pero yo llevo.
— ¿Sabes manejar?
— ¿Por qué no sabría?.— el Meyer puso el pie en el pedal y de un impulso comenzó a andar.
— Tienes cara de nunca haber manejado una en tu vida. Seguro te llevaban en todos lados en auto.— el pelirrojo corrió y se montó apurado a la parrilla de atrás abrazando las cosas de Naay.
— No tiene nada que ver. También puedo manejar una.
— ¡Un momento! ¡¿Si te llevaban en todas partes en un auto?! Que suerte que tienes.
Avanzaron un par de metros antes de que se detuvieran para cruzar la calle con tanto auto pasando. De pronto escucharon gruñidos, ambos voltearon a ver, y se dieron cuenta que estaban frente a la casa del gran perro furioso más malvado de la ciudad, su gran archienemigo peludo. Cuando la bicicleta avanzó el perro los correteó al instante.
— ¡Rápido Naay! ¡Mueve esas piernitas! ¡Muevelas!— Yunuen se sujeto fuerte de la chamarra del mayor sin dejar de mirar atrás.
— ¡Cierra la boca! ¡Me pones más nervioso!
Los dos gritaban al mismo tiempo mezclandose con los ladridos del feroz animal y la cadena de la bicicleta oxidada.
Saliendo de una tienda de conveniencia sus amigos de Yunuen alcanzaron verlos irse gritando como unos locos. Liam se puso muy irritado.
— ¿Cuándo terminará Naay Meyer con esta maldita farsa? Los dos parece un par de estúpidos.—
— ¿Eh? Yo por el contrario creo que se llevan mucho mejor.— le dirigió su opinión Jude.
— No me gusta que Yunuen este detrás del Meyer, Yunuen era un monstruo, una leyenda, yo lo respetaba. Y ahora no es más que la perra de Naay.—
Jude al escucharlo le arreo una cachetada al peliverde, este sin creer lo que había pasado se tocó la mejilla.
— Liam, basta.— le regaño Jude.
— ¡¿Cómo te atreves, maldición?!— Inmediatamente Liam sujeto del cuello al más alto.
— ¡¿Por qué tú qué se dice su amigo se atreve a hablar así de Yunuen?! ¡Está muy feliz y no lo puedes ver! ¡¿Cómo puede gustarte el Yunuen lleno de heridas y solitario?! ¡Eres de lo peor! — Jude estaba bastante enojado también, como pocas veces se le había visto.
— ¡Cállate! ¡¿Que sabes tú?! ¡Yo a él lo...! — Liam iba a devolver el golpe pero Barnett le detuvo el puño cuando levantó la mano.
— No te atrevas.— El rubio fue apretando su muñeca con bastante presión.
El peliverde se arrebató bruscamente, miró a ambos chicos que parecían molestos con él con esos ojos llenos de resentimiento. Se rió entonces como burlándose de los dos.
— Entiendo. Entonces me voy.
Liam dejo al grupo para poder ir a un lugar. Si no iba a tener el apoyo de sus amigos, arreglaría las cosas por si mismo.
— Barnett ¿Quieres que vaya con él?.— Jack apareció junto al rubio de pronto, mirando al otro marcharse.
— No. Está bien. Necesita enfriar su cabeza. Hay que dejarlo solo. Sea lo que sea debemos estar atentos con Yunuen, lo conozco desde pequeño y no tengo un buen presentimiento con cómo acabara ésto. — confesó su líder rubio sujetando el rostro de Jude quién comenzó a llorar.— vámonos.
La tarde iba terminando, y podía verse en lo alto, con las nubes despejadas, a las primeras estrellas que se asomaban en ese despliegue de colores cayendo el sol.
El pelirrojo extendía las piernas para que estás no se arrastrarán en el pavimento mientras Naay se mantuvo en silencio conduciendo.
— Yo quiero estar contigo toda la vida, Naay.
Yunuen miraba el cielo, pensando en todo lo que la hermana del moreno le dijo, en su decisión de no querer apartarse, no saber si eso era malo o bueno, no le gusta pensar mucho. Y aquello dicho había salido como un comentario que se quedó suspendido en el viento. Naay tampoco dijo nada, pero en su rostro se dibujo una mueca amarga.
Continuará.
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Comments
Estela Rodriguez
mui comica la nobela jajsjajaja ...pero no me gusta como trata al enanito🤣
2024-09-01
1
Eilbz<3
si, no me importa que se esté encariñando con mi pelirrojo pq de todas formas su plan desde un inicio fue jugar con el, y hasta ahorita lo estaba pensando💁🏼♀️
2024-01-10
4
conce A . C
me dolió el corazón de tan solo leer esta estrofa creo q yunuen va a sufrir mucho 🥺😞
2023-01-23
2