Naay Meyer es el tipo de chico con un aire solitaria a su alrededor. Sin embargo suele atraer a las mujeres que lo miran por primera vez. La mayoría de ellas sólo se conforman con admirarlo a lo lejos, aveces se amontonaban en grupos como un sequito de admiradoras bastante animadas. No es muy común encontrarse a un niño de piel blanca, de brillante y espeso cabello negro, ojos peculiares y tan alto más de lo promedio. Por supuesto que sería popular.
Cuando no está en las escuela, se pasa los días en el gimnasio. Golpeando el saco de box y si alguien se lo pide sube al ring para tener una práctica de puños rápida antes de tirar al suelo a su rival.
El entrenador de vez en cuando se acerca, pero las respuestas del moreno no son más que monosílabos.
Cuando Naay termina de ejercitarse se dirige a las duchas, es un sujeto muy monótono. Sigue al pie de la letra la rutina.
Mientras se lavaba el cabello, alguien ha aprovechado su guardia baja, y detrás suyo una figura a intentando darle una palmada sin avisar, pero Naay apartó el hombro antes de que pudiera hacer nada.
- Oh. Buenos reflejos.- sonrió su compañero de gimnasio, un chico albino con ojos de un rojo brillante, levantando la mano que falló ahora como si saludara.
- Duke ¿Acabas de terminar?
- Así es. Estuve a tu lado todo el rato pero parecias distraido.- el mayor sonrió encogiendo los hombros despreocupado.- ¿A pasado algo con el muchacho pelirrojo que te acosa?
Él también había sido visto por gente en el lugar.
Naay inevitablemente recordó al extraño sujeto que lo ha seguido últimamente. Frunció en seño y se talló la cara intentando enjuagar su enojo con el agua fría de la ducha.
- No, no ha pasado nada.- respondió tajante. Era solo cansado pensar sobre eso
- Ya veo ¿Que dices? ¿Salimos a comer algo hoy? Quiero que me platiques mas de ello.
- No puedo. Necesito ir a casa.
- Vamos. Eso no está bien. Debe ser muy aburrido ser tan serio todo el tiempo.
Naay cerró la llave de la regadera y se cubrió con la toalla, dejando atrás al otro.
- Entiendo. Hoy no estás de humor ¡Nos vemos mañana Naay!
Después de un día tan cansado quería volver a su hogar temprano. Eso hubiera querido si no fuera por qué saliendo del lugar frente a él estaba Yunuen agitando los brazos con bastante energía como un tonto.
Naay inevitablemente con paso apurado camina en dirección opuesta a él.
- ¡Naay! ¡Espérame!
- ¿Que es lo que quieres ahora?
- Por supuesto que estar contigo.
- Fue estúpido preguntar.
- Oye, ¿Me das tu número de teléfono?
- Por supuesto que no.
- ¿Qu...? ¡¿Porque no?!
Una niña corria con prisa, emocionada por el helado que su padre acaba de comprarle, inadvertida sin escucharlo, choca sin querer en la pierna del pelirrojo ensuciandole su pantalón con crema de chocolate. El pelirrojo se gira a ella furioso, la pequeña dio un respingo y sus ojos amenazaron con llorar, más que por el desperdicio de su golosina, el hombre frente a él le provocó un escalofrío terrible.
Por suerte Naay le ha dado un golpe en la nuca al otro que lo hizo tranquilizar.
- Basta, es solo una niña, subnormal.
Naay se puso de cuclillas y acarició la cabeza de la pequeña.
- Lo siento, este horrible sujeto se ha metido a tu camino. Ten, ve a comprar uno nuevo.
Le entregó una moneda a la niña, quién alegre otra vez se dirigió dónde sus padres.
Cuando el azabache se reincorporo para mirar al otro. Yunuen tenía la boca cubierta y haciendo chillidos de felicidad.
- No digas nada. - lo apartó Naay volviendo el paso muy avergonzado.
- Eres tan bueno.
- ¿Te estás burlando?
- ¡No! ¡Por supuesto que no! No me burlaría de alguien que me gusta. Lo que digo es que, si yo hubiera intentado ayudar seguro que su padre me hubiera culpado a mi. Aún cuando no hice nada. La gente suele malinterpretarme. Y nadie cree en mí.
El de los cabellos negros frunció el seño. Ni siquiera sabía por qué estaba hablando con él. Pero fue inevitable no sentir pena.
Yunuen comenzó a tirar del brazo del mayor y arrastrarlo por el camino.
- Me ha dado hambre, debes conocer este lugar, hacen una pasta increíble, y sí llegamos a comernos el plato antes de tres minutos ¡Es gratis!
- ¿Quién te dijo que quiero ir? ¡Suéltame!
