Yunuen pestaño un par de veces antes de abrir por completo lo ojos. La cabeza le dolía pero rápidamente se dió cuenta que apenas y podía moverse cuando lo intento, tenía el cuerpo atado, de la cintura para arriba, además le habían puesto una mordaza en la boca para que sea incapaz de gritar. Pudo notar también de que estaba desplazándose rápidamente, el lugar era claro, estaba en la apestosa furgoneta de alguien. Escucho la risa de los conductores, parecían muy alegres compartiendose el almuerzo. Se asomó entonces en los asientos de los conductores, tratando desesperadamente de ver por la ventana hacia donde lo llevaban pero no pudo reconocer el camino.
Cuando los secuestradores vieron su rostro comenzaron a gritar, Incluso soltaron el volante unos segundos a punto de chocar.
— ¡¿Qué demo...?! ¡¿Por qué no está dormido?! ¿No sé supone que tendría que despertar una hora después? ¿Que demonios hiciste hermano? Eso te pasa por comprar armas baratas.
— ¡¿Que rayos voy a saber yo por qué está despierto?! ¡No te distraigas! ¡Ve el maldito camino!
Yunuen se alejo y retorció por el suelo hasta llegar a la puerta del vehículo, ahí comenzó a dar patadas furiosas. De algún modo se tenía que abrir. Uno de los secuestradores se levantó de su asiento para poder ir atras a detenerlo.
— ¡Basta mierd4! ¡Abollaras el auto!
Pero antes de que lo tocará, Yunuen le dió tremendo cabezazo que lo mandó a golpear el asiento del que conducía.
— ¿Qué demonios fue eso? ¿Estás bien hermano?- preguntó el otro volteando atrás.
— ¡Estoy bien! ¡Tu no dejes de ver el maldito camino!- el secuestrador volvió a acercarse al pelirrojo, está vez tomando una soga para atarle los pies.- Grandísimo hijo de p3rr4 te voy a dar una...— Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando el pelirrojo le rompió la nariz de una patada en la cara.
Las cosas comenzaron a ponerse mal en el vehículo, se escucharon gritos y más golpes, los hermanos discutían luchando por sujetarlo sin chocar en el intento. La furgoneta seguía avanzando tambaleandose de un lado a otro.
Naay tomó su billetera y se dirigió a la puerta. Emma quien lo vio a punto de irse se acercó rápidamente, ya traía la pijama puesta.
— ¿Hermano saldrás?
— Lo haré, no me esperes despierta.
— Oh, bien. Por favor, cuídate.— ella sonrió suavemente y agitó bajita la mano despidiéndose.
Su actitud lo desconcertó, por un momento creyó que ella le haría un escándalo. Pero no tenía tiempo de cuestionarlo por qué se le hacía tarde. Cuando salió a la calle Duke ya lo esperaba en su auto deportivo negro. Subió sin saludarlo y ambos se marcharon.
Luces láser iluminaban la pista de baile y la música grabada podía sentirlo fuerte retumbando en sus oídos a pesar de que las puertas de cristal cerradas los separaba del club nocturno. Duke había tenido que tomar una llamada que parecía importante, después de hablar por un largo rato regreso dónde el moreno aguardaba por él pacientemente.
— ¿Listo?— preguntó el albino recargado en la pared.
Naay se acercó a él y ambos entraron al mismo tiempo. En medio de muchos cuerpos contoneandose al ritmo de una canción mezclada por el DJ, tres mujeres se acercaron a ellos con premura. Sujetaron del brazo al albino quién con sonrisa de casanova les dió un beso en los labios a cada una.
— Cariño, has traído hoy a un niño tan guapo ¿Nos dejan acompañarlos?— Preguntó la más exuberante de ellas.
— Es un amigo, así que tratenlo bien. Pero no se precipiten que es menor de edad.— le respondió Duke.
— Lo dices cuando lo has traído aquí ¿Cómo has logrado meterlo?
— Es un secreto.— se llevo el dedo índice a los labios pidiendo silencio y les guiño un ojo en complicidad.