Cuando llegaron al lugar Yunuen descubrió con desagrado que su lugar favorito estaba cerrado, un anuncio se disculpaba por la molestias. Yunuen arranco el papel y aporreó los brazos en la reja cerrada.
- ¡Maldición! ¡¿Por qué precisamente hoy?!... ¡Metanse sus disculpas por el trasero! ¡Alimente a la bestia que hay en mi! ¡Alimentenla!- finalmente se giró dónde el moreno y sonrió con tranquilidad como si no hace un rato estuvo hecho un loco.- Y bueno ¿Dónde quieres ir?
Naay rodó los ojos y se dió la vuelta para poder irse, pero Yunuen se aferró a su brazo en un intento desesperado para detenerlo.
- ¡Déjame ir maldición!
- ¡Espera un momento, aún tengo hambre!
En su lucha por detenerlo Yunuen logro ver algo a la distancia. El pelirrojo se detuvo y miró con mayor atención ignorando que el moreno se alejaba.
- ¡Ahí! - señalo Yunuen hacía la dirección que da un canal de concreto lleno de agua.- Ahí hay algo.
Naay curioso alzó la mirada y logro ver de lo que le hablaba. Un hombre llevaba una bolsa negra, pequeña, que se movió o pudo haber sido producto de su imaginación.
- No tiene nada que ver conmigo.
Naay se dió la vuelta desinteresado. Pero Yunuen se quedó ahí parado, mirando al hombre. Le vió levantar el brazo y lanzar al agua al bulto que llevaba en sus manos y después huir en su auto. La corriente arrastró el paquete, y el pelirrojo pudo verlo otra vez como la bolsa se movió.
Yunuen no lo pensó, ni siquiera se quitó los zapatos y dió un clavado al agua. Naay escucho el sonido de cuando se sumergió y regreso de inmediato para verlo nadar hacía la bolsa negra.
- ¡¿Estás loco?! ¡Esta cosa debe tener como cinco metros!
Naay corrió por la orilla del canal, siguiendo al pelirrojo que luchaba contra el agua.
Yunuen consiguió avanzar, y cuando estuvo lo bastante cerca del bulto lo jaló y lo abrazo con cuidado. Era pequeño pero pudo resguardarlo bien. La corriente, seguro por las lluvias de los últimos días, comenzó a ponerse peor. Ahora era muy difícil nadar con uno de sus brazos ocupados.
- ¡Oye! ¡Aquí!
Naay había atado su chamarra a una de las escaleras que servían para bajar por el canal, y la usaba como soga de seguridad para agarrarse mientras le estiraba la mano. Yunuen hizo otro esfuerzo más hasta llegar a él, cuando sus manos se acercaron Yunuen le entrego la bolsa. El pelinegro lo tomó y se sorprendió bastante cuando chillidos salieron de él, Naay subió por las escaleras, Yunuen lo siguió. Cuando por fin estuvieron arriba dejaron la bolsa en el suelo, el pelirrojo se agachó para desatar el nudo con el que lo habían atado y salió asomándose un gato eran un adulto y estaba muy sano. Naay se asomo sobre su hombro observando como lo sacaba con delicadeza.
- ¿Que vas ha hacer con él?
- me lo llevaré a casa por supuesto.- Yunuen se puso de pie con el animal en los brazos.
- ¿Te lo vas a comer?
- ¡¿Cómo que clase de monstruo me estás tratando de hacer ver?!- grito histérico.
- Creí que eras un ser que odiaba a todo el mundo.
- Los animales son otra cosa. Por cierto, gracias por no haberte ido.
Naay lo miró, jamás había conocido a alguien tan estúpido e impulsivo cómo él. Su corazón jamás había latido tan fuerte mientras intentaba no dejarlo morir. Bueno esa es la naturaleza del ser humano, claro, eso había sido.
Yunuen estornudo. Estaba empapado de los pies a la cabeza. Naay resopló y se cubrió la boca aguantando la risa cuando vio que los mocos le colgaban al delincuente.
- ¡No te rías de mi!- estornudo una vez más. Necesitaba irse de ahí por qué moría de frio.- ¡Te veré mañana Naay! ¡Te amo!
Agitó el brazo para despedirse e irse corriendo. Naay levantó la mano apenas pasa decirle adiós, misma que bajo rápidamente, esperando eso no lo haya visto. Se rasco la nuca y volvio a mirar al pelirrojo.
- ¿Que estoy haciendo?
Continuará...
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Las imágenes NO me pertenecen. Apoya al artista original de encontrar su arte.
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Comments
write, read
AAAAAAA la mejor historia !!!!
2024-04-10
2
Elizabeth Moreno
si lo ama continua llevandole comida
2024-01-23
0
Isabel Tr
me encanta
2023-12-30
1