Ellas chillaron emocionadas por ese juego de hacerse el misterioso. Naay estaba ahí en medio sin decir nada. Un poco irritado por el fuerte olor a perfume de las feminas. Además ya era suficiente ruido con la música para que en cima se pusieran a gritar.
— Por supuesto, nosotros haremos que la pasé muy bien. Ven amor, la zona VIP, así nos ponemos cómodos.— la mujer aún sujeta al albino lo acompaño por el camino.
Dos de ellas tomaron las manos del jóven silencioso, una en cada lado, para llevarlo a una parte del club con sillones de cuero rojo y mesas pequeñas con cubetas de hielo sobre ellas llenas de botellas de licor. En medio llamaba la atención la gran bola de luces brillantes.
La mujer que acompañaba a Duke, ya sentada en sus piernas, vertia animosamente un vaso de licor en la boca del albino. Él se relamio los labios cuando se la acabó y sonrió coqueto a la chica que comenzó a reír sonrojada para después acercarse a besarlo apasionadamente.
Naay dió un trago a su copa y rápidamente una de las chicas volvió a llenarselo, la otra a su derecha comenzó a deslizar descaradamente la mano en su pierna y acercar sus labios carnosos a su rostro.
— Hey ¿Realmente eres un niño de preparatoria?
Naay deslizó la mano por la cintura de la mujer acercándola a él para poder susurrar con voz provocandora sobre su oído.
— ¿Porqué? ¿Te detendrías si te dijera que si?
— Vaya. Eres tan travieso como Duke.
La segunda chica sintiéndose un poco ignorada se abrazo al moreno también recostandose en su hombro y acariciarle su pecho de arriba abajo. Por supuesto él no dudo en rodear los hombros de la chica con el brazo y sonreírle pícaro.
Tan distraído en su momento, Naay no se dió cuenta que el albino observando todo ha tomado su teléfono para iniciar un vídeo.
Al mismo tiempo los secuestradores llegaron a su destino, sacaron a Yunuen del vehículo y fue aventado al suelo como paquetería express. Estaba todavía más envuelto en cuerdas y seguía retociendose igual a una oruga.
Cuando los hermanos bajaron del auto arrastraron al pelirrojo por el estacionamiento y luego siguieron caminando hasta llegar a una habitación sin muebles ni ventanas, pero llenos de tuberías. Posiblemente un sótano. Ahí fue donde lo amarraron dejandolo colgando de uno de los tubos sobre el techo que sobresalían y se marcharon con su parte ya hecho. Yunuen por fin logró escupir la tela de su boca.
— ¡¿Que es lo que quieren?! ¡Si es dinero lo que buscan les advierto que fallaron! ¡Por qué soy pobre! — carcajeo burlándose aún cuando no había nadie ahí.
Yunuen siguió pataleando con los pies colgados intentando desatarse de alguna manera, hasta que alguien apareció detrás y cortó con una navaja la soga que lo mantenía suspendido haciéndolo caer con fuerza. Se quejó pero levantó la cara del suelo y pudo ver de quién se trataba aquel que se había parado frente a él.
— Hello, Yunuen. Ha pasado un rato. Creo que no hemos arreglado algo.— Saludó pisando el cuerpo tendido del pelirrojo.
Era el sujeto de cabeza rapada con las manos en los bolsillos y una sonrisa taimada en los labios, aquél que siempre lo persigue por toda la ciudad para pelear con él, detrás del rapado también estaba toda su banda con el rostro malicioso listo para lo que fuera que harían. El pelirrojo frunció el ceño, haciendo otro intento por desatarse sin conseguirlo, además aún sufría los estragos del gas adormecedor. Esto no podía ser menos favorable.
— Que mierd4...— chasqueó la lengua el demonio rojo viéndose acorralado.
Continuará.
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Comments
Karen Berenice
serán los que querían dañar a la elizabeth
2024-12-26
0
Yeisy Sofía De la Hoz Polo
Bendito y cómo sale de esta /Whimper/
2025-01-29
0
Carmina Purata
No sé quién es más basura, si Naay por jugar con los sentimientos de Yu, o Liam por traicionarlo tan vilmente y según él lo ama... Ninguno se merece a Yunuen
2022-05-22
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